La República de Moldavia, en el este de Europa, tiene menos de tres millones de habitantes, pero los números fluctúan debido a una masiva emigración. Se estima que un tercio de los moldavos trabajan actualmente en el exterior. El país ha acogido a más de 450.000 refugiados de Ucrania, desde el inicio de la invasión rusa, a fines de febrero. En relación con el tamaño de su población, es el que ampara a más ucranianos que huyen de la guerra.
Este es un tema central de la visita del secretario general de la ONU, António Guterres. El portal de internet de Naciones Unidas indicó que el viaje tiene el propósito de “respaldar a los refugiados y agradecer personalmente a los moldavos y a todos los que les brindan asistencia”.
Entre Rumania y la Unión Soviética
Moldavia logró su independencia en 1991, tras el colapso de la Unión Soviética. El pequeño país limita al oeste con Rumania y su idioma oficial es el rumano. Hasta 1940, la mayor parte de lo que hoy es Moldavia pertenecía a Rumania. Luego, las tropas soviéticas invadieron los territorios al este del río Prut, estableciendo la República Socialista Soviética de Moldavia.
La mayoría de la población actual es de origen rumano y muchos poseen también un pasaporte rumano. Tenerlo los convierte en ciudadanos de la Unión Europea, bloque al que Rumania se adhirió en 2007. Debido a la pobreza del país, numerosos moldavos optan por trabajar en el extranjero y enviar remesas de dinero a sus familiares en su lugar de origen.
El conflicto “congelado” de Transnistria
En el extremo oriental del país, en el límite con Ucrania, se encuentra la región separatista de Transnistria, que se escindió de Moldavia tras un breve conflicto militar en 1992. Los separatistas recibieron apoyo de tropas de Moscú. Hasta el día de hoy, Rusia tiene estacionados unos 1.500 soldados en la región y realiza regularmente ejercicios militares allí.
Cerca del 60 por ciento de la población de Transnistria es rusófona. Los separatistas denominaron a la región “República Moldava de Pridnestrovia” (PMR), pero ni siquiera Rusia la considera un Estado soberano. Las otras dos lenguas oficiales de la región son el rumano y el ucraniano. La población local se ha reducido debido a este “conflicto congelado”, y se estima que viven allí aproximadamente 460.000 personas.
Los soldados rusos estacionados en la región separatista constituyen un problema para el gobierno moldavo. Sobre todo, porque lograr el control del sur de Ucrania daría a Rusia una puerta de entrada a Transnistria donde, según dijo un comandante ruso, habría casos de “opresión” contra la población rusoparlante.
La Suiza de Europa del Este
En 1994, tres años después de su independencia, Moldavia consagró explícitamente la neutralidad en su Constitución. Como Suiza, el país estableció que no tomaría partido en conflictos internacionales. Se ha especulado que el motivo de tal medida fue la intención de inducir a Rusia a retirar sus tropas de Transnistria. Si ese fue el caso, la estrategia no dio resultado.
La neutralidad implica que Moldavia no es parte de ninguna alianza, como la OTAN, por ejemplo. El pequeño país no ha aplicado ninguna sanción contra Rusia desde el inicio de la guerra de Ucrania, pero la presidenta europeísta, Maia Sandu, que quiere la incorporación a la UE, ha condenado la operación rusa.
Moldavia es uno de los países más pobres de Europa y depende en gran medida del suministro de gas ruso. En vista de las recientes declaraciones rusas sobre la “opresión” de rusoparlantes, y de la presencia de tropas rusas en Transnistria, muchos moldavos temen que una victoria rusa en Ucrania pudiera llevar al Kremlin a invadir también su país.
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