El estereotipo de belleza que se ha generado en la sociedad actual lleva a que a hombres y mujeres no les gusten algunos rasgos físicos característicos de una raza, etnia o población determinada. Este tipo de tendencias se pueden ir transmitiendo de generación en generación.
Una madre se encuentra en el ojo de las críticas luego de que convenciera a su hija de tan solo nueve años de edad para que se realizara una cirugía estética con el objetivo de ser más “hermosa”. La historia se volvió viral en redes sociales.
El hecho que se presentó en Japón tiene como protagonistas a Rucchi y su hija Micchi, de nueve años. La madre de la menor le aseguró a Vice TV que en su niñez tuvo que padecer un infierno debido a que no contaba con un rasgo facial faltante en algunos asiáticos: párpados dobles.
Los parpados dobles, según Rucchi, son sinónimo de belleza, por lo que en su infancia siempre se sintió “fea” y su decepción se incrementó al no tener los recursos para mandarse a operar sus ojos.
“Mi madre y mi hermana menor tienen ojos grandes, mientras que yo tenía un solo párpado”, señaló la mujer en el reportaje (...). Todos pensaban que mi hermana menor era mucho más linda que yo”, confesó.
Al parecer, este trauma de la infancia fue trasladado a su hija años después, ya que convenció a Micchi para que se realizara la intervención quirúrgica que le permitiera tener párpado doble.
“Una niña necesita párpados dobles. Nunca he visto a una chica con monopárpados que pensara que era bonita (...). Si puedes soportar el dolor de la cirugía plástica, eso te convierte en una persona hermosa, en mi opinión”, señaló la polémica madre.
Por su parte, la pequeña Micchi asegura que se realizó la cirugía plástica porque sus ojos eran “demasiado estrechos” por lo que parece que siempre tiene la mirada fija en las personas.
La historia abre el debate sobre el verdadero concepto de belleza y cómo las nuevas generaciones están siendo víctimas de la presión social por cuenta de los estereotipos.
Maestro pidió soborno a su estudiante
El Juzgado Primero Penal Unipersonal Permanente de la Corte Superior de Justicia del Callao, en Perú, condenó a cinco años de cárcel al profesor José Becerra Pacherres por pedirle un soborno a uno de sus estudiantes universitarios.
El delito que se le imputó a Becerra es cohecho pasivo, propio en agravio del Estado peruano. Esto, luego de que el 29 de noviembre de 2018 el educador le pidiera 200 soles (249.000 pesos colombianos según el cambio actual) a un estudiante para que le aprobara un curso.
Los hechos ocurrieron en la Universidad Nacional del Callao, donde un estudiante cuya identidad no ha sido revelada reprobó una materia llamada Investigación operativa, por lo que le pidió a su profesor acceder a un examen sustitutorio, en un esfuerzo por no perder la asignatura, pero el docente le negó esa posibilidad aludiendo falta de tiempo.
Sin embargo, le dijo que buscara a su asistente de cátedra, identificado como Víctor Venegas, con el objetivo de encontrar una “manera de ayudarlo”. Fue cuando se reunió con Venegas que le solicitaron los 200 soles al estudiante para que pudiera pasar la materia.
En la decisión final, el juez Juan Castañeda le ordenó al docente el pago de una multa por 15 mil soles (un poco más de 18 millones de pesos colombianos, según el cambio actual), así como una reparación civil de cuatro mil soles. Además, quedó inhabilitado por cinco años para ejercer la docencia, debido a la conducta que va contra toda ética de dicha labor.