La Policía de Altamonte Springs, en Estados Unidos, informó que una mujer falleció el pasado miércoles luego de que su pequeño hijo le disparara mientras ella se encontraba en medio de una conferencia telefónica de Zoom relacionada con el trabajo.

De acuerdo con las autoridades, la mujer fallecida fue identificada como Shamaya Lynn, de 21 años. La Policía también informó que una persona se comunicó con el 911 cuando la mujer cayó hacia atrás después de que un niño apareciera en el fondo y los participantes de la llamada en Zoom escucharan un ruido asociado a un disparo.

Al lugar llegaron agentes y paramédicos para constatar qué había acontecido, pero aunque hicieron lo posible para salvarle la vida, la herida de bala que recibió en su cabeza la llevó a la muerte.

La Policía indicó que el arma con la que el niño le disparó a su mamá la encontró cargada en algún lugar del apartamento donde ocurrió el fatal accidente.

Por lo tanto, autoridades iniciaron una investigación para establecer si es apropiado imputar algún cargo contra el propietario del arma que terminó accionando el pequeño.

En días pasados también hubo conmoción en Japón por el caso de un hombre de 59 años que asesinó a su padres después de que estos supuestamente lo interrumpieran cuando estaba viendo una serie de anime. El hombre argumentó ante el juez del caso que lo hizo porque sufría mucho estrés por ser enfermero de ambos adultos mayores.

Medios de ese país indicaron que el hombre estranguló a sus padres con un cable eléctrico y luego escondió sus cuerpos en un refrigerador ubicado en su residencia en la ciudad de Fukuoka, Japón, el 21 de junio. Los padres del confeso asesino tenían 88 y 87 años.

“Se volvió problemático cuando el cuidado de mis padres siempre interrumpió mi visualización del anime. No pude soportarlo, así que los maté”, dijo el sujeto ante la justicia, por lo que fue puesto bajo custodia.

Los cuerpos de ambos adultos mayores fueros hallados por las autoridades el pasado 28 de junio, tras un allanamiento a la vivienda. Fue un familiar quien se puso en contacto con la Policía, después de que no volviera a saber nada de los ocupantes de esa casa.

Aseguran que dos días después de cometido el doble crimen, es decir, el 23 de junio, el asesino huyó de la residencia en la noche a bordo de una bicicleta. Luego, viajó en tren por gran parte del país.

Recolectadas las pruebas dentro de la investigación, autoridades procedieron a capturar al asesino el pasado 5 de julio en el estacionamiento de un hotel en la ciudad de Kioto.

El caso en Japón trae a colación otro que se registró en febrero del presente año en Estados Unidos. Un hombre que vivía en la localidad de Chickasha (Oklahoma), y había sido detenido como sospechoso de un triple homicidio, terminó confesando a las autoridades que extirpó el corazón a una de sus víctimas y luego lo cocinó e invitó a su familia a comérselo.

De acuerdo con medios locales, el 9 de febrero del presente año, Lawrence Anderson, de 42 años, atacó con un arma blanca a una mujer identificada como Andrea Lynn Blankenship, de 41, mientras esta se encontraba en su vivienda.

Posteriormente, según la investigación de las autoridades, Lawrence Anderson le extrajo el corazón a la mujer, que era su vecina, y lo llevó a la casa de sus tíos Leon y Delsie Pye, con quienes convivía desde que salió de la cárcel el pasado enero.

En una orden de arresto escrita por un agente del Buró de Investigación del Estado de Oklahoma se indicó que el asesinó cocinó el corazón con papas y lo brindó a sus familiares, esperando supuestamente “liberar” de esa manera “los demonios”.

Y el hombre fue más allá. Afirman que luego el hombre asesinó a uno de sus tíos y a la nieta de este, de cuatro años de edad. En medio del ataque con arma blanca, también atacó a su tía en el rostro, pero por fortuna la mujer logró sobrevivir.

El sujeto terminó arrestado el mismo día de perpetrado el hecho. Aseguran que mientras Lawrence Anderson era atendido en un hospital de Oklahoma, confesó el crimen de su vecina Andrea Lynn Blankenship y reveló detalles de lo que hizo con su corazón.

Jason Hicks, fiscal de distrito del condado de Grady, no estaría descartando pedir la pena de muerte para el asesino que tiene aterrorizados a los pobladores de la localidad de Chickasha.

Respecto a sus antecedentes judiciales, afirman que tenían un historial criminal por violencia doméstica, venta de drogas y posesión ilegal de armas.

En su historial criminal se indica que en 2006 fue sentenciado a cuatro años de cárcel y salió en libertad en menos de dos años. Pasaron los años y en 2012 Lawrence Anderson recibió una condena de 15 años, de los cuales solamente pagó cinco.

Transcurridos cuatro años, en 2017 fue sentenciado a 20 años de cárcel y finalmente dejado en libertad en enero de este 2021.