Uno de los amigos de los multimillonarios que abordaron el sumergible declaró que a último momento declinó la oferta de montarse al Titán. El desenlace de la tripulación fue el peor.
La fascinación por el Titanic llevó a cinco millonarios a embarcarse en una aventura que tuvo un final fatal. Los pasajeros a bordo del sumergible perdido el domingo cuando se dirigían en un viaje turístico a los restos del emblemático barco hundido en el Atlántico Norte hace más de un siglo, finalmente perdieron la vida después de que los restos encontrados mostraran una “implosión” de la nave, según la empresa propietaria.
Durante varios días, las autoridades costeras y órganos externos desplegaron un operativo para dar con el paradero del sumergible. Las horas jugaron en contra, debido a que, por cada minuto que pasaba, el oxígeno de la nave se iba acabando. Sin embargo, cuando encontraron partes de la nave, se empezó a confirmar el peor de los escenarios.
Por medio de una conferencia de prensa, el contralmirante John Mauger de la Guardia Costera de Estados Unidos, junto con la información que publicó la empresa OceanGate Expenditions, se le informó al mundo que la tripulación falleció. Igualmente, se señaló que dar con el lugar donde están los cuerpos sería una tarea casi imposible, pero sin descartar la posibilidad.
La búsqueda de la tripulación le dio la vuelta al mundo y permitió que se conocieran más detalles de los pasajeros. Chris Brown, uno de los amigos del multimillonario Hamish Harding, reveló que declinó a último momento la oferta de embarcarse en el peligroso sumergible.
Harding fue una de las personas fallecidas en el Titán. Se destacó por ser un gran explorador y era un astronauta retirado de la Nasa. Por su parte, Brown es un magnate de marketing digital que pudo estar acompañándolos, pero al final no lo hizo.
Al igual que su amigo, a Brown también le gustan las aventuras intrépidas. Según The Sun, él pagó un depósito de diez mil dólares para estar en la tripulación. Sin embargo, cuando supo que la seguridad del sumergible no era la mejor, prefirió no hacer parte del viaje.
“Descubrí que usaban viejos postes de andamio como lastre del submarino y que sus controles se basaban en tipos de mandos para videojuegos”, declaró. Al percatarse de los inconvenientes que podía tener el sumergible con antelación, le envió un correo electrónico a los responsables de la logística para declinar el viaje y solicitar la devolución del dinero.
Igualmente, Brown señaló que había acordado anteriormente con su amigo Harding de ir juntos al Titán. En medio de una fiesta privada en la isla Necker del empresario Richard Branson en 2016, los dos amigos pagaron un depósito del 10 % para embarcarse en esa aventura. Para ese momento, el costo estaba en cien mil dólares, pero por causas ajenas el valor ascendió hasta los 250 mil dólares.
“Fui una de las primeras personas en apuntarse a este viaje con OceanGate mientras se desarrollaba el sumergible”, declaró el magnate al contar los términos en los que se dio el pago del depósito. Sin embargo, Brown priorizó su seguridad al no ver con buenos ojos la seguridad que ofrecía el sumergible.
Horas antes, cuando las autoridades se encontraban buscando a los pasajeros, Brown se lamentó por su amigo, pero afirmó que en esta situación Harding no habría tenido miedo. “Una cosa es segura, Hamish no es el tipo de persona que entra en pánico. Estará extremadamente tranquilo y procesando planes, esquemas e ideas a través de su enorme cerebro. Espero que sea una influencia tranquilizante para los demás en el submarino y que les dé esperanzas”, declaró.
Cuando se conoció la noticia del fallecimiento de los pasajeros, Brown se lamentó en un diálogo con Daily Mail. “Estoy profundamente entristecido por la tragedia del Titán. El mundo de la exploración ha perdido algunas personas increíbles. Y mis pensamientos están con las familias de todas las almas perdidas”, afirmó el magnate.