La periodista Francisca Sandoval, quien recibió un disparo en la cabeza mientras cubría una marcha del Día del Trabajador en Chile, murió el jueves causando conmoción y repudio entre las máximas autoridades del país, así como algunas manifestaciones que terminaron en disturbios.
En varios puntos de Santiago se convocaron vigilias con velas y fotos de Sandoval, periodista de 30 años que trabajaba en el medio comunitario Señal 3 de La Victoria; sin embargo, grupos de encapuchados realizaron barricadas y cortes de tránsito en Plaza Italia, epicentro del estallido social desde 2019 en el corazón capitalino.
Sandoval fue una de las tres personas heridas de bala durante los violentos enfrentamientos que ocurrieron en la capital chilena en paralelo a una manifestación gremial organizada por el Día del Trabajador.
El médico Daniel Rodríguez, jefe de la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital de Urgencia Asistencia Pública, informó que Sandoval murió “luego de 12 días en extrema gravedad” por una lesión “muy agresiva”, que le provocó una hemorragia cerebral y un cuadro médico que no pudo superar.
El presidente Gabriel Boric expresó su pésame a la familia de Sandoval y aseguró que “no permitirán impunidad” en el caso. Los autores fueron detenidos y está en curso una investigación desde la semana pasada.
“La violencia perjudica la democracia y daña familias irreparablemente. Nuestro compromiso es con la seguridad y la justicia, y no descansaremos en ese afán. Mi sentido pésame y abrazo a la familia de Francisca Sandoval, víctima inocente de delincuentes. No permitiremos impunidad”, recalcó el presidente Boric en Twitter.
Ministros, alcaldes y políticos condenaron este crimen y expresaron preocupación por lo que consideran una “normalización de la violencia” mientras se repiten los incidentes violentos al margen de protestas sociales.
Durante la marcha del 1 de mayo convocada por la Central Clasista de Trabajadores en el municipio de Estación Central en Santiago, se registraron fuertes incidentes con manifestantes que realizaron barricadas, algunos ingresaron a locales comerciales y se enfrentaron con comerciantes.
En medio de esas riñas, un grupo de vendedores ambulantes salió a enfrentar a los manifestantes con disparos que impactaron contra tres personas, pero fue Sandoval quien se llevó la peor parte.
El incidente ocurrió en el barrio Meiggs, concurrido por tener tiendas mayoristas de todo tipo y productos chinos donde el comercio informal es controlado por mafias que alquilan sectores de la calle, un fenómeno nuevo en la zona. Además, está rodeado de estaciones de tren y buses que viajan al resto del país.
Consternación
El estado de Sandoval era grave desde el primer momento, pero su muerte provocó consternación entre las máximas autoridades del país, que coincidieron en expresar su preocupación por la amenaza a la democracia que supone el reciente aumento de la delincuencia armada.
Se sumaron al luto estudiantes de periodismo que convocaron a una protesta frente al hospital para denunciar violación de los derechos humanos y amenaza a la libertad de prensa. “Francisca no se nos fue. La asesinaron. A través de estas palabras confirmamos el fallecimiento de nuestra querida Fran”, declaró el medio Señal 3 La Victoria en un comunicado.
Con la muerte de Sandoval, “asesinada a balazos mientras cubría las manifestaciones del 1 de Mayo en Santiago, nuestro país baja otro peldaño en las garantías de libertad de expresión y protección al ejercicio de los periodistas”, dijo Faride Zeran, presidenta del Consejo Nacional de Televisión.
La semana pasada fueron detenidos tres autores de los disparos y quedó en prisión preventiva bajo cargos de homicidio frustrado y porte ilegal de armas el único imputado, Marcelo Naranjo, de 41 años.
Naranjo fue acusado en primera instancia por homicidio frustrado y ahora será imputado por homicidio consumado, dijo la fiscal Tania Sironvalle.
“Chile está viviendo el peor momento en seguridad desde el retorno a la democracia”, indicó el subsecretario de Prevención del Delito, Eduardo Vergara.
En un clima de hostilidad generalizada y desconfianza ante las instituciones, se mezclan actos vandálicos en medio de protestas sociales, aumento de grupos narcos en sectores pobres del país y mayor presencia de armas de fuego sin porte legal entre civiles.
*Con información de la AFP.