El Papa Francisco delegó al presidente de los obispos italianos, el cardenal Matteo Zuppi, la tarea de mediar en Ucrania para lograr un alto al fuego. Zuppi calificó la guerra como “una pandemia”.
A su vez, el también arzobispo de Bolonia, indicó que ese suceso bélico mundial, “nos afecta a todos”.
El Vaticano confirmó recientemente la decisión de Francisco de que el presidente de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI) viajara próximamente a Kiev (capital de Ucrania), con el objetivo de mantener conversaciones con el presidente ucraniano Volodímir Zelenski y tratar de cimentar un alto el fuego en el conflicto.
Zuppi agradeció al Papa Francisco su voto de confianza por encomendarle la misión de paz en Ucrania y por “su profecía, tan rara hoy, cuando hablar de paz parece evitar tomar partido o no reconocer las responsabilidades que tiene cada uno”.
“La Iglesia y los cristianos creen en la paz, todos estamos llamados a ser artífices de paz, más aún en la terrible tormenta del conflicto”, agregó el arzobispo.
Del mismo modo, explicó que “durante la Segunda Guerra Mundial la Iglesia estuvo entre la gente y sobre el terreno” y defendió que hagan lo mismo en el conflicto en Ucrania.
“Somos el pueblo de la paz, empezando por Jesús, que es nuestra paz. Lo somos por la historia de nuestro país, por su ubicación en el Mediterráneo, bisagra entre el Norte y el Sur, pero también entre Oriente y Occidente. Lo somos por las raíces más profundas y características de nuestro pueblo”, destacó el religioso italiano.
Durante su alocución en la presentación de la Asamblea de la CEI, Zuppi pidió mantener los planes de ayuda a los desplazados por el conflicto, que arrancó en febrero del año pasado con la invasión de Ucrania por parte de las tropas rusas. “La solidaridad con los refugiados -los de Ucrania, pero no solo- es una acción de paz”, enfatizó.
“Hospitalidad y natalidad no solamente no se oponen, sino que se complementan y nacen del deseo de mirar al futuro”, reiteró el cardenal italiano al hilo de las recientes declaraciones del Papa Francisco en los Estados Generales de la Natalidad.
Sin embargo, Zuppi lamentado que “a menudo las parejas jóvenes” no puedan “formar una familia simplemente por la precariedad laboral o por la falta de políticas de apoyo, empezando por la vivienda”.
Así, aseguró que la “acogida de la vida naciente va acompañada de puertas cerradas a refugiados y migrantes”. Del mismo modo, criticó que hay “un nivel de dificultad burocrática que dificulta el camino de la integración, las reagrupaciones familiares, el largo tiempo que se tarda en obtener los permisos de residencia”.
“Somos un país en extinción. Necesitamos inmigrantes para vivir: las empresas, la familia, la sociedad los demandan. No sembremos de obstáculos, con una sombra punitiva, su camino en nuestro país!”, manifestó Zuppi refiriéndose a la baja natalidad que hay en Italia.
Y según dijo, en su opinión, faltan “soluciones estructurales” que se refieran “no solo al acceso al mundo del trabajo, sino también a la dignidad misma del trabajador, a una retribución justa, a la igualdad salarial entre hombres y mujeres, a las garantías sociales en caso de enfermedad propia o de un familiar”.
Hay que decir que el sumo pontífice el fin de semana hizo un llamado a la comunidad internacional: “Por favor, no nos acostumbremos a los conflictos y la violencia, no nos acostumbremos a la guerra, por favor. Y sigamos estando cerca del martirizado pueblo ucraniano”, pidió desde la ventana del Palacio Apostólico tras el Regina Caeli, que sustituye al Ángelus en periodo pascual.
*Con información de Europa Press.