Ada Daniel es el nombre de una simpática adulta mayor en el Reino Unido que recientemente celebró muy feliz su llegada a los 108 años de edad, una cifra que pocas personas alcanzan y que, por ende, despierta especial júbilo entre la comunidad que la acoge, quienes fueron los encargados de celebrar su cumpleaños en medio de una campaña de recepción de tarjetas de felicitación, incluida una de parte de la casa real.
Además de la celebración y la admiración que despierta la mujer, aún muy lúcida, surge la inevitable pregunta sobre el secreto de la longevidad de esta mujer que actualmente vive en el Hogar de Cuidado Codnor Park en la ciudad de Derbyshire.
Sobre el particular, sin mayores tapujos, la mujer aceptó hablar con medios locales de su país, ante los que reveló un fuerte secreto al que ella le ha atribuido su longevidad: haber optado por no tener hijos y, en su lugar, haberse dedicado a dar amor a los perros.
Y si bien se puede pensar que la mujer decidió bromear sobre la situación, medios locales en el Reino Unido decidieron ir más allá. Tras averiguaciones con los mismos cuidadores, pudieron determinar que, en efecto, la longeva adulta mayor no tuvo hijos y que, por el contrario, sí contaba con una importante cantidad de mascotas antes de ingresar a la casa de cuidado especial.
Kelly Goucher, la encargada de la coordinación de la casa geriátrica en la que actualmente está alojada la mujer, afirmó que la abuelita es, sin duda, una mujer ‘peculiar’, y sostuvo que la frase que la señora pronunció como su ‘secreto de vida’ es en efecto una realidad, pues no es la primera vez que apunta, con un poco de gracias, la misma fórmula como secreto de vida.
La cuidadora reveló a medios locales que antes de ingresar al ancianato, Ada contaba con un importante número de perros, en su mayoría galgos, cuando habitaba en el sector de Ripley.
A manera de curiosidad, la cuidadora también advirtió que la mujer había comentado que todos sus perros se llamaron igual.
Asimismo, sobre la abuela se ha revelado que, si bien apostó por no tener hijos, sí se casó, evento que tuvo lugar en 1944. Su esposo fue un hombre al que recuerda con el nombre de Percy, quien fue soldado en la Segunda Guerra Mundial.
Para la fecha de la boda, Ada, quien nació en 1915, ya tenía 27 años. Debido a la profesión de su esposo y a la situación mundial del momento, optaron por no tener hijos, razón por la que la mujer quedó sola al enviudar a los 73 años.
Si bien actualmente la mujer está celebrando sus 108 años en el hogar geriátrico, este solo se convirtió en su hogar cuando ella decidió internarse a los 103 años, en medio de los achaques de la edad, y luego de que comenzó a evidenciar el deterioro de su salud. No obstante, había sido deportista habitual hasta los 97 años, cuando hacía todavía largas caminatas.
Sobre el cumpleaños de la mujer, sus cuidadores advirtieron que fue una fecha emocionante, y que la celebración se extendió desde comienzo del mes de abril, en medio de la expectativa de la misma abuela. Esto llevó al centro de cuidado a lanzar una campaña para, a través de la misma comunidad, conseguir los recursos para una gran celebración.
Así, como estrategia para el cumpleaños, y tras la publicación de una graciosa imagen a través de las redes sociales del centro geriátrico, los cuidadores solicitaron a la comunidad el envío de cartas de felicitación para que fueran recibidas por la mujer, una misión a la que incluso se sumó la casa real británica con una tarjeta firmada por el rey Carlos III y la reina Camila.
Sobre el particular e inesperado mensaje, según destacan medios británicos, la misiva rezaba el siguiente texto:
“A mi esposa y a mí nos complace saber que estás celebrando tu cumpleaños número 108, el primero de junio de 2023. Queremos enviarte nuestras más cálidas felicitaciones y nuestros sinceros buenos deseos en esta ocasión tan especial”, afirmó el rey Carlos a través de la tarjeta.
Sin embargo, pese a que esa es la de la figura más reconocida, Ada disfrutó de otras 135 comunicaciones que la saludaban, admiraban y expresaban éxitos en su cumpleaños.
El día del cumpleaños, Ada posó rodeada de regalos, bombas y mensajes, aprovechando una vez más para soplar las velitas y pedir su deseo: seguramente no fue un hijo, pero quizá un perro.