Este jueves, 1 de septiembre, medios rusos confirmaron la muerte de Ravil Maganov, un empresario ruso de 67 años, quien actualmente se desempeñaba como presidente de la compañía petrolera Lukoil, catalogada como la más grande de Rusia.

Si bien la muerte de Maganov fue reportada por distintas agencias internacionales como un caso de ‘aparente suicidio’, este nuevo episodio siembra un manto de dudas sobre la veracidad de la información en torno a las razones de su fallecimiento. Esto porque se presenta en el marco de otros decesos de personas cercanas al régimen de Vladimir Putin, o relacionadas con la empresa Gazprom, en los últimos tiempos, y que también se han catalogado como ‘extrañas’.

En el caso del líder de la empresa Lukoil, se ha referido que su muerte ocurrió luego de que este cayera desde la ventana de un Hospital en la ciudad de Moscú, sitio en el que se encontraba recluido tras haber sufrido una afección cardiaca, siendo las razones de la muerte, precisamente, las heridas derivadas de la caída.

En ese sentido, la muerte de Maganov, quien laboraba en Lukoil desde mediados de los años noventa, fue presentada como un caso de suicidio, pero siembra un halo de duda, en tanto la referida empresa que él dirigía había sido una de las que, en el marco de la ofensiva desplegada por el Kremlin en Ucrania desde el pasado 24 de febrero, había manifestado su desacuerdo.

Esta muerte también se presenta pocos meses después de que, en abril, uno de los máximos directivos de la empresa, Vaguit Alekperov, otrora presidente del grupo, decidiera apartarse de él luego de que las autoridades británicas, en el marco de las sanciones impuestas a Rusia, incluyera su nombre en la lista negra.

El halo de duda se siembra en el caso porque, según varios medios internacionales, no es la primera ni la única muerte de empresarios u oligarcas rusos registrada en los últimos meses; ocurrieron, incluso, algunas en territorios más allá de las fronteras de Rusia, vistas con cierto cuidado en tanto corresponden a personas cercanas al régimen, y también tienen como factor común: fueron presentadas como ‘muertes producto de lesiones autoinfligidas’.

La seguidilla de muertes, que ya supera las seis, según refieren medios europeos, comenzó incluso desde antes de que se materializara la invasión a Ucrania.

El primer caso asociado a este halo de duda es el del exjefe de transporte de la firma Gazprom, Leonid Shulman, cuya muerte ocurrió en el mes de enero.

El presidente ruso Vladimir Putin lee un documento mientras espera a su homólogo bielorruso Alexander Lukashenko para un encuentro en San Petersburgo, Rusia, el sábado 25 de junio de 2022. Foto: AP/ Maxim Blinov, Sputnik, Kremlin. | Foto: Foto: AP/ Maxim Blinov, Sputnik, Kremlin.

En ese caso, la muerte del hombre de 60 años, alto ejecutivo de la empresa energética, se reportó tras hallarlo tirado en el baño de su residencia, con evidentes lesiones en sus muñecas.

Sobre esta muerte, se había apuntado que el hombre dejó una supuesta nota explicando las razones de su decisión, la cual se asociaba a problemas físicos derivados de una lesión en una de sus piernas, no obstante, centros de pensamiento refirieron que la muerte, por suicidio, estaría relacionada con un caso de corrupción empresarial en la que estaría envuelto.

El segundo caso contemplado en el listado de ‘muertes extrañas’ ocurrió apenas horas después del inicio de la invasión a Ucrania y tiene como víctima o protagonista a Alexander Tyulyakov, entonces director general adjunto para Seguridad Corporativa de Gazprom.

Sobre la muerte de este hombre de 65 años, las autoridades refirieron que lo habían hallado ahorcado en una finca ubicada en San Petersburgo. En su momento, también se advirtió que la empresa emprendió una investigación interna para colaborar con las autoridades en el esclarecimiento de la muerte.

El tercero de los casos ocurrió en territorio extranjero, más precisamente en el Reino Unido, y tiene como protagonista a un hombre de 66 años, reconocido magnate de la industria del petróleo y el gas: Mikhail Watford.

En este caso, ocurrido apenas cuatro días después del inicio de la invasión a Ucrania, la causa de la muerte referida por las autoridades también fue ahorcamiento.

El cuarto caso implicó al millonario Vasily Melnikov y a su familia, quienes fueron hallados, al interior de su domicilio, muertos a causa de un ataque anónimo con arma blanca; la misma fue encontrada en el lugar del crimen.

En el caso de Vasily Melnikov, era un empresario de 41 años, vinculado a la empresa MedStom, una de las relacionadas en el listado de sanciones impuestas por Occidente en reprimenda por los ataques en Ucrania. Además de Melnikov, en el lugar fueron halladas su esposa y sus dos hijas.

