Nuevamente, la Nasa tiene la ambición de lograr la vida afuera del planeta. Esta vez le apuntan a un interesante proyecto que tiene que ver con la superficie de la Luna. ¿De qué se trata?
Uno de los deseos más anhelados de la ingeniería espacial por muchos años ha sido encontrar la forma de vivir en otros planetas y satélites alrededor del universo diferente de la Tierra. El impedimento ha sido encontrar o, en su defecto, contar con las condiciones ambientales necesarias para lograr esto.
Dentro de la agenda de la Administración Aeronáutica y el Espacio (Nasa), la exploración a Marte y la Luna siempre han tenido un ítem especial. Son dos cuerpos celestes que han sido investigados, analizados y visualizados por máquinas y robots de forma remota durante varias décadas. Es por ello que la idea de visitar estos lugares y, posteriormente sentar las bases de la humanidad allí, han sido de vital importancia para la entidad.
En ese orden de ideas, el programa Artemis es una de las apuestas que busca acercar a la Luna y al planeta de una manera metafórica. No se trata de reducir la distancia entre ambos cuerpos, sino que compartan condiciones ambientales, tales como las materias primas y fuentes de alimentación. Es por eso que buscarán transportar oxígeno hacía allí, además de extraer regolito lunar y agua del hielo de la superficie rocosa.
Para cumplir con esta función se planea colocar una tubería que provenga del Polo Sur Lunar, a lo largo de una distancia de cinco kilómetros, hasta llegar a una serie de hábitats y sistemas de soporte vital para asegurar el suministro constante de oxígeno de alta pureza para el consumo humano, el cual también funcione como oxidante para vehículos de lanzamiento.
La finalidad de este proyecto, cuyo diseño busca ser adaptable, reparable y evolutivo, es reducir los costos de la misión, además de disminuir los riesgos en dichos trabajos, por lo que se espera que pueda ser demostrado a gran escala a partir de 2024, en tanto que para 2026 se tiene planteado que la tubería comience a brindar apoyo directo a los astronautas de Artemis.
Según consta en el proyecto compartido por la entidad en su página web, la infraestructura estará basada en segmentos de aluminio fabricados sobre el satélite y serán unidos mediante soldadura, la cual será colocada de manera directa en la superficie con la ayuda de robots. Cabe señalar que la materia prima de los elementos serán obtenidos en su totalidad de la Luna.
“El oxígeno se utilizará en ecosistemas humanos, róvers, otros equipos de soporte vital que cuentan con un suministro constante de oxígeno de alta pureza apto para consumo humano y oxidante para vehículos que se usarán para lanzar naves desde el astro”, detalla el documento que describe todo lo que hay que saber con respecto al soñado proyecto.
Actualmente, el aire es extraído para ser embotellado en tanques que lo comprimen o licúan para almacenarlo en dispositivos conocidos como dewars, agregándole a este el costo del transporte de los mismos, lo cual también requiere una mayor inversión de energía.
En adición, el documento explica que las máquinas presentes allí tendrán la capacidad de gestionar los problemas presentes en la puesta en marcha del proyecto: “Los robots podrán repararlo y podrá transportar hasta dos kilogramos de oxígeno por hora. En cuanto a su fuente de energía, se espera que pueda trabajar con la mínima posible”.
El proyecto se encuentra en la Fase I, por lo que aún se encuentra en las etapas de diseño y estudio, pero ya hay algunos modelos de bases lunares propuestos, los cuales están detallados con toda la estructura que contaría con la capacidad de mantener zonas verdes artificiales sin inconvenientes.