El presidente venezolano, Nicolás Maduro, visitará China desde este viernes hasta el próximo jueves, en lo que constituye su primer viaje al gigante asiático desde 2018, indicó el ministerio chino de Relaciones Exteriores.
“Por invitación del presidente Xi Jinping, el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro Moros, hará una visita de Estado a China del 8 al 14 de septiembre”, dijo la vocera del ministerio chino Hua Chunying en un comunicado.
China mantiene relaciones estrechas con el gobierno de Maduro, aislado internacionalmente, y es uno de sus principales acreedores.
Además, ha apoyado a Venezuela contra los intentos de interferencia extranjera denunciados por ese país, que vive una grave crisis económica desde hace años.
La vicepresidente venezolana, Delcy Rodríguez, visitó Shanghái y Pekín esta semana, y se reunió con el ministro chino de Relaciones Exteriores, Wang Yi.
“China y Venezuela han forjado una relación de hierro irrompible, y China apoya firmemente a Venezuela para salvaguardar su independencia nacional y su dignidad nacional”, dijo Wang.
La visita tiene como objetivo conseguir nuevas inversiones de parte de China en el sector petrolero y discutir sobre posibles emprendimientos conjuntos entre compañías de los dos países, según Bloomberg.
Préstamos chinos
La última visita de Maduro a China fue en 2018, ocasión en la que elogió la visión del presidente Xi de un “destino común para la humanidad”. La de este viernes es su décima visita al gigante asiático. Por su parte, Xi visitó Venezuela en 2014.
La visita de Maduro a China tiene lugar en momentos en que los líderes mundiales se dan cita en India para una cumbre del G20 en la que el presidente chino Xi estará ausente.
China prestó unos 50.000 millones de dólares a Venezuela en la década de 2010, un monto que el país sudamericano se comprometió a devolver a través de envíos de petróleo.
En 2018, año en que Maduro ganó unas elecciones que no fueron reconocidas por buena parte de la comunidad internacional por supuestas irregularidades, la deuda ascendía a 20.000 millones de dólares.
Venezuela es objeto de sanciones por parte de Estados Unidos, impuestas durante la presidencia del republicano Donald Trump y mantenidas por el actual gobierno demócrata de Joe Biden. Pero la administración Biden aprobó el año pasado un proyecto petrolero de la compañía estadounidense Chevron y ha dicho que está dispuesto a aliviar la presión si se alcanzan acuerdos entre Maduro y la oposición para las elecciones presidenciales previstas el próximo año.
Washington pide que las elecciones, en las que Maduro aspira a la reelección, sean “libres y justas”.
Venezuela tuvo un 2022 de crecimiento después de encadenar ocho años de recesión, en los que su Producto Interno Bruto (PIB) se desplomó 80 % debido al colapso de su vital industria petrolera.
El rebote fue impulsado por la flexibilización de férreos controles económicos, que llevó a una dolarización informal frente a la debilidad de la moneda local, el bolívar, y redujo la inflación, aunque se mantuvo como una de las más altas del mundo.
No obstante, a finales del año pasado la economía venezolana comenzó a experimentar un proceso de desaceleración. Pero según Maduro, el PIB debería crecer más de 5% para finales de 2023, desestimando proyecciones privadas.