Han pasado dos año desde el referendo en el que los británicos decretaron la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE), con una ajustada mayoría del 51,9 por ciento. Pero los representantes del bloque comunitario y los del gobierno de la primera ministra Theresa May no han podido ponerse de acuerdo sobre cómo llevar a buen puerto una separación ideal sin daños para ambas partes. Puede leer: Brexit: aumenta tensión en gobierno británico por renuncia de ministro de Exteriores Por eso las alarmas sobre el futuro del brexit volvieron a sonar esta semana en Salzburgo (Austria) durante una Cumbre Informal de la Unión Europea. Allí, la agenda estuvo marcada por los dos asuntos más importantes para el bloque comunitario: la migración y el brexit. Sobre el divorcio con el Reino Unido, los líderes europeos aplazaron nuevamente la discusión para octubre y quedó un mal sabor porque el tiempo apremia y no se descarta el fracaso de las negociaciones.
Las ligas de fútbol esperan resolver la situación de sus jugadores. El galés Gareth bale sería un extracomunitario más en el Real Madrid. Y, además, si no hay acuerdo para la salida ordenada del Reino Unido, el precio de las casa de Londres podría desplomarse. El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, advirtió que de no resolver pronto los temas de fondo, la separación será desordenada. Si todo sale según lo planeado por May y su gabinete, el Reino Unido se desprenderá de la Unión en marzo del próximo año, pero las dudas abundan. Porque en asuntos como logística comercial, fronteras y relaciones económicas, nada está definido. “Hoy quizás haya más esperanza, pero menos tiempo”, dijo Tusk. Aunque en Salzburgo solo se vieron sonrisas y abrazos entre los líderes europeos y la primera ministra británica, los discursos pusieron al descubierto el profundo abismo entre las dos partes en puntos clave, como la frontera irlandesa y la cooperación económica. A seis meses del plazo límite para la separación, el escenario post-brexit aún no está claro y la única voz optimista es la del negociador francés Michel Barnier, jefe de la Comisión Europea, quien dijo que podría haber pacto a más tardar en dos meses. Sin embargo, el Reino Unido parece dispuesto a salir de la Unión Europea sin un plan claro, lo que a May parece preocuparle poco, porque el jueves dijo estar lista para un escenario sin acuerdo. Esa declaración sorprendió teniendo en cuenta que el Banco de Inglaterra ha dicho en varias ocasiones que de no dejar todo listo antes de marzo, las consecuencias serían muy graves y afectarían la vida de millones de personas. Estas son algunas de ellas. 1- Caos pesquero
Hasta 2016, ingleses y franceses pescaban a lado y lado de una línea imaginaria previamente negociada. Después del referendo sobre el brexit esa línea se convirtió en la manzana de la discordia, al punto que barcos pesqueros de ambos países se han embarcado en tensas peleas por los mariscos del Canal de la Mancha. Han usado piedras, bengalas y cadenas para hacerse daño e impedir pescar a sus vecinos. El conflicto ya existía, pero el brexit lo recrudeció. Dimitri Rogoff, presidente del comité regional de pesca francés, dice que de no regular la pesca británica, 1.200 familias francesas se quedarían sin sustento. 2- Viajar: más costoso Sin un acuerdo comercial, los británicos perderán la facilidad de transitar por la Unión Europea con un mismo pase de conducir. Los que quieran viajar al continente necesitarán un permiso por cada país al que ingresen, situación dramática para los 11.600 camioneros que cada día transportan productos por el túnel del Canal de la Mancha. Así mismo, los turistas que quieran ir al Mediterráneo y a la Costa Brava deberán renovar el pasaporte si este caduca en un plazo menor a seis meses. 3- Académicos comunitarios El estatus de los ciudadanos europeos en el Reino Unido es un punto clave. Un indicador es la beca Erasmus, un plan que facilita la movilidad académica de los estudiantes y profesores universitarios dentro de los Estados miembros del Espacio Económico Europeo. Con la salida británica, las solicitudes de académicos han disminuido y allí ya temen una fuga de cerebros masiva. La firma Deloitte presentó en julio una encuesta en la que el 47 por ciento de los ciudadanos comunitarios están pensando en marcharse de los países del Reino Unido. 