La diplomacia israelí podría causar un fuerte remesón en las próximas semanas en caso tal de que se llegue a ratificar la normalización de relaciones exteriores con Arabia Saudí, una de las naciones más poderosas de Oriente Medio e importantes para los musulmanes, dado su contexto histórico y religioso.
No obstante, mientras los gobiernos de Estados Unidos, Israel y Arabia Saudí continúan negociando las pautas que tendría esta normalización de relaciones entre Riad y Jerusalén, Eli Cohen, ministro de la cartera de Exteriores hebrea ha anunciado al medio local KAN News que “seis o siete naciones de África y Asia se unirán al acuerdo de paz con los saudíes”, sin embargo, se desconocen cuáles serían dichos territorios dispuestos a reconocer la legitimidad de Israel en Oriente Medio.
De igual manera, Cohen expresó en medio de la entrevista realizada por el medio citado que “es importante reafirmar lo que dijo el primer ministro (Benjamín Netanyahu): la paz con Arabia Saudita es también la paz entre los judíos y el mundo musulmán”, añadiendo que “les aseguro que me he reunido con varios funcionarios de naciones musulmanas con las que Israel no comparte vínculos formales”.
El acuerdo con los saudíes como punto de partida
Desde hace algunos días, la comunidad internacional ha estado muy pendiente del acercamiento que se ha dado entre los saudíes y los israelíes, con la mediación de Estados Unidos, en la búsqueda de un tratado que permita normalizar las relaciones diplomáticas entre Riad y Jerusalén.
Dichas reuniones han sido confirmadas por los tres actores que hacen parte de la mediación, siendo el más abierto al diálogo la comitiva saudí, la cual expresó que una de las ventajas de que se pueda dar este acuerdo beneficiaría directamente a los palestinos, ya que a través de ese acuerdo se podría dar inicio al establecimiento de un estado árabe en Cisjordania y Gaza. No obstante, el actual gobierno conservador israelí a la cabeza de Netanyahu, ha aseverado que no se darían este tipo de concesiones.
El notable acercamiento entre Arabia Saudí e Israel ha causado la furia del régimen iraní, señalando a Riad de darle una “puñalada por la espalda” a la causa palestina, movimiento que une a los países árabes y musulmanes quienes, desde 1948, se han mantenido reacios a entablar relaciones con la nación hebrea.
No obstante, Egipto, Jordania, Emiratos Árabes Unidos, Bahréin, Marruecos y Sudán cuentan con relaciones diplomáticas con Israel, gracias a las exitosas mediaciones de Estados Unidos. Sin embargo, los vecinos de Israel, como Siria y Líbano, siguen fieles a la negativa de normalizar sus relaciones con Jerusalén.
El peso de Riad en la región es evidente
Arabia Saudí ha desarrollado durante las últimas semanas una serie de movidas diplomáticas que han incluido a Israel con el fin de demostrar la apertura internacional con la que quiere contar la nación asiática de ahora en adelante.
Asimismo, siendo Riad uno de los grandes aliados con los que cuenta Estados Unidos en la región, junto con Israel, Arabia Saudí se convierte poco a poco en un estabilizador de las tensiones en Oriente Medio, además de balancear la injerencia con la que cuenta Rusia en países como Siria e Irán, conocidos opositores de Washington.
Con la posible firma de la normalización de relaciones entre Arabia Saudí e Israel se esperarían protestas dentro de las naciones del mundo árabe, especialmente desde Cisjordania, Gaza, Irán y Líbano en donde señalarían al gobierno de Riad de traición a la causa palestina. No obstante, el príncipe heredero saudí, Mohammad bin Salmán, ha indicado en reiteradas ocasiones que si no se establecen bases sólidas para la creación de un estado palestino, la casa de Saúd no está dispuesta a formalizar algún vínculo diplomático con Jerusalén.