El gobierno español tuvo que militarizar el control de su espacio aéreo ante la ausencia del 90 por ciento de los controladores aéreos en sus puestos de trabajo en algunos de los aeropuertos más importantes del territorio como Barajas en Madrid, Baleares y Canarias.  Las medidas aprobadas en reunión urgente con el Ministerio de Defensa incluyen el envío de 300 controladores militares a las torres de control y la apertura de los aeropuertos militares al tráfico civil para superar el caos que afecta a más de 250.000 personas que iban a disfrutar el puente festivo más largo del año.  A estas horas todavía reina la confusión en los aeropuertos donde se agolpan miles de personas frente a los mostradores de compañías aéreas como Iberia, Ryanair o Easyjet que han suspendido todos sus vuelos hasta este sábado.  "Los controladores se van a ganar el odio de los españoles. Entiendo que reivindiques un derecho pero avisa como lo hace todo el mundo cuando apoya una huelga. No de esta manera, dejando a media España colgada y sin vacaciones", comentaba a BBC Mundo el madrileño Francisco Mallo, afectado por la paralización del aeropuerto de Barajas.  "Delito grave"  En ese sentido el gobierno ha manifestado que si los controladores no se presentan a sus lugares de trabajo podrían ser acusados de delito grave.  Según AENA, ente que gestiona los aeropuertos, miles de personas se han quedado varadas en los aeropuertos de Madrid, Canarias, Baleares y los de Galicia, que han tenido que paralizar sus operaciones ante la falta de controladores aéreos.  Ahora mismo un grupo de controladores están reunidos en un hotel cercano a Barajas. Desde su sindicato, USCA, se les pide que regresen a sus lugares de trabajo y explican que no ha sido una protesta organizada sino espontánea "fruto del estrés laboral".  La protesta coincide con la aprobación este viernes de un polémico decreto que, entre otros aspectos, subordina los controladores aéreos al Ministerio de Defensa y ordena revisiones médicas a los profesionales in situ para comprobar las bajas por enfermedad. Su jornada además ha pasado de 1.200 horas anuales a 1670 y sus ingresos se han reducido un 40 por ciento, de un promedio de US$460.000 anuales (incluidas las horas extras) a US$264.000. Se reducen las horas extras y se amplía la jornada ordinaria.  Para Mallo, que planeaba viajar a Estambul con su esposa, no son argumentos para paralizar media España.  "Además es un insulto para los demás. Todos sabemos que los controladores ganan mucho dinero. Nosotros no nos hemos tomado las vacaciones en el verano para aprovechar este puente y coger una buena tarifa, como lo hacen muchos españoles. ¿De qué va esta gente?", agrega vía telefónica.  Por otra parte, Cesar Cabo, portavoz del sindicato de controladores, explicó en su perfil de Facebook que: "Estamos intentando que vuelva la normalidad a los aeropuertos y que reine la cordura. El sindicato ha hecho un llamamiento a los compañeros para que la tensión se tranquilice".  En agosto pasado cuando el sindicato puso en vilo las vacaciones del verano por una amenaza de huelga, Cabo argumentaba que "mientras a un conductor de automóvil se le recomienda descansar cada dos horas en un viaje largo, el Ministerio de Fomento considera que un controlador aéreo solo puede tener una hora y media de descanso en un turno de doce horas en torres atendidas por un solo controlador”.  El problema, subrayan en el sindicato, es que AENA (la entidad que gestiona los aeropuertos y que emplea a los controladores) "ha realizado inversiones que no han sido rentables. Han abierto muchos aeropuertos en lugares donde la gente no vuela y ahora tienen un déficit enorme".  La deuda supera los US$19.000 millones.