El Gobierno colombiano analiza la posibilidad de ordenar la reapertura de la frontera con Venezuela con la aplicación de medidas especiales de bioseguridad que eviten la propagación del coronavirus.

La Cancillería colombiana dio a conocer el pasado miércoles en Twitter que inició un proyecto de evaluación de la pertinencia de abrir la frontera con ese país, situación que se materializaría el 1 de junio.

“En el marco de reactivación económica responsable con MinSalud y Gobernación de Norte de Santander se analiza posibilidad de apertura de frontera con #Venezuela con cumplimiento de medidas especiales a partir del próximo 1 de junio”, se indicó en el trino de la Cancillería.

Tras el anuncio del gobierno colombiano, el mandatario del régimen venezolano, Nicolás Maduro, pidió este domingo a Colombia coordinar la reapertura de la frontera, pero advirtió que “nada unilateral va a funcionar”.

“Por las buenas se puede, con controles, abrir las fronteras. Por las malas, nada”, dijo Maduro, quien acusó al presidente Iván Duque de buscar “perturbar la frontera” para “desviar la atención” de las protestas que se llevan a cabo en Colombia.

“Están hablando de abrir la frontera de manera unilateral desde Colombia. Yo les digo: nada unilateral va a funcionar”, expresó Maduro en la televisión estatal.

Además, Maduro expresó su supuesta preocupación por la pandemia de la covid-19, por lo que planteó establecer “medidas de bioseguridad” en los cruces.

Colombia reabrió el pasado miércoles las fronteras terrestres, fluviales y marítimas que mantenía cerradas desde hace más de un año por la pandemia, a excepción de las que comparte con Venezuela. Ecuador y Panamá, sin embargo, mantuvieron restricciones.

Venezuela rompió relaciones con Colombia en febrero de 2019, después de que el presidente Duque reconociera al líder opositor Juan Guaidó como presidente encargado de Venezuela en lugar de Maduro.

Claves para entender reapertura de la frontera anunciada por el gobierno Duque

¿Qué significa la decisión de abrir nuevamente los pasos fronterizos de Norte de Santander con Venezuela? Tras más de un año del cierre decretado por el Gobierno colombiano como medida para evitar la propagación de la covid-19, el anuncio de una reapertura fijada para el 1 de junio representa apenas la primera piedra para reconstruir el intercambio comercial formal que por décadas se mantuvo en esta zona limítrofe con el estado Táchira.

La apertura gradual de los puentes internacionales Simón Bolívar, Tienditas y Francisco de Paula Santander traerá consigo grandes desafíos de planificación, control de los flujos migratorios y de seguridad en estos puntos por parte de los mandatarios locales de territorio venezolano y colombiano, quienes dejaron a un lado sus diferencias políticas y se reunieron varias veces con autoridades de Norte de Santander ante la ausencia total de comunicación por parte las cancillerías de Venezuela y Colombia.

La decisión de habilitar los pasos peatonales fronterizos es el resultado de múltiples reuniones entre comerciantes y gremios con apoyo de la Gobernación de Norte de Santander y la Alcaldía de Cúcuta. Incluso, la petición formal se hizo a través de un dossier fronterizo que le fue entregado al presidente Iván Duque en abril pasado. Para este sector, la apertura además de una medida urgente es una necesidad, debido a las graves afectaciones económicas que enfrentan por cuenta de la pandemia y del cierre del paso formal para sus principales clientes: la población pendular venezolana.

En una segunda fase de la reapertura se espera habilitar el paso de transporte de carga internacional; ya controlado el tema de la pandemia. Y a largo plazo esperan que se permita el acceso de vehículos de transporte público y particulares sobre los puentes internacionales, como se hacía antes de agosto del año 2015.

El clamor de abrir esta frontera también se elevó desde Venezuela. El alcalde del municipio Bolívar (Táchira), William Gómez, declaró recientemente a medios del vecino país que junto al protector del estado, Freddy Bernal, han adelantado reuniones con autoridades colombianas, autorizadas por el presidente Nicolás Maduro y la Cancillería. Apuestan a un plan estratégico para reanudar el paso de manera progresiva, en tres etapas.

