La demanda pierde fuerza, la producción industrial también se debilita, los anuncios de despidos masivos están a la orden del día: las señales negativas se multiplican para la economía de Estados Unidos a comienzos de este 2023.
Hasta ahora, a pesar de una inflación récord en 40 años y una fuerte subida de tasas por la Reserva Federal (FED, banco central) para tratar de contener el alza de precios, la mayor economía mundial parecía soportar los golpes gracias al consumo de los estadounidenses y un mercado laboral muy dinámico.
En diciembre, la tasa de desempleo se mantuvo en 3,5%, un nivel históricamente bajo, con datos de creación de puestos de trabajo por encima de lo esperado. Asimismo, las ventas minoristas crecieron hasta octubre. Pero desde noviembre la tendencia se revirtió y en particular el sector tecnológico sufre y se multiplican los despidos masivos.
Este miércoles se conoció que el gigante informático Microsoft va a despedir a 10.000 empleados de aquí a finales de marzo, cerca del 5% de su personal, entre otras medidas de reducción de costes. Según explicó el grupo en un documento bursátil, toma esta decisión “en respuesta a las condiciones macroeconómicas y a los cambios en las prioridades de los clientes”.
En una carta a los empleados, que fue hecha pública, el número uno de Microsoft, Satya Nadella, explica que si bien “los clientes aumentaron sus gastos informáticos durante la pandemia”, ahora están tratando de optimizar y “hacer más con menos”. Las empresas del mundo entero dan muestras de “prudencia” en el gasto ante los riesgos de recesión, mientras que la inteligencia artificial revoluciona el sector, añadió.
Otros grupos del sector tecnológico anunciaron despidos en los últimos meses, como la gigante del comercio en línea Amazon y la compañía de software Salesforce, que a inicios de enero dieron parte del cese de 18.000 y 8.000 personas, respectivamente. Meta, la matriz de Facebook e Instagram, anunció en noviembre el despido de 11.000 personas.
A pesar de las fiestas de fin de año y las promociones del célebre Black Friday, las ventas minoristas bajaron. El monto total de gastos de los estadounidenses, según el último informe publicado el miércoles, ascendió a 677.100 millones de dólares en diciembre, 1,1 % menos que en noviembre, cuyos datos fueron de hecho revisados a la baja.
La caída del volumen de gastos se explica en parte por un descenso de precios, en especial de los carburantes, pero también muestra que los márgenes para los consumidores se achican.
¿Recesión a la vista?
Estos datos “ponen el consumo en mala posición a comienzos de 2023″, expresó en una nota Kieran Clancy, economista de Pantheon Macroeconomics. “Los consumidores comienzan a reducir sus gastos no esenciales por un contexto económico incierto”, añadió.
Además, el alza de tasas de interés de la FED encarece el crédito y, aunque baja la presión sobre los precios, también limita la capacidad de gastar e invertir.
El alza de costos de crédito y un mercado laboral que da muestras de debilitarse “serán problemas adicionales para los consumidores. Sin embargo, una moderación gradual de la inflación debería beneficiar a las familias”, resumió en una nota la economista jefe para Estados Unidos de HFE, Rubeela Farooqi.
Precisamente, fue lo que prefirió destacar el presidente Joe Biden, para quien los nuevos datos dan prueba de “verdaderos progresos en la lucha contra la inflación”.
La inflación cede desde hace varios meses. En diciembre, la medición a 12 meses, marcó 6,5 % de aumento de precios, según el índice de precios al consumo (CPI) publicado la semana pasada. También la producción industrial volvió a bajar: cedió 0,7 % entre noviembre y diciembre, más que el 0,1 % de caída que esperaban los analistas, según el consenso reunido por Briefing.com
“Algunos sectores de la economía se ven más afectados que otros y la industria parece orientarse hacia una ligera recesión, que debería comenzar en el segundo trimestre de este año”, anticipó Ryan Sweet, economista jefe de Oxford Economics.
*Con información de AFP.