La ONG Médicos Sin Fronteras anunció el viernes que suspende temporalmente sus actividades en la comuna de Cité Soleil, en las afueras de la capital haitiana, Puerto Príncipe, debido a la violencia de las pandillas.
“Condenamos todas las formas de obstaculizar y de ejercer violencia contra los servicios médicos, nuestros pacientes y los miembros de nuestro personal”, explicó Thierry Goffeau, jefe de la misión de MSF en Haíti, en un comunicado.
El hospital gestionado por la ONG permanecerá cerrado “mientras las condiciones de seguridad no estén garantizadas”, precisó el comunicado.
Haití está desde hace meses bajo el dominio de las pandillas, cuyo poder se ha extendido más allá de los barrios empobrecidos de Puerto Príncipe. Este país del Caribe enfrenta igualmente el recrudecimiento de los secuestros con entre cinco y diez personas raptadas cada día, según las organizaciones de defensa de derechos humanos.
Abierto desde hace más de una década, el centro hospitalario de Cité Soleil está dedicado a urgencias y cuidados pediátricos.
“Es una dolorosa decisión pues aquí recibimos heridos víctimas de la violencia que necesitan de atención inmediata y vital: con el cese de actividades el servicio va a reducirse drásticamente mientras la necesidad aumenta”, afirmó Goffeau.
Tras la última ola de violencia, los servicios a víctimas de quemaduras graves habían sido transferidos hacia otro establecimiento que la organización dirige en la capital.
En agosto pasado MSF ya había tenido que cerrar de manera definitiva el hospital que la ONG hizo funcionar por 15 años en el barrio de Martissant, uno de los más pobres de Puerto Príncipe.
De hecho, varias organismos de las Naciones Unidas alertaron también que el hambre en Haití registra un aumento “incesante”, que ha ido creciendo como la espuma debido a la inestabilidad política, la inflación y los desastres naturales.
Desde el Programa Mundial de Alimentos (PMA) advirtieron que si bien la asistencia humanitaria en el país ha tenido éxito en su misión de evitar una mayor catástrofe, Haití sigue experimentando una aumento persistente en los niveles de hambre.
El PMA señaló que hay cerca de 4,5 millones de haitianos que se encuentran en alto riesgo de inseguridad alimentaria aguda, en parte motivada por las consecuencias del terremoto del pasado mes de agosto, donde perdieron la vida más de 2.200 personas y hubo más de 12.700 heridos.
El representante del PMA en Haití, Pierre Honnorat, alertó que la situación es la “peor desde 2018″. “Haití forma parte de un ‘anillo de fuego’ que rodea el mundo donde las crisis climáticas, los conflictos, la covid-19 y el aumento de los costos están empujando a las comunidades vulnerables al límite”, apuntó.
Según proyecciones recientes, el 45 % de la población haitiana pasará hambre severa de marzo a junio y, de ellos, se estima que más de 1,3 millones se encuentran en la fase de emergencia de la Clasificación Integrada de la Fase de Seguridad Alimentaria (IPC, por sus siglas en inglés).
Por otro lado, a la hora de explicar la situación en la nación caribeña, el director general del Programa de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés), Patrick David, vinculó la coyuntura de la guerra en Ucrania con el acentuamiento de la inseguridad alimentaria en este país.
“Haití importa muchos alimentos y fertilizantes y el aumento de los precios de estos productos contribuirá aún más a la inflación, que ya es alta en el país”, reconoció David. En esta línea, Honnorat añadió que el trigo que importa la isla proviene principalmente de Rusia, por lo que no descarta que el precio de este bien se “multiplique” más aún en el futuro.
*Con información de la AFP y Europa Press.