Los palestinos de Gaza pasaron la noche en completa oscuridad, rodeados por las ruinas de vecindarios asolados, mientras el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahul, prometió “aplastar y destruir” a Hamás, con el respaldo de un nuevo Gobierno de guerra que incluye a uno de sus críticos.
“Todo miembro de Hamás es hombre muerto”, afirmó Netanyahu en un discurso televisado.
Los grupos de ayuda internacionales advirtieron que las muertes en Gaza podrían acelerarse a medida que el territorio se queda sin suministros en medio del bloqueo impuesto por Israel. La guerra, que comenzó tras un sangriento y amplio ataque de Hamás a Israel, se ha cobrado ya la vida de al menos 2.400 personas en ambos bandos.
Las fuerzas israelíes “se están preparando para una maniobra terrestre si se decide”, indicó el teniente coronel Richard Hecht, un vocero del Ejército, añadiendo que el liderazgo político no ha ordenado aún el despliegue. Una ofensiva terrestre en Gaza, la primera desde la guerra de 2014, podría elevar más el número de bajas en ambos lados en brutales combates puerta a puerta.
Objetivo: las fuerzas de élite de Hamás, Nukhba
El Ejército israelí dijo que el objetivo de su ofensiva nocturna fueron las fuerzas de élite de Hamás, Nukhba, incluyendo los centros de mando utilizados por los combatientes que atacaron Israel el sábado y la vivienda de un alto oficial naval del grupo insurgente que, según indicó, que empleaba para almacenar armas no especificadas.
“Ahora mismo estamos centrados en acabar con sus altos mandos”, explicó Hecht. “No solo la cúpula militar, sino también la cúpula gubernamental, hasta (el máximo dirigente de Hamas, Yehiyeh) Sinwar. Estaban directamente conectados”.
El ministerio del Interior de Gaza, dirigido por el grupo terrorista, apuntó que los ataques israelíes derribaron sin previo aviso dos viviendas de varios pisos sobre los residentes y mataron e hirieron a “un gran número” de personas, principalmente civiles. La milicia ha amenazado con asesinar a los rehenes israelíes si Israel ataca a la población civil gazatí sin previo aviso.
Sin suministro en Gaza
Israel suspendió la entrada de alimentos, agua, combustible y medicamentos al enclave palestino. El miércoles, su única central eléctrica se quedó sin combustible y cerró, dejando la generación de electricidad en manos de los escasos generadores privados, que se apagarán también si no se permite la llegada de combustible.
Un alto funcionario del Comité Internacional de la Cruz Roja indicó que la falta de electricidad podría paralizar los hospitales y pidió a Hamás que libere a los rehenes.
“A media que Gaza se queda sin electricidad, los hospitales se quedan sin electricidad, lo que pone en peligro a los recién nacidos en incubadoras y a los pacientes ancianos con oxígeno. La diálisis renal se frena y no se pueden tomar radiografías”, dijo Fabrizio Carboni, director del CICR para la región. “Sin electricidad, los hospitales corren el riesgo de convertirse en morgues”.
En Israel, el líder de la oposición Benny Gantz — exministro de Defensa y rival político de Netanyahu — se unió al nuevo Gobierno de guerra en un momento en que parece cada vez más probable que el Ejército lance una ofensiva terrestre sobre Gaza. Israel ha llamado a filas a 360.000 reservistas, acumuló tropas adicionales cerca de Gaza y desalojó a decenas de miles de residentes en comunidades cercanas al territorio palestino.
*Con información de AP