Una triste noticia enluta a la familia Gaona en Colombia, después de que sus familiares se enteraran, 10 meses después, que Samuel murió baleado en una de las ciudades más peligrosas de México: Tijuana.
Samu, como le llamaban sus familiares llegó a cabo primero, estuvo en el Putumayo, en Cali y en Medellín, en muchos puestos en Colombia; sin embargo, contó con la mala suerte de quedar sordo de un oído tras un enfrentamiento con la guerrilla.
Sandra Gaona, hermana de Samuel, cuenta en SEMANA que su hermano comenzó a llenarse de deudas porque invirtió mucho dinero en tratar de recuperar la audición. “Fuera de eso que el ejército paga bien poquito”, dijo Sandra, asegurando que su hermano pidió la baja voluntariamente porque un amigo que conoció cuando vivió en Cali le aseguró que en México había mucho trabajo.
El amigo de Samuel le aseguró que no tendría problema en trabajar con varias plataformas de transporte y que ganaría buen dinero que le serviría para sustentar sus gastos y pagar sus deudas, “Samu viaja el 29 de noviembre del 2023 y hace escala en Cancún, llegó a Tijuana el 2 de diciembre”, dijo.
“Cachetona, esto acá es horrible, esta ciudad es horrible, es fría, es peligrosa, no nos quieren a los colombianos, yo he visto que uno entra a preguntar por algo y escupen, yo siento que acá no nos quieren”, fue una de las últimas conversaciones que tuvo Samuel con su hermana Sandra.
Preocupada por la situación de su hermano, Sandra le pidió que regresara al país y que de alguna forma iban a sobrevivir, aunque a su hermano, lo que más le preocupaba era el tiquete de regreso, “miramos y se devuelve”, le respondió la hermana. Desde ese momento, 3 de diciembre del 2023, su familia no volvió a saber nada más de Samuel.
Desesperados por saber del paradero del colombiano, la familia decidió hablar con su amigo que se encontraba en México y pedirle ayuda para localizarlo.
El hombre, que conocía lo que había ocurrido con Samuel, aseguró que el colombiano estaba detenido por la policía Federal de México, “lo cogió la Federal y la Federal para soltarlo nos pidió 5.000 dólares, yo les alcancé a mandar 1.500 en un Oxxo”, dijo.
El amigo de Samuel compartió la conversación que tuvo con los supuestos miembros de la Policía Federal de México y con Samuel, justo en el momento en el que había sido detenido. En el chat, se puede ver una imagen compartida por Samuel en la que se le ve sentado en la parte trasera de un vehículo que está marcado con las palabras “Policía Federal”.
SEMANA conoció un audio que Samuel le habría enviado a su amigo dándole la autorización para que pudiera negociar su liberación: “Cuadre bien con ellos, ahí con confianza con ellos”, dijo Samuel en un tono desconcertante y con un presunto temor de lo que podría ocurrir.
“En ese audio que mandó mi hermano estaba muy asustado, mejor dicho estaba tembloroso”, aseguró Sandra.
El amigo de Samuel procedió a “cuadrar” la liberación del colombiano depositando el dinero a una cuenta solicitada por ellos mismos, en montos de diferentes denominaciones, con el fin de que fuera liberado de inmediato y su vida no corriera peligro, sin embargo, las cosas no salieron como esperaban.
Mientras esto ocurría en México, los familiares de Samuel estaban haciendo lo posible por pedir ayuda a las autoridades colombianas para que se esclarecieran los hechos y pudieran encontrar a su familiar; enviaron derechos de petición, publicaron imágenes en las redes sociales y hasta un video publicado por la misma madre del desparecido.
“Me llamaron del consulado de Colombia en México, me dijeron que tenían mi denuncia y me dijeron que tranquila, que esto entro en una investigación, pero hasta el momento en el Semefo (Servicio Médico Forense) ‘no hay nadie con las características de tu hermano’”, le dijeron, así que Sandra no perdió la esperanza y siguió buscando porque tal vez, su hermano si seguía detenido por las autoridades mexicanas.
La tragedia se conoció el pasado 24 de octubre, cuando llamaron a los familiares de Samuel a decirles que necesitaban conectarse a una videoconferencia con el consulado y un fiscal de Baja California donde mostraron un registro fotográfico para que fuera reconocido un cadáver que tenía las características de Samuel.
“El labio de arriba lo tenía bastante inflamado como si le hubieran dado golpes en la boca y el tabique lo tenía dañado, pero no era irreconocible”, dijo.
La familia de Samuel reconoció su tatuaje en el brazo derecho y su rostro de inmediato, había sido asesinado. “Este ciudadano fue levantado por una calle cerca al aeropuerto de Tijuana, tenía impactos de bala en el pecho y en el estómago y fue levantado el 4 de diciembre”, dijo Sandra narrando lo que le había dicho la fiscalía encargada en México.
Cancillería les aseguró que no se preocuparan, pero finalmente si les confirmaron que viendo los detalles, la repatriación salía por 40 millones de pesos, “nosotros no contamos con los recursos, la mamá es una señora de 75 años, ella solo pide y pide, pero nadie le colabora”, dijo.
“El presidente Petro, pues que voltee los ojos para donde nosotros y nos eche una manito, que nos diga vea, ‘los voy a ayudar’”, pidió Sandra a las autoridades colombianas para que le ayuden a repatriar el cuerpo de su hermano, ya que teme que al no repatriar a Samuel, las autoridades mexicanas opten por desechar sus restos.
“La hipótesis que yo tengo es que lo mató la Federal, es mi hipótesis no le estoy echando la culpa a nadie, en el momento en que le pidieron los papeles se dieron cuenta de que él era militar y de pronto estaban pensando que estaba haciendo inteligencia allá, tal vez es por eso”, aseguró.
Sandra recordó a su hermano en SEMANA, y aseguró que era alegre, carismático y tierno, con toda la familia y con todos, “un hombre que trabajaba para darle a la mamita de él y un hombre enamorado de la vida”, aseguró y dijo que también era una persona trabajadora y rebuscadora.