El Salvador, según su mandatario Nayib Bukele, registró que durante las 24 horas del jueves 3 de noviembre en el país no se registró ni un solo homicidio. Por medio de su cuenta de Twitter, dio a conocer la positiva cifra que hoy celebran todos los ciudadanos.
“Cero homicidios. La realidad y los RESULTADOS siempre terminan imponiéndose a los discursos falsos. Seguimos. #GuerraContraPandillas”, se lee en su publicación.
Los mensajes de apoyo de sus seguidores no se hicieron esperar. “Dios está con usted y le respalda, ha sabido darle el lugar que es de él, me gustaría visitar su país”; “usted es un ser iluminado. Gracias por toda su ayuda sin esperar nada a cambio. Un vivo ejemplo de un hijo de la Inteligencia Cósmica. Mis respetos”; “eres la envidia de todos, grande presidente, mis respetos. Dios lo bendiga siempre”, fueron algunos comentarios que le llegaron al mandatario por la plataforma digital.
Ya van más de ocho meses en que Bukele libra una guerra directa contra los remanentes de las pandillas, amparado en un régimen de excepción que lleva más de 55.600 detenidos, un enfoque que le genera halagos y críticas.
La ofensiva cambió de estrategia en las últimas semanas, al pasar de detenciones masivas a la búsqueda de los últimos homeboys, como se conoce a los pandilleros, sobre todo de la Mara Salvatrucha (MS-13) y Barrio 18. Las autoridades apuntan a la red de colaboradores de las maras para atacar sus finanzas. Ya decomisaron un poco más de dos mil unidades de transporte, entre microbuses, taxis y motos.
Identificar colaboradores de pandillas solo puede ocurrir “con la información que se obtenga de los mismos detenidos”, explicó Carlos Carcach, investigador de la Escuela Superior de Economía y Negocios (ESEN).
Pero “no es fácil determinar (a quien detener) porque estos grupos de colaboradores, más que hacerlo de forma voluntaria, lo están haciendo bajo algún tipo de coacción”, señaló por su parte Laura Andrade, directora del Instituto de Opinión Pública de la Universidad Centroamericana (UCA).
Bukele, con el respaldo del Congreso dominado por el oficialismo, acaba de prorrogar el régimen de excepción instaurado el 27 de marzo tras una escalada de 87 asesinatos en el país, el cual permite detenciones sin orden judicial.
“Lo que queda de las pandillas es cada vez más difícil de agarrar, ya no podemos hacer mil arrestos diarios, hacemos 80″, admitió el mandatario en su última reunión con el gabinete de seguridad el sábado 15. Para Bukele, es “importante” hacer nuevas reformas penales para “enjuciarlos como organización”.
Nacidas en Estados Unidos, en las calles de Los Ángeles, las maras, según Bukele, todavía tienen armas y “se están financiando de la venta de droga”.
Una encuesta de la UCA mostró que el 75,9 % de los salvadoreños aprueba el régimen de excepción y nueve de cada diez salvadoreños aseguran que la delincuencia “ha disminuido” con la política de Bukele. Pero, según el mismo estudio, 66 de cada 100 salvadoreños están en “desacuerdo” con las capturas sin una orden judicial.
“La población salvadoreña acumula más de 200 días sin garantías de procesos judiciales imparciales, transparentes y justos, debido a las siete prórrogas inconstitucionales” del régimen de excepción, denunció el miércoles Cristosal, una oenegé local de defensa de los derechos humanos.
*Con información de AFP.