Los principales miembros del Partido Conservador de Reino Unido están discutiendo la posibilidad de reemplazar a la actual primera ministra, Liz Truss, con una candidatura conjunta de los exministros Rishi Sunak y Penny Mordaunt.

Poco más de un mes después de la llegada al poder de Truss, cuando se convirtió en la cuarta líder conservadora en seis años, la mandataria británica se encuentra bajo presión por parte de importantes miembros de su partido, quienes supuestamente estarían planeando un reemplazo, a medida que crece la especulación de que sus días están contados, según el diario The Times.

Los miembros del partido predicen que un pacto entre Sunak –que perdió ante Truss en la votación interna– y Mordaunt –quien se erigió la tercera en la contienda por el liderazgo– tendría el apoyo de la “abrumadora mayoría de diputados conservadores”, recoge el citado periódico.

Las fuentes consultadas por el medio británico han asegurado que más de una veintena de exministros y altos diputados están planeando decirle a Truss que renuncie. “Las conversaciones se están intensificando”, dijo un exministro bajo anonimato.

Las encuestas de YouGov para The Times muestran que casi la mitad de los que votaron por los conservadores en las últimas elecciones quieren que los parlamentarios del partido expulsen a Truss. El 62 % indica que los miembros del partido tomaron una decisión equivocada al votar por la líder, mientras que el 43 % quiere que el partido instale a un nuevo primer ministro.

Otro diputado afirmó que los partidarios de Sunak, Mordaunt y Truss tienen que averiguar cuál es la forma de gobernar. “La gente de Rishi, la gente de Penny y los sensatos partidarios de Truss que se dan cuenta de que ella es un desastre necesitan sentarse y averiguar cuál es el candidato de la unidad”.

El ministro de Exteriores británico, James Cleverly, alertó este jueves de las “desastrosas” consecuencias que acarrearía sustituir a Truss en el cargo, algo que tildó de “mala idea, no solo políticamente, sino también a nivel económico”.

“Esto es lo más importante del presupuesto. Truss dijo que protegería a las personas y los negocios ante el aumento sin precedentes del precio de la energía. Eso es lo que está haciendo”, señaló Cleverly, en un nuevo intento de defender la polémica política económica prometida por el Gobierno, que prevé bajar los impuestos sin recortar el gasto público.

La última encuesta sobre intención de voto realizada por YouGov muestra que los laboristas se sitúan ahora a unos 28 puntos porcentuales de los conservadores. Los tories se harían así con el 23 % de los apoyos frente a los laboristas, que obtendrían el 51 %. Por el momento, Truss ha descartado convocar elecciones anticipadas.

37 días en el cargo

Truss, de 47 años, fue nombrada primera ministra el 6 de septiembre tras una campaña de dos meses entre los diputados, primero, y los afiliados, después, del Partido Conservador británico en busca de un sucesor para Boris Johnson. Es la cuarta líder de la formación conservadora desde 2016.

Con la presentación a finales de septiembre de sus controvertidas medidas económicas, en un momento en que la inflación roza el 10 %, el Gobierno buscó “asegurar que los impuestos bajen para 30 millones de personas y esos son mensajes muy fuertes”, defendió Cleverly en el canal Sky News. “Creo que tenemos que ceñirnos absolutamente a ella”, agregó.

Tras el anuncio de estos recortes fiscales masivos sin una financiación clara, los mercados reaccionaron violentamente. La libra alcanzó un mínimo histórico a finales de septiembre, provocando reacciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco de Inglaterra (BoE).

Algunos conservadores, como el ministro David Davis, denunciaron “enorme desorden” creado por estas medidas, sugiriendo que se revisen algunos de los recortes fiscales.

En la sesión semanal de preguntas a la primera ministra del miércoles, Truss, que fue abucheada por la oposición laborista, descartó recortar el gasto público para financiar sus recortes fiscales, y repitió que contaba con el crecimiento del PIB para sacar al país de la crisis.

Pero confiar en un rápido crecimiento de la economía británica, actualmente amenazada de recesión, es ilusorio, advirtió un exasesor del Banco de Inglaterra.

“La única manera de que esto funcione es si asumimos que el crecimiento se acelerará de la manera que el Gobierno quiere. Creo que mucha gente lo ve como una ilusión”, dijo Martin Weale, ahora profesor de economía en la King’s Business School, a Times Radio.

A pesar de la agitación en los mercados y en el seno de su partido, Downing Street afirma que Truss –que ya dio marcha atrás en una medida clave de su presupuesto– está “centrada únicamente en el objetivo de crecimiento a través de los cambios y reformas previstos”. Otros, sin embargo, no descartan que se vea próximamente obligada a dar nuevos giros a sus polémicas medidas.

Con información de Europa Press y la AFP.