Indignación ha despertado en Argentina el caso denunciado por dos jóvenes que denunciaron un evidente caso de negligencia médica que no solo puso en riesgo la vida de la mujer, sino también del bebé que esperaba, luego de que los funcionarios de un hospital se negaron a atender el parto advirtiendo que ‘era una falsa alarma’, obligando así a que el neonato viniera al mundo en medio de la oscuridad y frío de la noche, y en un andén.
Según recogen medios locales, los protagonistas de la denuncia son una pareja identificada como Rosa Casandra y Cristian Cruz, quienes habitan una localidad conocida como Río Negro, y el pasado fin de semana tuvieron que vivir un angustioso momento cuando la fecha esperada del nacimiento de su bebé se les convirtió en pesadilla debido a las circunstancias en las que este vino al mundo.
Según recoge el medio argentino TN, el hecho ocurrió el pasado sábado en horas de la noche, cuando la mujer comenzó a manifestar los dolores de parto, los cuales se hacían cada vez más seguidos y fuertes, impulsándolos a decidir salir con destino al hospital.
Pese a que la mujer estaba en proceso de parto, la situación económica de la pareja y la falta de auto los obligó a buscar llegar al hospital más cercano, movilizándose a pie; un espacio de cerca de 15 cuadras.
Sin embargo, pese a que la pareja consiguió llegar al hospital, allí continuaría la odisea, en tanto fue atendida por dos enfermeros que, tras valorarla inicialmente, incluso sin contar con el diagnóstico de un doctor, determinaron que era una ‘falsa alarma’, señalando que aún era pronto para el nacimiento del bebé, pese a que las evidencias mostraban que ya estaba ad portas de dar a luz.
Eran las 4:00 a. m., y la negativa de atención hizo que la pareja optara por intentar volver a casa, sin contar con que el trabajo de parto ya estaba en curso.
Así, en medio del camino, y unas cuadras después de haber roto fuente, la mujer advirtió que ‘no podía más’, y le indicó a su pareja que debían sentarse en el andén porque ella iba a parir, pese a que en el centro de salud la enfermera le suministró medicamentos para calmar el dolor, y le dijo que aún era pronto para el parto.
Faltaban tres cuadras para llegar a casa, y las contracciones indicaban que a su vez faltaban pocos minutos para conocer a su bebé.
Desvanecida en el suelo, y ante la angustia del padre del bebé, su pareja, la mujer tomó el control de la situación, y además de calmar al padre, también comenzó a darle indicaciones para asistirle en el parto.
Así, en medio de la noche, con contracciones más seguidas y la mujer dilatada, el padre fue el encargado de abrir los brazos para saludar el nacimiento de su hijo, en medio de las más adversas condiciones, propias o equiparables al nacimiento del ‘Niño Dios’.
Asustado por no saber cómo actuar, y porque el bebé estaba resbaloso, Cristian fue el responsable de recibir a su hijo, y ante la falta de elementos, terminó por despojarse de su camiseta para arropar entonces al nuevo integrante de su familia, el cual dejó en brazos de la madre aún convaleciente, para salir corriendo en busca de ayuda.
Una de las personas a las que acudió fue a una tía de él, que vivía a pocas cuadras de allí, a quien despertó en medio de la madrugada para pedir que fuera en ayuda de Rosa y el bebé.
La mujer dice que el feliz momento resultó realmente angustioso, pues la madre no dejaba de sollozar en medio de la noche clamando por ayuda y diciendo “mi bebé se muere, tengo miedo”.
En medio de la calle vacía, y como si fuera un ‘ángel enviado especialmente a este pesebre’, en la escena apareció un joven que se movilizaba en una camioneta , quien atendió al pare de la familia y los recogió para llevarlos de vuelta al hospital donde le habían negado la atención.
Según las declaraciones entregadas por la tía del nuevo padre, el joven ‘salvador’ que les recogió admitió que pensó que se trataba de un accidente, pero se le hizo raro la no presencia de un automóvil.
En medio del agite de la noche, y embargados por sentimientos encontrados, la joven pareja fue atendida por los enfermeros, quienes terminaron de hacer los procedimientos propios de la extracción de la placenta, mientras que el nuevo padre les recriminaba por haberlos puesto en riesgo al no examinar debidamente a la mujer.
Si bien los enfermeros se excusaron con la pareja, la indignación de la familia por la gravedad de lo ocurrido los impulsó a hacer público el caso y solicitar los respectivos correctivos.
Una de las grandes sorpresas encontradas por la familia es que, tras la denuncia interpuesta en redes sociales, otras familias más reportaron actuaciones similares en el mismo centro médico; obviamente sin que alguno de los casos hubiese sido tan grave como el de Rosa y su bebé.