El 24 de enero la OIM (Organización Internacional para Migrantes) sacó su informe sobre migración en el año 2022, y los datos son alarmantes. El año pasado se rompió el récord de muertes en el Caribe con 321 casos registrados. Esta es la cifra más alta registrada desde 2014 cuando inició el proyecto Migrantes Desaparecidos de la organización.
En 2021 hubo 180 casos, o sea que la cifra aumentó casi un 90% con respecto al año anterior. Además, más de la mitad de los cuerpos (165) no pudieron ser identificados. “Esto significa que cientos de familias no cuentan con información acerca del paradero de sus seres queridos”, afirmó Patrice Quesada, coordinadora regional de la OIM.
De acuerdo con lo reportado por el ente internacional, la mayoría de migrantes tenía procedencia de Haití (80), Cuba (69), República Dominicana (56) y Venezuela (25). La OIM también afirma que la causa principal de muerte es ahogamiento. Los migrantes se exponen “a las malas condiciones climáticas que dificultan la navegación y el uso de embarcaciones precarias en malas condiciones”, dice el comunicado.
Julio César, migrante cubano y único sobreviviente de las seis personas que sufrieron un naufragio, le dijo a la OIM, que recientemente recordó la terrible experiencia de haber migrado por estas rutas tan peligrosas.
“La embarcación se dio vuelta cinco veces, perdimos nuestras escasas provisiones y el pánico y el frío los abrumó”, dijo. “El miedo te cala los huesos, la ropa termina completamente empapada, el vértigo de las olas (...). Los vi desde arriba, cuando yo estaba en la cresta de la ola, hasta que el agua se los tragó”.
Por ejemplo, el 23 de enero cerca en las Bahamas, en la isla de Cay Sal entre Cuba y el estado de Florida la guardia costera de EE.UU. retuvo un bote que llevaba a 396 haitianos. Los migrantes iban amontonados en un vehículo en mal estado, se exponían a la marea o a que el mismo peso de la embarcación causara un naufragio. Afortunadamente, fueron llevados hasta la capital de la Isla antes de que ocurriera una tragedia. Las autoridades de las Bahamas aseguraron que serán repatriados a su país de origen.
Este caso reafirma la decisión de la OIM de pedir a los gobiernos de las naciones que hacen parte de la ruta de migración a mejorar sus políticas migratorias para que “garanticen la protección y seguridad de los migrantes con independencia de su condición migratoria y en todas las instancias de sus viajes”.
Por otro lado, la mayoría de estos migrantes tienen como destino Estados Unidos, y la situación se complica más con en anuncio del presidente Joe Biden, quien aprobó una política de repatriación inmediata personas provenientes de Haití, Venezuela y Nicaragua que intentes entrar por la frontera de Texas.
Este endurecimiento de medidas aumenta los intentos de ingreso por la Florida, y por consiguiente el riesgo a naufragar.
Una nueva alerta lanzó este 17 de enero la Organización Internacional de las Migraciones. De acuerdo con datos del Proyecto Migrantes Desaparecidos de la OIM, 36 personas perdieron la vida en el Tapón del Darién en 2022, uno de los pasos fronterizos más peligrosos entre Colombia y Panamá, y que se ha convertido en el principal trayecto para las personas que quieren migrar a Estados Unidos.
Aclaró la OIM en un comunicado de prensa que esta cifra es un sub registro, pues de acuerdo con los relatos de otros migrantes, todo parece indicar que muchos migrantes mueren en el Tapón del Darién y sus restos no son ni informados ni recuperados, de modo que - afirman- esta cifra presenta solamente una pequeña fracción de la verdadera cantidad de vidas perdidas.
La cantidad de migrantes que han cruzado irregularmente a Panamá tras haberse embarcado en la peligrosa ruta del Tapón del Darién ha alcanzado una cifra récord en 2022, duplicando la del año pasado. De acuerdo con el Gobierno de Panamá, casi 250.000 personas cruzaron hacia ese país en 2022, en comparación con las cerca de 133.000 en 2021.