Miles de indígenas y estudiantes ecuatorianos intensificaron este miércoles 15 de junio las protestas contra el gobierno del presidente Guillermo Lasso, al que le reclaman una reducción del precio del combustible en el país petrolero.
Las caravanas se produjeron tras la corta encarcelación del líder aborigen Leonidas Iza, quien enfrentará un juicio por paralizar el transporte público con el bloqueo de vías durante las manifestaciones.
Las protestas se desarrollaron sin incidentes en Quito, pero los enfrentamientos se repitieron en otras provincias y dejan desde el lunes al menos una veintena de detenidos y más de diez heridos, incluyendo civiles y militares.
Con cierres de carreteras, los indígenas ecuatorianos iniciaron el lunes protestas indefinidas para reclamar la reducción de precios de combustibles y la renegociación de deudas de campesinos con la banca.
La población indígena representa un millón de los 17,7 millones de habitantes de Ecuador.
A pie y en camiones a reventar, los indígenas ingresaron por el sur de Quito, seguidos de autos policiales y militares.
Un uniformado en el lugar, consultado por la AFP, estimó unas 2.000 personas en la caravana, que en principio pretendía avanzar hasta el centro histórico, donde está la sede del Ejecutivo, pero que se devolvió para concentrarse en el sur.
Entre tanto, unos 3.000 estudiantes, profesores y trabajadores, según cálculo de un agente metropolitano, marcharon sobre el centro colonial.
La caminata avanzó hasta la plaza de Santo Domingo (a cuatro cuadras de la sede presidencial), donde los manifestantes fueron dispersados con gas lacrimógeno por la Policía.
Algunos ondeaban carteles con leyendas como “El gobierno está matando a este Ecuador amazónico”.
Las entradas al casco colonial estaban cerradas con vallas metálicas, que intentaron ser derribadas por jóvenes.
Las manifestaciones son convocadas por la poderosa y opositora Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie), presidida por Iza desde hace un año.
La organización participó en revueltas que entre 1997 y 2005 derrocaron a tres mandatarios.
“Estamos indignados con este gobierno neoliberal”, dijo Hugo Toaquiza, uno de tantos indígenas concentrados en el sur de Quito.
“Dijeron que iban a eliminar la pobreza y solamente (nos) están matando de hambre”, agregó.
En 2019, la capital ecuatoriana fue durante más de una semana el escenario de violentas protestas con la Conaie al frente, que dejaron once muertos. Las manifestaciones obligaron al expresidente Lenín Moreno a dar marcha atrás en su plan de eliminar millonarios subsidios a combustibles.
Iza, arrestado el martes y liberado 24 horas después, ratificó el miércoles que las manifestaciones seguirán “de manera indefinida”.
“Necesitamos respuestas (a los pedidos). No necesitamos sentencias a los dirigentes”, agregó el líder, que debe comparecer el 4 de julio ante la justicia para ser procesado. Es acusado del delito de paralización de servicios públicos, castigado con hasta tres años de cárcel.
Tras esa declaración, comunidades indígenas también se concentraron en la andina Latacunga (sur), lo que derivó en enfrentamientos con la Policía.
Autoridades estimaron inicialmente que unas 9.300 personas participaron el miércoles en cortes de vías en 14 de las 24 provincias. Empero, Carrillo dijo que el número había bajado a unas 5.500.
Desde el lunes, una veintena de personas han sido detenidas y 15 patrulleros fueron destruidos, según el ministro. Además siete policías están retenidos en la provincia de Cotopaxi (sur), de donde Iza es oriundo.
Diez militares resultaron heridos al evitar que “mediante actos violentos” manifestantes tomaran una estación petrolera en la Amazonia, de acuerdo con fuentes oficiales.
Pero el líder de la protesta indicó que en total hay 32 arrestados y 14 civiles heridos.
Las protestas empiezan a afectar la economía, incluyendo la producción petrolera como consecuencia de bloqueos, sabotajes y vandalismo.
El Comité Empresarial Ecuatoriano estimó unos 20 millones de dólares de pérdidas económicas entre lunes y martes.
La estatal Petroecuador registra una pérdida acumulada de 2.500 barriles, mientras que la china PetroOriental dejó de producir 1.400 barriles por día desde el lunes.
Lasso insistió el miércoles que su gobierno tiene “las puertas abiertas al diálogo”.
Sin embargo advirtió: “No cederemos ante grupos violentos que pretenden imponer sus reglas”. Lasso e Iza protagonizaron negociaciones infructuosas en 2021.
Los indígenas plantean que el precio del combustible se reduzca a 1,50 dólares para el galón de 3,78 litros de diésel y a 2,10 para la gasolina de 85 octanos.
El valor del diésel casi se duplicó (de 1 a 1,90 dólares) y de la gasolina subió un 46% (de 1,75 a 2,55) entre mayo de 2020 y octubre de 2021.
“Las agendas de protesta de los diferentes grupos sociales son legítimas, pero no pueden darse en base a engaños y búsqueda de violencia”, escribió el mandatario.
*Con información de la AFP.