El presidente venezolano, Nicolás Maduro, recomendó en los últimos días a miembros de su gobierno y partidarios, no aceptar equipos electrónicos como regalos de Navidad, a propósito de las explosiones de bíperes y walkie-talkies en el Líbano que dejaron decenas de muertos.
“No reciban regalos electrónicos (...) cuidado con los teléfonos, celulares, mosca (atento) todo el mundo”, dijo el mandatario durante un acto en Caracas transmitido en cadena obligatoria de radio y televisión.
Maduro, que “decretó” el inicio de la Navidad desde el 1 de octubre, pidió además que “en todos los ministerios, institutos y empresas del Estado” se priorice la compra de “artesanías y juguetes fabricados en Venezuela” para el intercambio de regalos en “las navidades venezolanas”.
Su pedido ocurre en medio de una crisis política desatada por su reelección para un tercer período consecutivo de seis años (2025-2031) que la oposición tacha de fraude, al reivindicar el triunfo de su candidato, el exdiplomático Edmundo González Urrutia, asilado en España desde el 8 de septiembre.
Dos oleadas de explosiones de bíperes y walkie-talkies, entre el martes y el miércoles pasados, dejaron 37 muertos y unos 3.000 heridos con el objetivo de atacar a miembros del grupo Hezbolá, apoyado por Irán, en una operación llevada a cabo por Israel.
El alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, recordó el pasado viernes, 20 de septiembre, que el derecho internacional “prohíbe” el uso de artefactos “explosivos” que parezcan objetos “inofensivos” y consideró “un crimen de guerra cometer actos de violencia destinados a sembrar el terror entre la población civil”.
El ministro libanés de Asuntos Exteriores, Abdallah Bou Habib, calificó ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas la explosión de los dispositivos de comunicación como un “atentado terrorista”, por “su brutalidad”.
La situación que se vive en el Medio Oriente es cada vez más angustiante. Este lunes, 23 de septiembre, desde la Asamblea de Naciones Unidas, el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, advirtió que el conflicto entre Israel y el grupo libanés Hezbolá amenaza con sumir a la región en una “guerra total”.
“Puedo decir que estamos casi al borde de una guerra total”, declaró el diplomático, que iba a participar más tarde en una reunión de los países del G7 al margen de la Asamblea General de la ONU en Nueva York.
Los intensos ataques israelíes contra Hezbolá mataron el lunes a cerca de 500 de personas en Líbano, entre ellas 35 niños, según las autoridades libanesas, que vivieron su día más mortífero en casi un año de intercambios de disparos entre ambos bandos al margen de la guerra en Gaza.
El alto representante de la UE volvió a pedir un alto el fuego a lo largo de la Línea Azul (la línea de demarcación entre Israel y Líbano desde el 2000), así como en la Franja de Gaza, y subrayó que los civiles “están pagando un precio intolerable e inaceptable”.
“Ha llegado el momento de hacer algo. Todo el mundo debe hacer todo lo posible para detener esto”, dijo, reconociendo el fracaso de los esfuerzos diplomáticos hasta la fecha para detener la guerra en Gaza.
Israel anunció que golpeó este lunes más de 1.600 objetivos del movimiento islamista Hezbolá en el sur y el este de Líbano. Esta fue la jornada más mortífera de violencia transfronteriza en Líbano desde que Hezbolá, poderoso actor político y militar del país, abriera un frente con Israel hace casi un año, tras el inicio de la guerra en la Franja de Gaza, en apoyo a su aliado islamista Hamás.
Al menos 492 personas, “entre ellas 35 niños y 58 mujeres” murieron en los bombardeos de este lunes en el sur y el este de Líbano, y otras 1.645 resultaron heridas, indicó el Ministerio de Salud libanés. El ejército israelí afirmó que un “gran número” de miembros de Hezbolá murieron durante el día, sin dar cifras.
*Con información de la AFP.