En relación con las implicaciones económicas del anuncio de la Cancillería, Germán Umaña, director de la Cámara de Comercio Colombo Venezolana, se mostró entusiasta frente la medida pero llamó la atención sobre la importancia de hacer un acercamiento al gobierno de Venezuela. En este sentido solicitó se considere la remoción de los contenedores, que desde febrero del año 2019 bloquean el paso de vehículos con mercancía hacia el vecino país y que, en el último año, han llevado a la circulación de mercancía ilegal mediante contrabando.

“Si la decisión de Venezuela en el corto plazo es retirar los containers pues eso tendría, inclusive, un efecto mucho más positivo que el paso de personas, porque los protocolos de bioseguridad requeridos para el paso de mercancía son mucho más sencillos que los requeridos para el paso de personas”, dice Umaña, quien explica que de lograrse en el futuro inmediato la rehabilitación del paso de transporte con mercancía, se contribuiría inmensamente a la producción, el empleo y el bienestar binacional en la frontera.

Para Germán Umaña —una voz clave del sector empresarial binacional— el cierre total de esta frontera ha generado una contracción económica de cerca de un 80%, que no sólo afectó al Táchira, sino también a Cúcuta. En varias ocasiones, Umaña ha advertido que el cierre de los puentes internacionales trajo una estela de ilegalidad, la cual se espera contrarrestar con la reapertura. “Es mucho el contrabando que pasa por las decenas de trochas que están en esta frontera”, asegura.

Según los cálculos de la Cámara de Comercio Colombo Venezolana, a cierre del año 2020, el comercio legal bajó a 250 millones, pero el comercio ilegal pasó a 1.800 millones.

Por la frontera de Norte de Santander y Táchira pasaban cerca de 45.000 venezolanos diariamente a comprar en Colombia. De acuerdo con Gladys Navarro, directora de la Federación de Comerciantes del Norte de Santander (Fenalco), durante el año 2019 el comercio creció entre el 20 y el 200 por ciento, en gran parte debido al rol central de la población pendular venezolana como dinamizadora de la economía de pequeños y grandes comerciantes de esta zona del país.

De hecho, para la comerciante Zuleida González, la decisión de habilitar un paso legal y controlado es la mejor opción para impulsar la economía en Cúcuta: “Nuestro mayor renglón de economía es el comercio, Venezuela es el pueblo más cercano para comercializar, ellos necesitan comprar y nosotros vender”, puntualizó.

Actualmente el tránsito de ciudadanos por el puente internacional Simón Bolívar solo está permitido a través del canal humanitario para quienes van a hospitales por motivos graves de salud o para aquellos con doble nacionalidad beneficiados en el plan de vacunación contra la covid-19. Mientras tanto, por los pasos ilegales aledaños al río Táchira no se sabe el número de migrantes pendulares que pasan a diario hacia Cúcuta o Villa del Rosario, y que se ven obligados a pagar a grupos armados para que los dejen pasar a abastecerse de alimentos y otros insumos en territorio colombiano.

La apertura de esta frontera también avizora un incremento del flujo de migrantes provenientes de Venezuela, aunque de manera controlada, debido a la implementación del Estatuto Temporal de Protección para Migrantes Venezolanos.

Ni la pandemia ni las fronteras cerradas han sido obstáculos para este éxodo masivo que ya suma 5,6 millones de venezolanos en el mundo, y 1,7 millones de ellos en Colombia. Tan solo en el mes de enero, autoridades de Norte de Santander estimaron que al menos 25 mil migrantes y refugiados venezolanos ingresaron a al país por los 39 pasos irregulares identificados por la Policía de Cúcuta y distribuidos entre Puerto Santander, Cúcuta y Villa del Rosario.

*Con información de AFP