A cadena perpetua fue condenada este jueves una mujer alemana de 28 años por matar a cinco de sus hijos de entre uno y ocho años, una tragedia que conmovió a ese país europeo.
El tribunal de Wuppertal reconoció “circunstancias agravantes” y le impuso la pena más grave en Alemania, que imposibilita su puesta en libertad por lo menos durante 15 años.
De acuerdo con medios de ese territorio, la mujer ha sido identificada como Christiane K. y fue encontrada culpable de homicidio involuntario.
El juez Christoph Gillot apoyó la tesis de la fiscalía, según la cual la acusada habría matado a sus hijos esencialmente por “decepción, cólera y desesperación”. Su mundo se derrumbó después de descubrir una foto de su marido -del que vivía separada desde hacía un año- con su nueva pareja.
Así mismo, defendió la decisión de no haber impuesto una sentencia de cadena perpetua, como pedía la fiscalía.
“Cuando tienes un caso como este, hay mucha gente que sabe qué es lo que tienes que hacer, pues se supone que es una ‘horrible madre’ que debe ser encerrada de por vida”, dijo.
Agregó: “pero nosotros primero debemos de entender su comportamiento. Eso no significa que la justifiquemos, sino que estamos tratando de comprenderla”.
Por su parte, el presidente del tribunal Jochen Kötteru aseguró que “su vida cambió profundamente en ese momento”.
“Ella no pudo soportarlo”, añadió, por lo que al parecer “quiso castigarlo”. Su hijo mayor, entonces de once años, escapó del destino de sus hermanas y hermanos.
La acusada mantuvo silencio durante todo el juicio. Anteriormente había declarado su inocencia, afirmando que un hombre enmascarado había entrado en su apartamento y había matado a sus hijos. Sin embargo, no se encontró ninguna prueba que apoyara esta afirmación.
A pesar de los signos de narcisismo y trastorno de conducta diagnosticados antes de los hechos, fue reconocida plenamente responsable de sus actos, en contra al pedido de la defensa que solicitaba que se la interne en un centro psiquiátrico.
Según el acta de acusación, el drama se inició el 3 de septiembre de 2020, en el departamento familiar de Solingen, cerca de Wuppertal. La mujer drogó la bebida de sus hijos durante el desayuno para que se durmieran. A continuación, preparó un baño y juguetes. Luego los despertó y los llevó uno tras otro al baño, donde los asfixió o estranguló.
Después de los presuntos hechos, los envolvió en una toalla y los puso en la cama, donde se descubrieron los cuerpos sin vida de tres niñas de uno, dos y tres años, y dos niños de seis y ocho años.
Su madre se lanzó el mismo día frente a un tren en la estación de la ciudad vecina de Düsseldorf, pero sobrevivió a ese intento de suicidio.
Entre tanto, su exesposo, Johann G., de 55, fue absuelto de los cargos de negligencia por no haber detenido las muertes.
Al convertirse en pareja, cada uno trajo dos hijos al matrimonio y juntos concibieron tres hijos más.
Los funcionarios encargados de la investigación, que permitieron la acusación formal, los habían acusado de “egoísmo sexual, indiferencia e insensibilidad” sobre el manejo de los embarazos.
Según los fiscales, a pesar de que no querían más hijos, continuaron teniendo relaciones sexuales sin anticonceptivos o esterilización.
Las autoridades recordaron que no es la primera vez que se presenta un caso como el de esta mujer.
En mayo de 2015, una mujer fue condenada a 44 meses de prisión por matar a dos de sus hijos y colocar los restos en un congelador.
En octubre de 2013, fueron encontrados los cuerpos de dos bebés en Baviera que habían muerto desde la década de 1980.
Y en 2008, una mujer fue hallada culpable de matar a ocho de sus recién nacidos para después ocultar sus cuerpos.
*Con información de AFP.