Migrantes de El Salvador, Guatemala y Honduras “gastaron 2.200 millones de dólares al año” en ir de manera regular e irregular a Estados Unidos en los últimos cinco años, la mayor parte en pagar a los traficantes que los ayudan en la travesía, afirma este 23 de noviembre un informe.
“En vista del costo elevado de la contratación de un traficante o coyote, se calcula que, de ese total, las personas migrantes gastaron alrededor de 1.700 millones de dólares al año en desplazamientos irregulares con un traficante”, señala un informe sobre la migración en Centroamérica presentado por el Instituto de Política Migratoria (MPI), el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU y el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT).
La pobreza, la inseguridad alimentaria, los choques climáticos y la violencia empujaron a un promedio anual de 378.000 centroamericanos a migrar a Estados Unidos durante los últimos cinco años, destaca.
55 % de los migrantes, añade el informe, contrataron a un traficante, conocidos como “coyotes”, por un costo promedio de 7.500 dólares por persona (a través de canales regulares hubieran pagado 4.500 dólares) y 89 % de ellos quiere ir a Estados Unidos.
El informe se ha elaborado a partir de datos recopilados en encuestas a miles de hogares, tanto presenciales como en línea, en los tres países centroamericanos.
En solo dos años el porcentaje de personas que consideraron migrar se ha disparado, pasando de 8 % en 2019 a 43 % en 2021, pero solo 3 % de ellos hizo planes concretos, por miedo a “la separación familiar y los altos costos”.
Entre las principales causas de la migración cita la inseguridad alimentaria, la violencia y la crisis climática.
Y enumera varias recomendaciones para solucionar la crisis migratoria, como fomentar programas nacionales de protección social que alivien la pobreza y erradiquen el hambre e iniciativas de desarrollo, como ayudando a agricultores pequeños o formando a jóvenes y mujeres.
El informe aboga asimismo por crear incentivos para que la diáspora invierta en obras públicas y pide que los países de destino como Estados Unidos apliquen políticas que amplíen las vías legales de migración para los centroamericanos.
Cabe mencionar que la Oficina del Censo de los Estados Unidos indica que actualmente hay 31,7 millones de hispanos en su territorio -11,7 % de la población total-, de los cuales casi veinte millones son de origen mexicano.
Además, es uno de los países de la región que ha experimentado cambios en la movilidad y ha impuesto una serie de restricciones de entrada a los flujos migratorios. Así mismo, ha sido uno de los que más se ha visto afectado por la emisión de visas y los permisos de estancia por los efectos de la pandemia, y medidas como cierre de fronteras terrestres, requisitos sanitarios y restricciones temporales de entrada para algunas nacionalidades han sido parte de la estrategia de la región para la contención del virus.
*Con información de AFP.