Aunque las primeras versiones del crimen refirieron un caso de suicidio, señalando que el hombre había matado a su círculo cercano para después segar su vida, versiones de allegados y familiares recogidas por medios europeos señalan que discrepan del parte oficial, sentenciando que el hombre no era capaz de matar a su familia.

En ese sentido, se conoció que el empresario estaba atravesando una difícil situación económica por cuenta de las sanciones impuestas a Rusia por parte de Occidente.

Hasta hoy, la lista de extrañas muertes la cerraban los empresarios Vladislav Avaev y Serguéi Protosenya, ocurridos a finales del mes de abril, de forma casi que simultánea.

En el caso de Serguéi Protosenya, la muerte ocurrió en España, y también se investiga como un caso de suicidio, en el que el otrora accionista de la firma de gas ruso Novatek habría segado su vida tras asesinar a su esposa y una de sus hijas, en un caso ocurrido en la localidad de Gerona.

En ese caso, se informó que el hombre de 55 años había ultimado a su esposa de 53 años y a su hija de 16, para posteriormente ahorcarse en el jardín de una casa de campo.

En el caso de Vladislav Avaev, era el exvicepresidente de Gazprombank, y había fungido como asesor del Kremlin.

Su muerte ocurrió un día antes que la de Protosenya, en inmediaciones de un apartamento de Moscú, donde fue hallado el cuerpo del hombre, además del de su esposa y su hija de solo 26 años.

En el caso de la muerte del exasesor, también se señaló que era un caso en el que el hombre había asesinado a su esposa y su hija, para posteriormente quitarse él la vida.

El hombre fue hallado, según detallan medios internacionales, con una pistola en la mano y encerrado con llave.

Anatoly Chubais, ex asesor de Putin, fue internado en un hospital de Italia. Aparentemente, es víctima de un caso de envenenamiento. | Foto: Alexei Nikolsky, Sputnik, Kremlin Pool Photo via AP, File

Aunque no se trata de un caso de muerte, en el listado de situaciones ‘extrañas’ ocurridas a oligarcas y personas cercanas a Putin que se han manifestado en contra de la Guerra en Ucrania, también vale la pena citar el caso del exasesor del Kremlin Anatoly Chubais, quien debió ser hospitalizado en una clínica de Italia debido a la aparición de repentinos problemas de salud.

Aunque inicialmente las dolencias de Chubais fueron referidas a un posible caso de Guillain-Barré, posteriormente son estudiadas bajo la lupa de un posible caso de ‘envenenamiento’, siendo similares a los manifestados en su momento por el líder opositor Alexei Navalni, quien fue tratado en Alemania.

Alexei Navalny, exasesor de Putin, había salido de Rusia el pasado mes de marzo, precisamente tras manifestar su discrepancia con las acciones emprendidas en Ucrania. Foto: Vasily MAXIMOV / AFP | Foto: AFP or licensors

El exasesor de Putin había salido de Rusia el pasado mes de marzo, precisamente tras manifestar su discrepancia con las acciones emprendidas en Ucrania.

Una reciente entrevista revelada por el medio británico BBC con el multimillonario ruso Boris Mints, también daría luces para entender la situación actual que se vive en las altas esferas empresariales rusas. Este refirió que pocos son capaces de expresarse en contra de Putin y en su lugar mantienen un resignado silencio pese a estar en contra de las acciones emprendidas, pues “tienen miedo”.

¿Miedo a qué? En la entrevista, el multimillonario reconoció que al interior de su país es reconocida la forma ‘enérgica’ como el líder del Gobierno arremete contra sus opositores, advirtiendo que muchas veces las represalias no solo son contra los dirigentes de las compañías, sino contra sus familias y empleados.

En ese sentido, Mints, quien se manifestó en contra de la anexión de Crimea en 2014, recordó el caso de Boris Nemtsov, líder opositor que fue ultimado a tiros en 2015, en cuyo caso el Gobierno se ha mantenido en silencio y afirma no tener relación con el crimen.

En la misma línea, y pese a no tratarse de un caso de muerte, el multimillonario también recordó el caso de Mijaíl Jodorkovsky, un empresario, considerado otrora el más rico de su país, quien debió purgar una pena carcelaria. Esta fue explicada por un caso de evasión de impuestos, que según Mints tenía como trasfondo una cuestión de oposición política, en la que el Kremlin busca anular a sus detractores, así sean empresarios, temiendo que estos puedan financiar a movimientos políticos contrarios a él.

En ese sentido, el multimillonario aclaró que “no todos los empresarios rusos son pro Putin, y tampoco todos los rusos ricos son ‘oligarcas’”, advirtiendo que ese término se acopla para las personas con cierta capacidad económica que son cercanos al régimen Putin e, incluso, que deben su fortuna a su relación con él.

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