4- Burbuja inmobiliaria Quienes estaban en contra del brexit predijeron un impacto económico que pondría los precios de la vivienda por el piso. De no llegar a un acuerdo, el precio de una casa en Londres tiene un 30 por ciento de posibilidades de desplomarse en caso de una salida disruptiva de Europa. Galliard Homes, la constructora privada más grande de Londres, advirtió que la economía va a fallar por cuenta de una caída en el valor del mercado inmobiliario en muy poco tiempo. Solo en agosto, los precios de la vivienda en la capital cayeron en más de 7.000 libras esterlinas debido a la amplia oferta de vendedores en el mercado. 5- CRISIS AERONÁUTICA Cuando llegue la medianoche del 29 de marzo de 2019 y el Reino Unido deje de ser parte de la Unión Europea, las piezas para aviones británicas y las licencias de pilotos no tendrán validez legal dentro del bloque. Se iniciará además un rosario de interrupciones en la cadena de suministro aeronáutico en toda Europa y los técnicos de mantenimiento no podrán trabajar. Sin un acuerdo, las aerolíneas británicas dejarán de ser consideradas europeas y perderán sus derechos de vuelo en los otros 27 estados. 6- ¿Y la industria qué? Algunos empresarios han advertido que sus negocios sufren desde ya las consecuencias que acarrea la incertidumbre por las negociaciones con Europa. Fabricantes de automóviles como los alemanes de BMW cerraron esta semana su fábrica en Inglaterra por un mes. Argumentan que si el Reino Unido deja la Unión Europea sin un acuerdo comercial, no pueden tener certeza de obtener las piezas que necesitan al mismo costo. La cadena de almacenes y supermercados John Lewis criticó al gobierno de Theresa May porque sus ingresos cayeron un 90 por ciento en este primer año de incertidumbre, afectando a más de 85.000 empleados. 7- ¿Pagar por el divorcio? De acuerdo con el artículo 50 de los estatutos de la Unión Europea, cualquier miembro que busque la salida debe indemnizar al bloque. Después de varias reuniones, Londres y Bruselas llegaron a una cifra: 47.000 millones de dólares. El ministro británico para el brexit, Dominic Raab, ha dicho que el Reino Unido no pagará la factura del divorcio con la Unión Europea si no hay acuerdo con Bruselas. En caso de acceder al pago, cada británico tendría que sacar de su bolsillo alrededor de 700 dólares. 8- Irlanda del Norte Muchos temen que un escenario sin acuerdo facilite el retorno de la frontera. Ese desmantelamiento fue vital para que la paz volviera gracias al Acuerdo del Viernes Santo, que puso fin a largos años de conflicto. Analistas coinciden en la necesidad de un protocolo aceptable para mantener la frontera irlandesa abierta. Al respecto, Henry Newman, director del centro de pensamiento Open Europe, le dijo a SEMANA que “la Unión Europea cree que Irlanda del Norte debe permanecer dentro del territorio aduanero europeo y debe seguir las reglas del Mercado Único sobre bienes y regulaciones. El gobierno del Reino Unido, por su parte, argumenta que esto crearía una frontera interna en su territorio soberano, y no lo piensa permitir”.
El transporte aéreo entraría en crisis por la existencia de múltiples regulaciones, y las aerolíneas británicas perderían sus derechos de vuelos en los otros 27 países. Muchos británicos salen a las calles a protestar, mientras el alcalde de Londres Sadiq Khan pide un nuevo referendo. 9- El plan ‘chequets‘ Lo presentó el gobierno británico a Bruselas en julio y contempla crear un área de libre comercio para bienes y productos después de la retirada británica en 2019, con el fin de evitar los controles de aduanas y mantener abierta la frontera irlandesa. Los diputados más ‘euroescépticos’ rechazan el plan porque dicen que es una forma de mantener las ventajas de la Unión Europea sin las obligaciones. Ruth Lea, economista británica a favor del brexit dijo a SEMANA que “en caso de no lograr un acuerdo, el gobierno del Reino Unido se prepara para adjudicar sus propias reglamentaciones comerciales sin depender de la situación europea”. 10- Los extranjeros del fútbol Los futbolistas británicos que juegan en el continente pasarán automáticamente a ser considerados jugadores extracomunitarios, y viceversa. Así, por ejemplo, el galés Gareth Bale (Real Madrid), sumaría un nuevo cupo de extracomunitarios en el equipo español. En principio, hay plazo hasta marzo de 2019 para normalizar la situación de los jugadores británicos, la cual puede acarrear sanciones para las federaciones de la Uefa y de la Fifa.