Tuvo lugar el 16 de enero, cuando 26 ministros de educación de 8 países de Latinoamérica se reunieron nuevamente, esta vez en Madrid, con el propósito de cumplir con una intensa agenda de formación. Los ministros, estaduales y nacionales, provienen de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México, Panamá, Uruguay y Perú. Los ministros de la comitiva forman parte de la Comunidad Araucaria, una red de ministros y secretarios de educación. Los temas a trabajar son liderazgo, alfabetización, educación secundaria, educación y trabajo, comunicación, transformación digital, educación del carácter, entre otros.
La experiencia abrió una oportunidad única de acortar tiempos y distancias, optimizar recursos y profundizar en los desafíos educativos compartidos en la región. “Sabemos que el carácter dual del rol, técnico y político, es un desafío para los ministros.
Conocemos el reto que representa la escasez del tiempo en cada una de sus gestiones, entendemos la complejidad que implica que la educación llegue a representar una prioridad verdadera para la ciudadanía y sus gabinetes, en un contexto regional complejo. Por eso mismo, creamos Comunidad Araucaria, porque sabemos que hay salida y que es a través de la educación, porque la educación es la solución”, afirmó Agustín Porres, director regional de Fundación Varkey.
Verónica Monterrosa, secretaria de educación departamental de la Gobernación de Bolívar, compartió en entrevista con SEMANA algunos resultados de la agenda de formación.
SEMANA: ¿Cuál considera que es el mayor alcance de estos espacios de formación y los resultados que más han destacado hasta el momento de la cumbre?
VERÓNICA MONTERROSA: El mayor alcance, sin duda, es poder compartir experiencias, generar ideas y apropiarse de modelos que han dado resultado en la solución de los problemas y disminución de las brechas en la educación.
Nuestros países de Latinoamérica, pese a sus diferencias culturales, comparten en el sector educativo las mismas problemáticas y retos. Y aunque en un ranking algunos resulten mejor evaluados que otros, resulta evidente que aún faltan políticas públicas y proyectos de impacto para que los niños, niñas y jóvenes alcancen el nivel de lo que el mundo actual les exige.
Contar con una red como la Comunidad Araucaria facilita alianzas, transferencia de conocimiento y, en general, cooperar para la inclusión, el fortalecimiento de las competencias de nuestros estudiantes, y atención en la ruralidad y paz, en nuestras escuelas.
los mayores resultados fueron:
1. Identificaciones de apuestas comunes y de colaboración con Panamá, México y Brasil.
2. Conocer experiencias exitosas de educación por proyectos e inclusión, para implementar pilotos en Bolívar.
3. Posibilidad de alianzas para alfabetización.
4. Acercamiento a la CAF y otras entidades para proyectos de impacto en el sector.
SEMANA: Dentro de la agenda, hubo una charla dedicada al panorama sobre la educación global, en el caso de Colombia, ¿Qué implicaciones tendría para las instituciones establecidas lograr cerrar las brechas para garantizar mayores oportunidades?
V.M.: En Colombia, en general, y en Bolívar, el panorama de la educación nos muestra que debemos asegurarnos de que los estudiantes aprendan más en las horas lectivas, lograr un equilibrio entre el acceso y uso de las tecnologías para el aprendizaje e invertir, principalmente, en la formación y cualificación de los maestros.
Si se atendiesen estas recomendaciones a partir de una política educativa, estoy segura de que lograríamos dar un giro en la calidad de la educación que se imparte en nuestras escuelas a cargo. Sin dejar de lado un aspecto igualmente relevante para el cierre de brechas y al que nunca podrá reemplazar el trabajo escolar: la familia.
De acuerdo con el informe presentado, una familia involucrada en el proceso de aprendizaje e integración escolar aporta seguridad y mejores resultados en los estudiantes. En esta misma lógica, pasa lo mismo si los maestros los hacen sentir valorados.
Lo anterior –para el caso de Bolívar y creo que en muchas zonas rurales del país– implica la concentración en la educación inicial, alfabetización a los padres y cuidadores, un trabajo integral para la seguridad alimentaria, convivencia escolar, prevención del acoso y explotación infantil, que, especialmente en zonas de posconflicto, no resulta tan inmediato lograr.
Sin embargo, una de las grandes lecciones interiorizadas para quienes trabajamos en el sector educativo, seamos maestros o no, es que no hay lugar a detenerse en las dificultades, pues cada esfuerzo cuenta. Los resultados no se reflejarán en tan corto plazo. Con esta premisa trabajamos en la Secretaría de Educación de Bolívar y, a partir de ahora, como miembro de la red de Comunidad Araucaria.
SEMANA: ¿Cuáles serían las poblaciones beneficiadas de estas iniciativas?
V.M.: Los principalmente beneficiados serán los niños, niñas y jóvenes, como centro del quehacer educativo.
Yo estoy convencida de que, al recibir una mejor educación, se transforma a la familia, las dinámicas sociales y se impacta la competitividad de las regiones.
Jóvenes mejor formados, tendrán mayores oportunidades de vinculación laboral temprana, desarrollo de las vocaciones científicas y mejores ingresos.