Los manifestantes que exigen la dimisión del presidente de Sri Lanka se negaban a dejar el palacio presidencial el domingo 10 de julio, luego de que irrumpieran en la residencia obligando al mandatario a huir y anunciar su renuncia esta semana.
“Nuestra lucha no ha concluido”, dijo a la prensa el líder estudiantil Lahiru Weerasekara. “No abandonaremos hasta que se vaya de verdad”, añadió.
Los manifestantes afirman que no se irán hasta que el presidente Gotabaya Rajapaksa salga del poder de forma efectiva.
Según el presidente del Parlamento, el mandatario “dijo que presentaría su renuncia el 13 de julio” para “garantizar una transición pacífica.
Los dramáticos acontecimientos del sábado fueron la culminación de una ola de protestas en esta isla, ubicada frente a la costa sur de India y sumida en una crisis económica y política sin precedentes, que los manifestantes atribuyen a la gestión del presidente.
Cientos de miles de personas se congregaron en la capital, Colombo, para exigir que Rajapaksa asuma su responsabilidad por la escasez de medicinas, comida y combustible que llevaron a un país relativamente próspero al caos. De hecho, el domingo, Naciones Unidas advirtió de la posibilidad de una grave crisis humanitaria.
Tras irrumpir en el palacio presidencial, que data de la era colonial, la multitud recorrió las ostentosas habitaciones, algunos saltaron a la piscina y revisaron el armario y las pertenencias de Rajapaksa.
Las tropas dispararon al aire para permitir que el mandatario escapara y luego Rajapaksa abordó un buque de la armada que lo llevó fuera de la isla.
Desde allí el mandatario de 73 años se ha aferrado al poder, pese a la ola de violencia que dejó varios muertos en mayo y que obligó a renunciar a su hermano Mahinda Rajapaksa, que ejercía como primer ministro.
Pero, finalmente, Gotabaya Rajapaksa tiró la toalla ante la presión de los manifestantes.
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El despacho de Rajapaksa, situado en la línea costera, también fue tomado por los manifestantes y otro grupo prendió fuego a la residencia del primer ministro, Ranil Wickremesinghe, pese a que este también anunció su renuncia.
Las imágenes publicadas en redes sociales muestran a una turba aplaudiendo el incendio, que se produjo poco después de que las fuerzas de seguridad atacaran a varios periodistas.
Más temprano, las fuerzas de seguridad intentaron dispersar a las inmensas multitudes congregadas en el distrito administrativo, lo que generó disturbios.
El principal hospital de Colombo informó que recibió 105 heridos el sábado y que el domingo 55 seguían ingresados. Entre los pacientes admitidos hay siete periodistas heridos.
Poco después de la medianoche, el general Shavendra Silva, hizo un llamado a la calma. “Existe una oportunidad para resolver la situación de crisis de una forma pacífica y que sea constitucional”, dijo en un breve discurso en la televisión.
Una fuente de defensa informó que Rajapaksa llegará a la base naval de Trincomalee en el noreste de la isla durante el domingo.
Estados Unidos urgió a los líderes de Sri Lanka a actuar “rápidamente” para buscar soluciones a largo plazo.
El jefe de la diplomacia de Estados Unidos, Antony Blinken, afirmó el domingo que el bloqueo de Rusia a los granos producidos en Ucrania debido a la guerra “puede haber contribuido” a la crisis.
Incertidumbre
La Unión Europea instó a “todas las partes a cooperar y centrarse en una transición pacífica, democrática y ordenada”.
Aún sigue siendo incierto que haya alguna figura en el legislativo que pueda reunir suficientes apoyos para suceder a Rajapaksa.
“Nos estamos acercando hacia una incertidumbre que es peligrosa”, señaló a la AFP el legislador Dharmalingam Sithadthan, perteneciente a la minoría tamil.
El político señaló que “Gota”, en referencia a Gotabaya Rajapaksa, “debería haber renunciado de forma inmediata sin dejar un vacío de poder”.
Sri Lanka lleva meses soportando la escasez de alimentos básicos, cortes de luz y una inflación desatada, después de que el país agotara sus reservas de divisas que son necesarias para las importaciones.
El Gobierno declaró una moratoria de su deuda por 51.000 millones de dólares y busca un préstamo del Fondo Monetario Internacional (FMI).
El FMI declaró el domingo que espera “una resolución de la situación actual que permita reanudar nuestro diálogo”.
*Con información de AFP.