El científico francés Luc Montagnier, Premio Nobel de Medicina por su descubrimiento conjunto del virus del VIH que causa el sida, murió a los 89 años, dijo este jueves a la AFP el alcalde del suburbio de París donde estaba hospitalizado.
Montagnier murió en el Hospital Americano en Neuilly-sur-Seine, precisó el alcalde de esa ciudad, Jean-Christophe Fromantin, confirmando un informe en línea en el periódico ‘Francesoir’.
La muerte de Montagnier, quien obtuvo el Premio Nobel de Medicina en 2008 por aislar el virus del VIH en 1983 junto a Françoise Barré-Sinoussi, fue confirmada por el doctor Gérard Guillaume, uno de sus colaboradores más cercanos, quien dijo a algunos medios que “se fue en paz y en la compañía de sus hijos”.
Presentó además una prueba de sangre capaz de detectar los anticuerpos de dicho virus y, en colaboración con los doctores Jean-Claude Chermann y Francoise Barré-Sinoussi, publicó una obra en la que describían el virus.
En 1984, sin embargo, el norteamericano Robert Gallo reclamó para su equipo la autoría del descubrimiento del VIH, lo que dio lugar a una controversia que se prolongó durante varios años y que se zanjó con el reconocimiento de ambos como padres de dicho hallazgo.
Fue biólogo y virólogo con un excelente currículum ya que trabajó en los más grandes institutos científicos del mundo. Adicionalmente, se desempeñó como director de investigación emérito del CNRS, profesor del Institut Pasteur, director del Centro de Biología Molecular y Celular del Queens College de la City University de Nueva York, director de un instituto de investigación de la Universidad Jiao-tong de Shanghái.
El experto no estuvo al margen de controversias. En 2009 sugirió combatir el sida con una mejor alimentación, que lo convirtieron en una especie de paria para la comunidad científica. De hecho, no eran muchos los medios franceses que se habían hecho eco de su muerte hasta este jueves.
En 2020 afirmó que el virus del coronavirus surgió por accidente en un laboratorio cuando se investigaba una vacuna contra el sida, o que el futuro de la humanidad estaba en manos de los no vacunados. En 2002 aconsejó al papa Juan Pablo II, enfermo de párkinson, un tratamiento a base de papaya fermentada.
Por declaraciones como esas, el científico terminó enfrentado con la comunidad científica francesa, por lo que decidió instalarse en Shanghái, China, donde residía casi todo el año.
En declaraciones exclusivas concedidas a la página web ¿Porquoi docteur? (¿Por qué, doctor?), el profesor Montagnier declaró que “eso de que la covid-19 apareció tras una contaminación ocurrida en un mercado de animales salvajes, en Wuhan, es una bella leyenda. Imposible. Los científicos chinos son grandes especialistas. El virus salió de un laboratorio de Wuhan”.
El médico también es reconocido por defender la homeopatía, la teletransportación de ADN a través de ondas electromagnéticas, el tratamiento del autismo con antibióticos y la memoria del agua.
Pero una de las mayores controversias está relacionada con su posición frente a la imposición obligatoria de las vacunas.
En 2017 apareció junto a Henri Joyeux, importante figura del movimiento antivacunas, y denunció la peligrosidad de la vacunación obligatoria, llegando a decir de que supone un riesgo “de envenenar gradualmente a la población”.
Pero su estatus de paria, en el medio científico aumentó durante la pandemia de covid-19 cuando afirmó no solo que el virus fue creado en un laboratorio, sino que las vacunas eran responsables de la aparición de variantes.
Según indicó el Instituto Pasteur en su biografía, Montagnier participó en la creación de varias compañías de biotecnología en Estados Unidos y Francia, y es autor o coautor de 350 publicaciones científicas y de más de 750 patentes.