El viernes en la noche, Estados Unidos vivió un nuevo episodio trágico por la tenencia de armas. Cinco personas fueron asesinadas por un hombre en Texas, después de uno de sus vecinos fuera a pedirle que hiciera menos ruido, pues su bebé estaba intentando dormirse.
El hombre que presuntamente cometió el crimen es de nacionalidad mexicana y las víctimas del tiroteo eran de Honduras.
¿Cómo sucedió?
El pasado viernes 28 de abril, la gente del pueblo escuchó a alguien lanzando tiros al aire, es usual que muchas personas disparen en ese pueblo de Texas, bastante rural, como una forma de desestresarse.
Wilson García, quien tenía un hijo de un mes que estaba llorando, decidió, junto con otros dos vecinos ir a donde su vecino a pedirle “respetuosamente” que disparara más lejos de su casa, por el ruido que estaba haciendo.
“Nos dijo que estaba en su propiedad y que podía hacer lo que quisiera”, dijo García el domingo después de una vigilia en Cleveland, Texas, según informa la agencia AP.
El presunto atacante Francisco Oropeza, de 38 años y de origen mexicano, en lugar de dejar de dispara empezó a disparar más y más fuerte. García empezó a escucharlo cada vez más cerca, la familia García llamó 5 veces a la policía, que cinco veces aseguró que estaba en camino.
Unos 10 minutos después de que García regresara de la casa de su vecino se percató de que este estaba cargando su arma. “Le dije a mi esposa: entra. Este hombre cargó su arma” cuenta García a la AP, y dice que ella respondió pidiéndole a él que se entrara, asegurando que a ella no le disparía “no me va a disparar, soy mujer”.
El pistolero se acercó a la casa y comenzó a disparar. La esposa de García, Sonia Argentina Guzmán, de 25 años, estaba en la puerta principal y fue la primera en morir.
Había 15 personas en la casa, varios de ellos amigos que habían estado allí para unirse a la esposa de García en un retiro de la iglesia, de acuerdo con García el pistolero parecía tener la intención de matar a todos.
En total fueron cinco los muertos, el más joven el hijo de García, Daniel Enrique Laso de 8 años, y dos mujeres que murieron mientras protegían al bebé y la hija de 2 años de García. Además del hijo de García, las otras cuatro víctimas fueron identificadas por la policía como Sonia Argentina Guzmán, de 25 años, esposa de García y Diana Velázquez Alvarado, de 21 años, Julisa Molina Rivera, de 31 y José Jonathan Casarez, de 18 años.
“Estoy tratando de ser fuerte para mis hijos”, dijo García, llorando. “Mi hija más o menos entiende. Es muy difícil cuando empieza a preguntar por mamá y por su hermano”, asegura.
Las críticas al gobernador
El gobernador republicano Gregg Abbott anunció una recompensa por la captura del hombre de 38 años, acusado de disparar fatalmente a las cinco personas, todas provenientes de Honduras.
Al momento de anunciar la búsqueda y la recompensa por Francisco Oropeza, el mexicano buscado por los crímenes, Abbott aclaró que todas las víctimas eran “inmigrantes ilegales”, por lo cual recibió fuertes críticas.
No es la primera vez que Abbott es acusado de tratamientos racistas, el gobernador también ha sido blanco de críticas por enviar buses llenos de migrantes ilegales a otras ciudades, usándolos para propósitos políticos, sin considerar sus condiciones y bienestar.
El hecho de haber destacado que se trataba de inmigrantes ilegales fue denunciado por muchos como deshumanizante y como una indicación de que se intentó desviar la atención, sobre el tema de las laxas leyes de tenencia de armas en Texas que, según los demócratas, han creado un entorno inseguro para los residentes.