En medio de la crisis que se ha desatado en Perú por cuenta de las protestas que se han desarrollado por parte de los transportadores en rechazo del alza de los precios de los combustibles, y las solicitudes de renuncia a Pedro Castillo por parte de sectores opositores a su gobierno, la agencia Moody´s, calificadora del riesgo, ha emitido una comentario sobre la actual situación, manifestando preocupación por la estabilidad del actual Gobierno.
Para la compañía la situación actual hace avizorar que el presidente Castillo, quien lleva un poco más de 8 meses en el poder, podría no terminar su periodo previsto para cinco años.
Según advierte la firma, tras el análisis de la coyuntura, “consideramos que Castillo no terminará su mandato”, aduciendo que este es sensible de ser removido (por los organismos constitucionales), u obligado a renunciar de forma anticipada.
En su pronunciamiento la firma calificadora del riesgo notó algunos rasgos que van en detrimento del desempeño de Castillo, advirtiendo su inexperiencia e incapacidad para hacer frente a los retos que le han planteado los problemas que afronta esa nación.
Moody´s afirmó que ve con preocupación algunos de los eventos que ya han marcado el Gobierno de Castillo, aún antes de completar su primer año de gestión, mencionando entre estos los múltiples cambios de gabinete que darían cuenta de su baja experiencia e incapacidad para llevar las riendas de un país.
Dentro de esta lista, también se enuncian sus bajos niveles de popularidad y las dificultades que podría llegar a presentar el funcionario para hacer frente a eventuales casos de corrupción, notando también el ambiente adverso de gobernabilidad, marcado por una amplio sector del Congreso que se mantiene en oposición, o es “hostil”.
En su apreciación, Moodys aplaudió como positivo la gestión que ha dado a su rol el Banco Central y la cartera de Economía, no obstante, también advierte que “fuera de las instituciones clave para la administración económica, la calidad general del servicio civil de Perú se ha deteriorado”, mostrando como punto de inflexión la llegada al poder de Pedro Castillo, señalando algunos factores como el aumento de burocracia.
El Informe de Moody´s también advierte sobre un panorama poco alentador para Perú, explicando que, en caso de que Castillo abandone la presidencia, las implicaciones que ello tendría sobre la capacidad y calificación crediticia serían “mixtas en el corto, mediano y largo plazo”.
Para Moody´s, dentro de las consecuencias que se podrían derivar para Perú se destaca la incertidumbre política, y cómo esto puede repercutir en la volatilidad financiera, advirtiendo que en ese panorama, es muy posible que Perú tenga que volver a acudir a las urnas.
En ese contexto, Moodys advierte que Perú podría estar expuesto a un debilitamiento de su cambio monetario, derivado de la salida de capitales, anotando que ello podría repercutir negativamente, en tanto aumentaría la percepción de riesgo para los inversionistas internacionales.
En ese sentido, Moodys advirtió también que las eventuales nuevas elecciones “no resolverían la polarización política”, aceptando que tampoco lograrían aumentar la actual división política.
Proyectando el panorama económico, Moodys sí advierte que una eventual salida temprana de Castillo del poder en Perú podría derivar en la recuperación de la “sensibilidad económica”, señalando que los actuales niveles bajos de la economía podrían recuperarse, en tanto dicho fin anticipado podría ayudar a que la percepción del sector empresarial mejore, mientras un nuevo gobierno podría ayudar a cambiar la imagen de inestabilidad que prima por estos días en ese país.
En cuanto a la gobernabilidad con que se enfrente un nuevo presidente, Moodys explicó que esta no podría cambiar mucho en tanto se mantenga la misma división en el Congreso, señalando lo fragmentado que se evidencia estar.
Por lo anterior, y como consecuencia de la polarización, la firma explica que las condiciones de segmentación política derivarían en la formulación de medidas populistas que, pese a la llamada modernización fiscal, podrían menguar la “perspectiva de crédito de Perú”.