Conmoción en la ciudad argentina de Pinamar luego de que el pasado domingo una mujer identificada como Alicia Sánchez muriera tras caer desde un décimo piso por el hueco de un ascensor. Aseguran que la joven de 25 años estaba departiendo con su familia en un apartamento segundos antes del fatal accidente.
Cuando el reloj marcaba las 4:00 a. m., testigos afirman que al edificio llegó un nuevo invitado y fue en ese momento en que Alicia Sánchez se dispuso a tomar el ascensor para dirigirse al primer piso y recibir a quien acudía a la reunión familiar.
Sin embargo, según contó el medio argentino Todo Noticias, la joven solicitó el ascensor y cuando se abrió la puerta no se percató de que este no se encontraba en el nivel y cayó diez pisos. Cuentan que la familia de la mujer se enteró de lo que había sucedido luego de que el invitado siguió comunicándose con el apartamento para que lo fueran a recibir.
Inicialmente, señalan que la familia llegó a pensar que Alicia Sánchez se había quedado atrapada en el ascensor por alguna falla eléctrica, pero jamás se imaginaron que había caído por el foso, muriendo instantáneamente.
El medio argentino citado anteriormente también indicó que, de acuerdo con la autopsia a la joven, minutos después ocurrió algo también grave. Señalan que alguien en el edificio habría solicitado el ascensor, lo que provocó que el cuerpo de Alicia Sánchez fuera arrastrado y le generara más lesiones.
La necropsia reveló que la joven padeció múltiples traumatismos en la zona del abdomen y del tórax que le desencadenaron un shock hipovolémico en un paro cardíaco.
En entrevista con Todo Noticias, Juan Pablo Calderón, fiscal a cargo del caso, confirmó que imputó por ese hecho al técnico del ascensor y al encargado del edificio. No obstante, el funcionario le aclaró a ese medio que aún no está acreditada la responsabilidad de ninguno de ellos, pero que decidió cambiar la calificación del caso de “averiguación de causales de muerte” a “homicidio culposo” por negligencia, impericia o imprudencia.
De ser hallados culpables, afirman que los hombres podrían pagar una pena que oscilaría entre los dos y los cinco años de prisión, tal como está establecido en el artículo 84 del Código Penal de ese país.
Finalmente, sobre la joven fallecida se indicó que había estudiado la carrera de Martillero y Corredor Público en la Universidad Argentina de la Empresa (UADE), tenía una hija de cuatro años y vivía en la localidad de Ostende.
El anterior caso hizo recordar a uno que se presentó en marzo del presente año en la ciudad de Cartagena. El Cuerpo de Bomberos de esa ciudad confirmó el día 17 de ese mes la muerte de dos personas luego de que un ascensor se desprendiera de un edificio en la zona de Castillogrande, una de las más sofisticadas de la población.
Fernando Avello, director para la Gestión del Riesgo de Desastres en la ciudad amurallada, informó en ese momento que el ascensor se desprendió cuando estaba en el cuarto piso y, descendiendo, adquirió una velocidad bastante alta y cobró la vida de los ciudadanos James Soto y Rodolfo Tapia Sosa.
Los hechos tuvieron lugar en la edificación Piñango, en la avenida del mismo nombre en Castillogrande, y de acuerdo con la información que circuló en ese entonces, las dos personas fallecidas estaban trabajando justamente en su mantenimiento cuando la estructura se les vino encima. Posteriormente, llegó la Policía Metropolitana de Cartagena, el Cuerpo de Bomberos de la ciudad amurallada y realizaron las labores de rigor en medio de la tragedia.