Mariúpol, una ciudad portuaria en el sureste de Ucrania, ha estado bajo una lluvia de fuego que ha arrasado las infraestructuras y los hogares de medio millón de personas que vivían allí antes de la invasión lanzada por el presidente ruso Vladimir Putin el 24 de febrero.
Ahora, después de más de 40 días, los combates se limitan en el complejo industrial cercano al mar de Azov. Las fuerzas rusas y sus aliados separatistas de Donetsk impusieron y estrecharon poco a poco su asedio.
El balance global se desconoce, pero es elevado. Las autoridades ucranianas evocaron alrededor de 20.000 muertos.
Tras ese panorama en Mariúpol, el hombre más rico de Ucrania, Rinat Akhmetov, quien tiene dos grandes plantas siderúrgicas, advirtió que volverán a competir a nivel mundial, pues según él su imperio empresarial se ha visto afectado por ocho años de lucha en el este de ese país.
“Mariúpol es una tragedia mundial y un ejemplo mundial de heroísmo. Para mí, Mariúpol ha sido y siempre será una ciudad ucraniana (...) Creo que nuestros valientes soldados defenderán la ciudad, aunque entiendo lo difícil y duro que es para ellos”, dijo Akhmetov en respuestas escritas a preguntas de Reuters.
El empresario indicó este viernes 15 de abril que no operaría bajo la ocupación rusa y que el asedio de Mariúpol había desactivado más de un tercio de la capacidad de producción metalúrgica de Ucrania.
“La guerra ciertamente no es el momento para estar en desacuerdo (...) Reconstruiremos toda Ucrania (...) Mi ambición es volver a un Mariúpol ucraniano e implementar nuestros planes (de nueva producción) para que el acero producido en Mariúpol pueda competir en los mercados globales como antes”, insistió el millonario al medio citado anteriormente, y agregó que regresó al país el 23 de febrero y ha estado allí desde entonces.
De acuerdo con la revista Forbes, el patrimonio neto de Rinat Akhmetov en 2013 alcanzó los 15.400 millones de dólares y actualmente asciende a los 3.900 millones de dólares.
El bombardeo ruso de otra fábrica de armamento cerca de Kiev
Rusia bombardeó este sábado una nueva fábrica militar cerca de Kiev, la capital de Ucrania, dejando un muerto y varios heridos; y el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, advirtió que la “eliminación” de sus soldados en Mariúpol, en el sur, acabaría con las negociaciones de paz con Moscú.
En esta ciudad portuaria estratégica del sureste del país, asediada desde hace más de un mes por las fuerzas rusas, “no hay alimentos, agua ni medicinas”, condenó el líder ucraniano en una entrevista. También acusó a los rusos de “negarse” a establecer corredores humanitarios.
En cuestión de muertos, “Mariúpol puede ser diez veces Borodianka”, una pequeña ciudad ucraniana cercana de Kiev, destruida por los soldados rusos y donde se cometieron supuestos atropellos a los derechos humanos, señaló Zelenski.
En ese contexto, el líder ucraniano advirtió que “la eliminación” por las fuerzas rusas de los militares ucranianos que aún están en Mariúpol, “pondría fin a cualquier negociación de paz” con Rusia.
“Los restos del grupo [de combatientes] ucranianos [en Mariúpol] se encuentran actualmente atrapados en la planta metalúrgica de Azovstal. Su única posibilidad de salvar la vida es deponer voluntariamente las armas y rendirse”, declaró por su parte el portavoz del Ministerio de Defensa ruso, Igor Konashenkov.
El 11 de abril, el Ejército ucraniano anunció que se estaba preparando para “una batalla final” en la ciudad, situada a orillas del mar de Azov.
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*Con información de la AFP.