En medio de la noticia dada a conocer el pasado jueves por las autoridades nicaragüenses, en la que se dispuso la excarcelación y deportación de más de 220 líderes opositores que se encontraban encarcelados en su país, también trascendió que uno de estos ‘presos políticos’, se negó a abandonar el país.

El opositor al que se hace referencia es el obispo católico monseñor Rolando José Álvarez, reconocido por haber plantado cara en los últimos meses al régimen de Ortega, y quien permanecía retenido bajo el beneficio de prisión domiciliaria.

Ortega niega que excarcelación masiva de presos políticos responda a negociación con Estados Unidos

No obstante, en medio de la excarcelación; medida que debe diferenciarse de una liberación, ha trascendido que, debido a la negativa de Álvarez de abandonar Nicaragua, las autoridades dispusieron su traslado desde su residencia, en donde permanecía desde agosto, a una cárcel.

La noticia del traslado de Álvarez a la cárcel fue dada a conocer por el propio Daniel Ortega a través de unas declaraciones entregadas a la prensa local, reconociendo que si bien el líder católico fue incluido en la lista de beneficiados para ‘recuperar la libertad’, este se negó a abordar el avión con destino a Estados Unidos, pese a que había sido llevado al lugar dispuesto para el abordaje en la ciudad de Managua.

Según reveló Ortega, en medio de la fila para abordar el avión en el que salieron del país algunos ‘presos políticos’, incluidos siete ex candidatos presidenciales, el religioso advirtió que no estaba de acuerdo con la medida, y exigió hablar con otros de los miembros de su congregación.

Sobre el particular, Ortega sentenció que Álvarez era un religioso ‘desquiciado’, advirtiendo que con su actitud estaba poniendo en tela de juicio las decisiones del Estado de Nicaragua, y señalado que el protagonismo alcanzado en los últimos meses se le ha subido a la cabeza, sintiéndose una figura de ‘liderazgo’ en la Iglesia Católica.

En ese sentido, Ortega advirtió que decisiones como la excarcelación y expulsión de los presos políticos es algo que ‘no se puede cuestionar’, en tanto es el mismo Estado el que lo está expulsando del país.

El religioso iba a ser deportado a EE.UU. pero se negó, junto con otro obispo, a abordar el vuelo. | Foto: AFP

A la figura de Álvarez, según destacan medios locales, se sumó la de otro religioso conocido como Fanor Alejandro Ramos, quien tampoco quiso abordar el avión. En el caso de Ramos, este es señalado de ‘traición a la patria’, y además es señalado de delitos de tenencia de objetos y sustancias ilegales.

En virtud de lo anterior, según recogen medios internacionales, Ortega apuntó que quizá Ramos prefirió no ir a Estados Unidos por el temor de ser judicializado, e incluso destinado a la cadena perpetua.

Monseñor Álvarez permanecía en casa por cárcel desde el mes de agosto. | Foto: Facebook/ @diocesisdematagalpa

No obstante, estos no eran los únicos religiosos a los que se les concedió la excarcelación y expulsión de Nicaragua, pues otros 11 religiosos sí aceptaron salir del país en medio de la expulsión masiva.

En consecuencia, ante la negativa de irse del país, el obispo Álvarez, por disposición del Gobierno Ortega, fue trasladado a una cárcel de máxima seguridad en Managua, advirtiendo que no existe una condición particular para que este sea entonces cobijado con privilegios especiales.

“El hábito no hace al monje”, sentenció Ortega en declaraciones de las que hacen eco medios internacionales, en las que calificó al religioso como ‘soberbio’.

Ortega reveló que el religioso está molesto por su traslado a una cárcel, pero aclaró que la condición en que se encuentra el obispo fue elección propia al haberse negado a salir del país, además de las acciones emprendidas en contra del gobierno, que acusa a Álvarez de propagar noticias falsas, y conspirar contra el Estado.

El cao del religioso despierta gran interés en la región, y se ha convertido en símbolo de resistencia contra el régimen de Ortega.