México se enfrenta este domingo a unos comicios decisivos. No sólo porque de las urnas saldrá el próximo presidente del país; también porque nunca en su historia reciente los mexicanos habían elegido a su líder en mitad de una ola de violencia como la actual. Durante la campaña han seguido las matanzas y las masacres, y en aquellos estados afectados por el narcotráfico, la seguridad es una prioridad y la principal demanda a los candidatos. Es por eso que una de las mayores obsesiones de las autoridades es evitar que puedan ocurrir incidentes en los colegios electorales; impedir que los carteles "acudan" a votar. "Existen zonas en las cuales hay manifestaciones de la delincuencia que tenemos que acotar, que tenemos que prevenir", dijo el secretario de Gobernación mexicano, Alejandro Poiré, este jueves. Pero "yo diría que no podemos calificar ésta como una elección de miedo", apuntó. El Instituto Federal Electoral (IFE), la institución encargada de organizar los comicios, reconoció que existe el riesgo de que en México los narcotraficantes quieran influir en la política a través de sus propios representantes, como ya ocurrió en Colombia en el pasado. Aunque de momento, aseguran las autoridades, la sombra del narco se extiende sólo a nivel local, y México no verá, al menos en esta elección, a un diputado nombrado por un cartel, de acuerdo al IFE. "En México estamos en la etapa inicial de ese proceso, ojalá se pueda resolver la problemática antes de que pasemos al estadio secundario en ese tipo de cuestiones", aseguró el presidente del instituto, Leonardo Valdés, en una entrevista con el diario Reforma. Sin embargo, recientes casos como los de exgobernadores de Tamaulipas acusados de vínculos con el crimen organizado o el del exdiputado federal Julio César Godoy, acusado de apoyar a una banda de narcotraficantes en Michoacán, han puesto en alerta a los organizadores del proceso. Focos rojos La semana pasada, representantes de los órganos de inteligencia del país y las fuerzas militares mantuvieron una reunión para analizar las condiciones de seguridad el día del voto. "No existe ningún indicio que nos permita sospechar que exista una amenaza o interés del crimen organizado en participar en la elección de presidente, senadores o diputados federales", le dice a BBC Mundo Rogelio Cerda Pérez, presidente de la comisión de Seguridad Nacional del Congreso y participante en ese encuentro. Sin embargo, sí "hay algunos pequeños focos rojos en algunos estados, a nivel municipal", matiza el diputado del Partido Revolucionario Institucional. Este 1 de julio los mexicanos también acuden a las urnas para elegir seis gobernadores, alcalde de la Ciudad de México, y cerca de 900 ayuntamientos. Es en los pequeños municipios de los estados más afectados por el narcotráfico donde la amenaza del narco puede cernirse sobre el voto. "El crimen organizado se interesa por las elecciones municipales en algunas partes del país. No es que les importe quién es el alcalde, pero sí quién es nombrado jefe de policía, porque así pueden controlar el trasiego de drogas", sostiene Cerda. Michoacán Probablemente el caso más significativo es el del estado de Michoacán, en la costa del Pacífico, aunque no el único. Allí, la administración de Felipe Calderón denunció los intentos del cartel de 'La Familia Michoacana' por influir en la elección de gobernador y alcaldes de noviembre del 2011 a través de extorsiones y amenazas. Para esta ocasión, el gobierno estatal de Michoacán anunció que para el próximo domingo se reforzará la vigilancia en 20 municipios, considerados de "alto riesgo" ante las posibles amenazas del crimen organizado o por conflictos sociales. Y el ejecutivo de Calderón reconoció que intensificará la supervisión con más tropas federales en algunas áreas golpeadas por el narco, aunque sin especificar cuáles. Ataque a candidatos México tiene una larga tradición electoral y los incidentes en las casillas o los centros de votación han sido aislados. Pero también un historial de atentados y asesinatos de candidatos a cargos públicos, entre ellos el del aspirante presidencial del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en 1994, Luis Donaldo Colosio. O el postulante a gobernador de Tamaulipas por el mismo partido, en el 2010, Rodolfo Torre Cantú. En la actual campaña han sido varios los candidatos a puestos locales atacados, algunos incluso muertos, en Jalisco y Guerrero. El Estado Mayor mexicano ha dispuesto elementos de la Policía Federal y el Ejército para custodiar a los candidatos presidenciales durante sus giras por los estados. En los lugares más afectados por la violencia, algunos aspirantes optaron por llegar en avión privado o en helicóptero a los municipios. Quizás una prueba de que, aunque la violencia no haya sido el tema prioritario en esta campaña presidencial, sí ha sido una preocupación para los equipos de los candidatos. ¿Qué proponen los candidatos contra la violencia? Enrique Peña Nieto Una Nueva Estrategia Nacional para Reducir la Violencia. Crear una política nacional de prevención del delito; reestructurar y profesionalizar a las policías del país; modernizar y mejorar el sistema de justicia; consolidar un sistema penitenciario que reforme y no forme delincuentes; y focalizar los esfuerzos en las zonas con mayor violencia. Disminuir significativamente las tasas de homicidios y de secuestros del país, así como las extorsiones. Crear una Gendarmería Nacional. Este nuevo cuerpo de seguridad pública, de origen militar, estaría bajo mando civil y de la Comisión Nacional Anticorrupción. Andrés M. López Obrador Nombramiento de funcionarios honestos.   Combatir el desempleo, la pobreza, la pérdida de valores y la ausencia de alternativas sociales, educativas y laborales. Fortalecer a la policía federal y a la coordinación con estados y municipios, profesionalizando y depurando a los elementos policíacos y mejorando sus ingresos y su situación social. Cooperación internacional, basada en el apoyo al desarrollo social. Gradualmente se retirará el Ejército y la Marina del combate al narcotráfico y no se les utilizará para resolver conflictos de orden social o suplir la incapacidad del gobierno civil, ni para reprimir al pueblo. Implementar el mismo sistema de seguridad pública que existe en el gobierno del Distrito Federal. Josefina Vázquez Mota Segunda fase de la actual estrategia del presidente Felipe Calderón. Foco en los delitos de la extorsión, el secuestro, el robo y los homicidios. Crear la policía nacional formada por al menos 150 mil policías con disciplina, equipamiento y controles de confianza. Los resultados se medirán no sólo por criminales capturados, sino por cuan estables y seguras están las comunidades. Gabriel Quadri de la Torre Mantener al Ejército en tareas de seguridad pública mientras se construye una Policía Federal de clase mundial. Desaparecer las policías municipales. Promover e impulsar una cultura de legalidad ciudadana desde la educación básica; dignificar social y económicamente a las fuerzas de seguridad pública. Crear la Cédula Nacional de Identidad con datos biométricos infalsificables. Impulsar un debate formal para encontrar mecanismos de regulación de las drogas y atención a las adicciones como problema prioritario de salud pública.