La Arquidiócesis de Monterrey dio a conocer que tras el paso de la tormenta Hannah por este estado mexicano reapareció una escultura de la Virgen de Guadalupe que llevaba 10 años desaparecida. Creada para la visita de Juan Pablo II en 1990, la escultura había desaparecido el 1 de julio de 2010 después de los destrozos producidos por el huracán Álex. La estatua, de 12 metros de alto y 10 toneladas de peso, resurgió bajo los escombros del río Santa Catarina, a 200 metros del lugar en donde había sido instalada para la visita del pontífice. La escultura había sido instalada a un costado de la Avenida Constitución y recibió la bendición del papa polaco, durante la congregación de miles de personas en el lecho del río.
“Hoy el rostro de la Virgen de Guadalupe fue descubierto entre rocas, a unos 200 metros de donde la estructura fuese instalada inicialmente en 1990 para la segunda visita del papa Juan Pablo II”, señaló la Arquidiócesis. La reaparición de la escultura “parece un milagro”. La Arquidiócesis señala que existe una réplica, pero que la reaparición de la original una década después puede estar relacionada con una intervención divina. "Actualmente existe una réplica de este precioso monumento de nuestra Virgen Santísima de Guadalupe en la misma ubicación. Sin embargo, parece un milagro que la estructura original apareciera justo a días de cumplirse 10 años de haber desaparecido", puntualizó la Arquidiócesis de Monterrey.
Tras la desaparición de la Virgen de la Constitución en 2010, el monseñor Aureliano Tapia solicitó la búsqueda del monumento a las autoridades del municipio de Monterrey. La escultura fue hallada a seis metros de profundidad, pero por su peso el rescate no fue posible, por lo que se decidió hacer una réplica para reemplazar la que había sido bendecida por Juan Pablo II.
“Se espera que en los próximos días esta imagen pueda ser rescatada y, de resultar con éxito la misión, sea colocada en un nuevo punto de la ciudad para su merecida veneración”, concluyó la Arquidiócesis, que resaltó la reaparición de la escultura como símbolo de esperanza en momentos de dificultad que vive México y el mundo por el coronavirus.