Las playas de Florida, tienen fama entre los miles de bañistas que acuden allí desde todo Estados Unidos en busca de su clima cálido.
Una de esas apetecidas riberas es Smyrna Dunes Park, en el condado de Volusia, que además de agua y arena, es apetecida porque tiene un muelle desde el cual se puede pescar con facilidades para personas discapacitadas, además admite perros, lo cual no pasa, en otros sitios similares.
Este sábado, parecía un día normal para los bañistas, cuando la tranquilidad y diversión fueron interrumpidas por un campero que se dirigía directo al agua, sin tener en cuenta los múltiples bañistas que disfrutaban de ella.
Ante la inusual escena, unos corrieron despavoridos, en tanto que los padres trataron de poner a sus hijos a salvo. Imágenes hechas públicas por la policía, muestran la imagen casi surreal del automóvil dentro del agua.
En últimas, el incidente no pasó a mayores y cuando la policía llegó para tratar el incidente, resultó que el auto era conducido por Sarah Ramsammy, una mujer de 26 años y quien estaba bajo los efectos del alcohol.
En un video, ella aparece luego explicando que iba al volante y que los bañistas la detuvieron para decirle que casi atropella a sus hijos. Esto, mientras el carro permanecía casi entre el agua del mar.
Sin embargo, Ramsammy negaba que hubiese puesto en peligro la vida de nadie. “La gente está aquí porque no se puede conducir en esta parte de la playa”, le respondieron los agentes de policía a la mujer, quien iba acompañada por otra en el vehículo, quien no musitó palabra.
Ramsammy se siguió comportando como si estuviera en una vía común y corriente, pues explicó que estaba tratando de hacer una vuelta en U. “Sólo estábamos tratando de seguir adelante”, dijo, en tanto que se mostraba desconcertada con la situación.
A su vez los bañistas mostraban su descontento con la situación a lo que ella respondía que no había hecho nada malo. Ante las muestreas visibles de que conducía bajo los efectos del alcohol, la Policía procedió a detenerla. La mujer no se opuso al arresto, pero negaba con la cabeza, dando a entender que le parecía injusto.
El caso surge justo cuando el país está conmovido por la tragedia de Samantha Hutchinson, quien fuera atropellada en su noche de bodas por Jamie Lee Komoroski, quien conducía fuertemente alicorada.
El drama saltó a las primeras planas de los diarios y titulares en los noticiaros desde que Komoroski embistiera con su auto el carrito de golf donde la víctima se paseaba con su esposo en Folly Beach, en Carolina del Sur.
El caso ha obsesionado al país, de tal modo, que medios como el New York Post obtuvo grabaciones de ella lamentándose de su suerte en la cárcel.
“No puedo creer que esta sea mi vida y que toda mi vida se vaya a acabar”. Ay Dios mío, simplemente no puedo creer que esto me haya pasado. ¿Por qué yo? Voy a estar aquí por años y años y años y años”, dice la mujer en la grabación muestra llora amargamente.
Según cifras de la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras alrededor de 31 por ciento de las muertes por accidentes de tráfico en el país del norte se dan a causa de conducir bajo los efectos de la bebida. En 2021, dice la entidad, murieron 13.384 personas en estos choques.