“Un hombre con un bebé chupando su pezón no es amamantar”, es el comentario que resume la controversia suscitada por una publicación de Mika Minio-Palauello, una mujer trans, es decir, que nació siendo hombre e hizo la transición a mujer.
La imagen, captada en un autobús, apareció el pasado miércoles durante el programa inglés News at Ten, en el cual ella no habló exactamente de ese tema, sino de las dificultades de una madre para sacar adelante a su familia ahora que han subido tanto los precios de los servicios públicos en el Reino Unido.
Justo cuando ella se refería al tema, apareció la publicación en Twitter en que le daba el pecho a su bebé, lo cual provocó una andanada de comentarios en contra por parte de feministas y de críticos de la diversidad de género.
Entre los últimos se destacó Maya Forstater, quien respondió: “Un hombre no es una mujer. Un hombre no es una madre. Un hombre con un bebé chupando su pezón no es amamantar”.
Otra diatriba provino de la escritora Helen Joyce, quien afirmó que esto es la foto “de un bebé siendo usado para los propósitos de identidad de un hombre”.
La activista también fue acusada de falsear la lactancia, ante lo cual les contestó “a aquellos obsesionados” con la imagen, que una mujer trans sí puede darle pecho a un niño.
En efecto, dijo el Daily Mail, las mujeres en esa condición pueden lactar si toman una combinación de medicinas que “engañan” al organismo para que produzca leche. Ello es así desde 2018, cuando una mujer trans de 30 años se convirtió en la primera en hacerlo oficialmente, tras lograr producir 227 gramos de leche al día.
El tratamiento, conocido como protocolo Newman-Goldfarb fue desarrollado originalmente para mujeres nacidas originalmente con ese sexo y que tras haber adoptado o tenido un hijo a través de una madre sustituta, quisieran amamantar a sus criaturas. El método incluye la ingesta de medicamentos que estimulan a las hormonas, además de píldoras anticonceptivas.
También toman una droga para males cardíacos llamada digitalis, metoclopramida, el antisicótico clorpromazina y sedantes que son conocidos por incrementar la prolactina, la hormona responsable de la producción de leche.
La ciencia médica, sin embargo, advierte de los riesgos que puede tener esta combinación sobre el organismo. Dado que la composición puede pasar al organismo del bebé a través de la leche, es posible que le produzca latidos irregulares del corazón.
Igualmente, la ciencia ha advertido sobre el riesgo que corren las mujeres trans que se someten al protocolo Newman-Goldfarb, en especial si ello es por largo tiempo. Sus hijos también pueden sufrir otros efectos secundarios de más largo plazo.
El Mail también dijo que no hay cifras claras de cuántas mujeres trans se han acogido a este tratamiento desde 2018.
Otro punto de discusión es si la leche que se produce a través de esta combinación de medicamentos es de la misma calidad de la que produce una mujer nacida con ese sexo. Al respecto, aún no hay consenso, empero un estudio publicado por el ‘Journal of Human Lactation’ encontró que contiene niveles similares de lactosa, proteínas y electrolitos.