El primer viaje de Donald Trump al Viejo Continente era una oportunidad para apaciguar y aclarar posturas, pero en lugar de eso el presidente de Estados Unidos más bien alimentó la perplejidad y la desconfianza de los europeos.Contexto: Los tres viajes de TrumpPara la canciller alemana Angela Merkel, Europa debe tomar su destino "en sus propias manos" frente a una alianza occidental dividida por el Brexit y la presidencia de Donald Trump en Estados Unidos."Los tiempos en los que podíamos depender completamente de otros están terminando. Lo he experimentado en los últimos días", lanzó Merkel ante una multitud reunida en un mitin electoral en Múnich, en el sur de Alemania."Los europeos tenemos de verdad que tomar nuestro destino en nuestras propias manos", agregó, pese a que Alemania y la Unión Europea (UE) sigan esforzándose por mantener buenas relaciones con Estados Unidos y Reino Unido.
Los británicos votaron por salir de la Unión Europea el pasado 23 de junio."Tenemos que luchar por nuestro destino", insistió la canciller, que acababa de regresar de una cumbre del G7 que el sábado finalizó, en la localidad siciliana de Taormina, sin acuerdo entre Estados Unidos y las otras seis grandes economías del planeta sobre la lucha contra el cambio climático.Merkel había calificado el sábado los resultados de este "seis contra uno" como "muy difíciles, por no decir muy insatisfactorios".Trump afirmó en un tuit que no anunciará hasta la próxima semana si Estados Unidos se mantiene o no en el Acuerdo de París, alcanzado en 2015 para combatir el calentamiento global.Consulte: El G7 se une contra el terrorismo, pero sin avances sobre cambio climático"Más que la indecisión estadounidense, lo importante es que la alianza de todas las demás grandes economías se ha reforzado (...), sobre todo en el terreno, con inversiones en infraestructuras limpias", comenta Laurence Tubiana, directora general de la European Climate Foundation.Según un informe de la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA) publicado esta semana, el número de personas empleadas en este sector pasó de siete millones en 2012 a 9,8 millones en 2016. Una cifra que podría alcanzar a los 24 millones de individuos de aquí a 2030, "compensando así las pérdidas de empleo en el sector de los combustibles fósiles".Puede leer: Europa resisteSi este argumento económico no convence a Trump, quien ha prometido reactivar la decaída industria del carbón en Estados Unidos, éste podría recurrir al artículo 28 del Acuerdo de París. Esa disposición permite que los firmantes se retiren del pacto, pero solamente tres años después de su entrada en vigor, que se hizo efectiva el 4 de noviembre de 2016.Trump también podría elegir permanecer en el acuerdo, pero reduciendo los objetivos estadounidenses sobre emisiones de gases de efecto invernadero."Son dos malas opciones y una de ellas (la segunda) es menos mala que la otra", considera Todd Stern, exnegociador estadounidense sobre el clima.En una etapa anterior a su gira, el presidente estadounidense había reiterado sus críticas a los aliados de la OTAN por no respetar el compromiso de destinar 2% de su Producto Interno Bruto (PIB) a la alianza militar.También, según la prensa, tildó las prácticas comerciales de Alemania como "malas, muy malas", durante conversaciones en Bruselas, quejándose de que la principal economía europea vende demasiados coches a Estados Unidos.