Este mes se conoció el caso que le ha dado la vuelta al mundo: un médico, identificado como Giovanni Quintella Bezerra y especialista en anestesiología, es el responsable de los que serían frecuentes casos de abuso sexual contra sus pacientes, actos cometidos durante las cirugías en las que ellas se encontraban sedadas. Incluso más de lo normal, según denuncias.
El caso tuvo repercusión tras la revelación de la prueba que lo incrimina: un video del domingo 10 de julio, día en el que, mientras el galeno participaba en una intervención de cesárea, fue grabado sin que él lo notada. Ante la sospecha de la ocurrencia de hechos ilegales en procedimientos previos, sus compañeros instalaron un teléfono móvil oculto para vigilar el accionar del especialista.
En la grabación, revisada después de la intervención, se comprobó lo que los compañeros que hacían parte del cuerpo médico sospechaban: el anestesiólogo sacó su pene y lo introdujo, por espacio de diez minutos, en la boca de la materna intervenida, quien estaba en alto grado de sedación.
Según detallan medios locales de Brasil, si bien la actuación del médico no pudo ser prevenida, en tanto la evidencia solo pudo ser revisada hasta el final de la intervención, el video captado sí le permitió al personal del hospital poner el acto ilícito en conocimiento de las autoridades, dando pie a la captura del médico.
De acuerdo con un grupo de enfermeras, este médico ya había realizado este tipo de actos de violencia sexual varias veces y ellas lo sospechaban de tiempo atrás. Ellas explicaron que Quintella siempre se paraba junto a la cabeza de las pacientes al momento de realizar cesáreas y que colocaba su bata del cuello para arriba de las pacientes, logrando tapar su acto de los demás doctores y así no dejar ver sus malas intenciones.
Las enfermeras relataron que el anestesiólogo movía en repetidas ocasiones la cabeza de sus pacientes y, pasado un tiempo, les limpiaba la boca con una gaza.
Este era el procedimiento que efectuaba el médico, según las enfermeras, para abusar sexualmente de sus pacientes mientras estas permanecían bajo el efecto de la anestesia.
La cruenta historia
En la grabación del hecho, ocurrido al interior del Hospital de la Mujer de Vilar dos Teles, se puede observar cómo, en medio del procedimiento, y aprovechándose de algunos elementos que obstaculizaban la vista de sus compañeros durante la cirugía, el anestesiólogo saca su pene y lo introduce, por espacio de diez minutos, en la boca de la materna intervenida, quien se encuentra en alto grado de sedación.
Así, al término de la intervención de cesárea –la tercera que realizaba ese día el médico– el pasado domingo, la Policía pudo adelantar la correspondiente captura en el referido centro médico, ubicado en el municipio de Baixada Fluminense, en Río de Janeiro.
Según precisan los medios locales, la instalación de la cámara oculta sucedió debido a que al interior del cuerpo médico y de enfermeras se había sembrado un manto de dudas sobre el proceder del anestesiólogo. Esto, dadas las condiciones en que terminaban varias de las pacientes tras las intervenciones y advirtiendo que estas eran sedadas más de lo debido, lo que terminó siendo el detonante para descubrir tan escandalosa conducta.
De acuerdo con la reconstrucción de los hechos, evidenciados en el video entregado a las autoridades, se puede ver a la mujer víctima, inconsciente en la camilla. Mientras en la zona de su abdomen y su zona vaginal se centra la acción de la mayoría de especialistas y auxiliares, en la zona de la cabeza permanece el anestesiólogo, a quien los demás no pueden ver pues, pese a estar a menos de un metro de distancia, está separado por la instalación de una sábana, lo que le permitió no ser descubierto cuando abusaba de la mujer al lograr una suerte de felación.
Según la información recabada por medios locales, la práctica indebida del anestesiólogo se habría prolongado por cerca de diez minutos, al cabo de los cuales toma un pañuelo para ‘eliminar los rastros’, sin saber que estaba siendo vigilado por una cámara.
Tras el descubrimiento de las prácticas indebidas del especialista, las autoridades centran sus esfuerzos en lograr elaborar un rastreo de los pacientes intervenidos en otras cirugías en las que hubiese participado el abusador, con el objeto de determinar si estas podrían haber sido, eventualmente, también víctimas.
En declaraciones entregadas a medios locales, algunas enfermeras, compañeras del señalado abusador, afirmaron que en otras ocasiones les había generado sospecha el alto grado de sedación en el que se encontraban las pacientes de las intervenciones en las que participaba el acusado, afirmando que varias maternas incluso no tenían la suficiente fuerza para recibir a sus bebés cuando estos les eran presentados.
Las sospechas de que el hombre hubiese abusado anteriormente de otras pacientes es permanente, alimentada también por la posición que suele tomar el especialista durante las intervenciones, ya que gracias a su rol siempre está ubicado a la altura de la cabeza de los intervenidos, por lo que la ocurrencia de otras felaciones inconscientes podría ser posible.
Los miembros del equipo advirtieron que, durante las dos cesáreas previas que había practicado el pasado domingo Bezerra, este también presentó algunos comportamientos raros, como extraños movimientos, e incluso la instalación de sábanas que le aislaron totalmente del resto de personal presente en las cirugías.
Por ahora, parece que tras la revelación del caso, al menos otras tres mujeres se han presentado en el juzgado luego del juicio inicial para reportar sus casos de presunto abuso sexual por parte del mismo médico. Para los medios locales, estas tres mujeres son apenas la mitad de las aparentes seis víctimas de agresiones que el médico habría cometido.