Desde este lunes 2 de enero, miles de fieles y seguidores del papa emérito Benedicto XVI se han acercado a la Basílica de San Pedro, en el Vaticano, para darle el último adiós tres días después de confirmarse su fallecimiento a los 95 años. El pontífice permanecerá en capilla ardiente hasta el momento de su funeral, programado para el jueves.
En el segundo día de velación, el primer ministro húngaro, Viktor Orban, y su esposa, Aniko Levai, se acercaron al templo para rendir homenaje al religioso, cuyo cuerpo yace frente al monumental baldaquino de Bernini, de acuerdo con medios italianos. El mandatario es la primera autoridad internacional que ingresa al lugar para presentar sus respetos.
Algunos fieles expresaron su conmoción, tras lograr despedirse de quien en su momento fue el sucesor de Juan Pablo II. En la jornada anterior, muchos de ellos empezaron a hacer filas de hasta tres horas aguardando por los 20 segundos, que se estima tiene cada persona, para observar los restos mortales de quien renunció en 2013 al liderazgo de la Iglesia católica.
“Lamenté ver al papa así”
“Fue una emoción muy grande, pero tengo la certeza de que ya no está aquí, sino que está allá en el cielo. Fue un homenaje digno, fue muy emotivo. Yo también vine ayer, pero tenía cosas que decirle y también vine hoy. Estoy segura de que una parte importante de la historia de la iglesia se ha cerrado y ahora tenemos que seguir adelante sin él”, señaló a Reuters Loredana Corrao, residente en Roma.
No obstante, para otros fue una conmoción: “Lamenté ver al papa así... No puedo decirte exactamente cómo me siento. Lo siento...”, dijo otro de los asistentes. “Siento compasión por él... Tuve el placer, la alegría y la suerte de conocerlo cuando estaba vivo. No puedo describir las emociones que siento ahora, me siento aturdido. Siento muchas emociones diferentes”, señaló, por su parte, un sacerdote de Bolonia.
La Santa Sede solamente ha entregado invitaciones oficiales, para el funeral, a las delegaciones de Italia y Alemania, país de origen de Joseph Ratzinger, y al equipo diplomático. De este último lugar estará presente el presidente Frank-Walter Steinmeier, y de Italia su par, Sergio Mattarella.
El jueves será el funeral
Así las cosas, los demás líderes mundiales que tengan la intención de participar en las honras fúnebres, presididas por el papa Francisco, lo podrán hacer, pero bajo título personal. Por ejemplo, en representación de España, se prevé que esté la reina Sofía, y el ministro de presidencia, Félix Bolaños, así como la embajadora de ese país europeo ante el Vaticano, Isabel Celaá.
Otras personalidades que han confirmado su asistencia son el rey Felipe de Bélgica; el presidente de Polonia, Andrzej Duda; el mandatario de Portugal, Marcelo Nuno Duarte Rebelo de Sousa, y la jefa de Estado de Hungría, Katalin Novak. La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, fue una de las primeras en acercarse a la basílica.
Pese a que, en un principio, se calculaban unas 30.000 personas por día, solamente este lunes se acercaron alrededor de 65.000 y tanto hoy como mañana miércoles las puertas del lugar estarán abiertas desde las 7:00 a. m. hasta las 7:00 p. m. (hora local). Entre tanto, la Prefectura de Roma desplegó un dispositivo de seguridad con más de 1.000 uniformados en las calles.
Según la Gendarmería del Vaticano, aproximadamente 25.000 personas estuvieron cerca del cuerpo de Benedicto XVI durante las primeras cinco horas de esta jornada. El funeral de un papa sin funciones no tiene establecido un protocolo específico, motivo por el que se adoptarán algunos pasos de un pontífice en ejercicio.
*Con información de Europa Press y Reuters.