El exjefe de policía portugués que investigó la desaparición de la pequeña Madeleine McCann dijo, en septiembre de 2002, que sus padres “todavía son sospechosos”, casi quince años después de ocurrido el hecho que ha tenido en vilo al mundo, mientras se regodeaba de su victoria en la corte por un caso de difamación interpuesto por la pareja de esposos.
Goncalo Amaral habló sobre Gerry y Kate McCann en una entrevista de radio en su país natal después de enterarse de que habían perdido la última ronda de su batalla por difamación contra un libro de su autoría, que se publicó en 2007.
La pareja había demandado a este policía por el delito de difamación después de que publicó un libro que sugería que estaban involucrados en la desaparición de su hija Madeleine.
Los padres ganaron el caso inicial, pero los jueces portugueses anularon el fallo en 2017, lo que los llevó a apelar ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
La pareja había llevado el caso hasta esta instancia después de años de litigio en su tierra natal por cuenta del texto Truth of the Lie, que los acusaba de encubrir la muerte ‘accidental’ de Madeleine en su apartamento vacacional de Praia da Luz, en Portugal, en mayo de 2007, cuando ocurrió la misteriosa desaparición de la menor, por entonces de solo 3 años de edad.
Así las cosas, la pareja es sospechosa, era sospechosa y sigue siendo sospechosa, pese a que en todo este tiempo las autoridades han dado con otras pistas en su investigación para desvelar el paradero de la niña.
Una de ellas apunta al principal sospechoso, el alemán Christian Brueckner, de quien Amaral ha afirmado en el pasado que es un chivo expiatorio. De hecho, el policía agregó en una entrevista en Radio Renascenca: “Se han invertido miles, incluso millones de euros en los últimos años para crear un falso sospechoso’”.
Brueckner, por su parte, negó desde el momento de su captura cualquier implicación en la desaparición de McCan. “La acusación está tratando de atraparme y espera que acepte bajo la presión mental. Esperan que diga ‘sí’ a todo lo que me dé la oportunidad de escapar de esta tortura mental. Ciertamente, no hay evidencia en absoluto. Por supuesto que no, porque no he cometido ninguno de estos crímenes”, aseguró el germano.
Pero, todas las nuevas líneas de investigación en los últimos años, tanto en Portugal y como en el Reino Unido —de donde es oriunda la familia— como en Alemania, donde Brueckner cumple una condena de siete años de prisión por violar a una jubilada estadounidense, han excluido cualquier responsabilidad de los padres.
¿Una luz de esperanza?
Por estos días, el Caso Madeleine volvió a estar en el foco de los medios después de que Julia Wendel, una joven de 21 años, de nacionalidad polaca, creara hace pocos días una cuenta de Instagram en la que aseguraba ser la menor británica.
“Help me, I need to talk with Kate and Gerry McCann” (Ayúdenme, necesito conversar con Kate y Gerry McCann) es el nombre oficial de la cuenta, cuyo usuario es @iammadeleinemccan.
En la misma, se pueden observar casi medio centenar de publicaciones en las que la mujer de 21 años compara sus rasgos físicos tanto con los de la niña pequeña, como con los de sus padres.
La forma de los ojos y la sonrisa de Madeleine, así como demás rasgos faciales de los progenitores de la menor, fueron publicados y comparados por esta mujer, que pidió a las autoridades policiales de su país y del Reino Unido cotejar las muestras de ADN.
En declaraciones realizadas al medio Daily Star, Julia Wendel reveló cómo fue su infancia. “He vivido una vida muy dura y he sufrido muchos traumas, mi abusador era un pedófilo alemán que fue sospechoso en la investigación de Madeleine McCann. No había oído hablar de este caso hasta que comencé a hacerles preguntas a mis padres sobre mi infancia, ya que tengo poco o ningún recuerdo de eso. Cuando he tenido conversaciones con ellos, las cosas no parecen cuadrar y siempre intentan cambiar de tema”, dijo a ese medio.
Pese al testimonio entregado por la joven polaca y su interés de someterse a una prueba de ADN, la Scotland Yard —Policía Metropolitana de Londres— aseguró que tiene motivos para no creer en el testimonio de esta chica y por ello, no realizar ningún análisis de dichas muestras genéticas.
La versión de los agentes de los policías británicos asegura que Madeleine McCan murió el mismo día de su desaparición, y que ahora tendría 19 años en caso de seguir viva.