“Tranquilos y seguros”. Los habitantes de Moscú dicen haberse adaptado a los ataques de drones casi diarios contra la capital rusa, lo que muestra el distanciamiento de la población ante el conflicto en Ucrania.

En el centro de la ciudad, bañada de sol en un día luminoso de agosto, es difícil imaginar que, a algunos cientos de kilómetros, Rusia bombardea sin tregua a su vecino ucraniano.

En Moscú, bajo el impulso de las autoridades, persiste la normalidad a pesar de un año y medio de combates y probablemente decenas de miles de muertos.

Trabajadores barren vidrios rotos en un edificio dañado luego de un ataque con drones en Moscú, Rusia, el lunes 24 de julio de 2023. | Foto: Copyright 2023 The Associated Press. All rights reserved.

Poco ha cambiado pese a que desde la primavera boreal, la capital rusa es blanco de drones cada vez más frecuentes.

Hasta ahora no ha habido víctimas y los daños han sido limitados, pero la situación se agrava dada la frecuencia con la que los drones alcanzan el distrito financiero, Moscow City, y destrozan las fachadas de cristal de los rascacielos.

Para el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, el conflicto llegó al territorio ruso, algo “absolutamente justo”, según él.

a | Foto: Restringido

Pero los moscovitas no se asustan

“No tengo miedo”, dice con sus gafas de sol Tigran, un arquitecto de 40 años, en frente de un café.

Está satisfecho con los pocos daños causados por los aparatos. “Me siento muy tranquilo y en general seguro”, apostilla.

Otros moscovitas piensan lo mismo y su principal preocupación es continuar su vida con toda normalidad.

Hasta ahora no ha habido víctimas y los daños han sido limitados, pero la situación se agrava dada la frecuencia con la que los drones alcanzan el distrito financiero, Moscow City, y destrozan las fachadas de cristal de los rascacielos. (Photo by Cao Yang/Xinhua via Getty Images) | Foto: 2023 Xinhua News Agency

“Hay suficientes tropas y equipos” para responder a los ataques, sostiene Konstantin, un jubilado de 70 años.

Lo único que le preocupa es su GPS, que no funciona bien desde que empezaron los ataques, sin duda por la interferencia de la defensa rusa.

“Es difícil moverse por Moscú sin navegador satelital, lo demás no importa”, afirma.

Para analistas rusos, la escala de estos ataques sigue siendo pequeña como para que tenga alguna repercusión.

“Por supuesto que las autoridades quieren minimizar (el efecto) y detener” los ataques, asegura el experto militar pro Kremlin Alexander Khramchikhin.

¿Sabotaje?

Pero sobre todo, dice, “la escala de estos hechos no es suficiente para preocupar seriamente a la población de una megalópolis. Estos atentados tienen un efecto microscópico para una ciudad de 12 millones de habitantes”.

El mismo análisis hace Vassili Kashin, director del centro de investigación geopolítica de la Escuela Superior de Economía de Moscú.

“Probablemente (esos ataques) buscan levantar la moral (de los ucranianos). Eso es todo”, afirma, señalando que Ucrania es alcanzada por misiles mortales todos los días.

“La relación (de la población rusa) con la guerra no ha cambiado con los drones sobre Moscú. De lo contrario, daría lugar a llamados a una guerra aún más dura”, agrega el experto.

Edificio dañado luego de un ataque con drones en Moscú, Rusia, el 24 de julio de 2023. | Foto: Reuters / Maxim Shemetov

Pero los pocos detalles disponibles sobre los ataques dejan estupefactos a algunos moscovitas: ¿Cómo pueden aviones que despegan de Ucrania esquivar la defensa antiaérea a lo largo de cientos de kilómetros? ¿Habrán sido lanzados desde territorio ruso?

“Hay gente que traiciona a su patria”, sostiene Venera, de 50 años, quien teme que haya “compatriotas” que ayudan a Ucrania a atacar Moscú desde suelo ruso.

“¡Es sabotaje!”, asegura ella.

Pero Venera confiesa que en el fondo tiene miedo, y “creo que todo el mundo tiene miedo y quiere la paz, que la guerra se termine”.

*Con información de AFP