La delegación israelí, que cuenta con la participación de los líderes de sus servicios de inteligencia internos y externos, tiene programadas reuniones durante este fin de semana con el director de la CIA, el primer ministro de Qatar y el funcionario de inteligencia de mayor rango de Egipto.
Este encuentro representa el esfuerzo más serio en semanas para poner fin a los combates en curso.
Observadores expresan una creciente preocupación ante la posibilidad de una inminente ofensiva israelí contra la ciudad de Ráfah, en el sur de Gaza, la cual podría resultar en nuevas víctimas civiles. Además, existe la inquietud de que el inicio del Ramadán en menos de tres semanas pueda desencadenar disturbios generalizados en la ocupada Cisjordania.
Un funcionario de Hamás informó el viernes que el grupo militante está a la espera de los resultados de las conversaciones del fin de semana entre mediadores de Estados Unidos, Qatar y Egipto con Israel en París. Israel ha afirmado que Hamás tiene cuatro batallones de militantes en Ráfah o sus alrededores, advirtiendo que su ofensiva continuará si no se logra pronto un acuerdo de alto el fuego.
Estados Unidos ha instado a su aliado israelí a abstenerse de lanzar un ataque contra Ráfah, una ciudad que alberga a más de un millón de personas desplazadas de otras partes de Gaza. Ráfah es el principal punto de entrada para gran parte de la ayuda humanitaria necesaria en Gaza, cualquier interrupción adicional en el ya insuficiente flujo de asistencia empeoraría la aguda crisis humanitaria en la región.
Alrededor de 150 de los 250 rehenes tomados por Hamás durante su ataque al sur de Israel en octubre fueron liberados en un intercambio por prisioneros palestinos durante un alto el fuego de una semana en noviembre. El ataque, que desencadenó la ofensiva israelí en Gaza, también mató a 1.200 personas, la mayoría en el suceso ocurrido en el festival de música de Reim en octubre.
Al menos 29.514 palestinos han muerto y 69.616 han resultado heridos en los ataques israelíes contra Gaza desde el comienzo de la guerra, dijo el viernes el Ministerio de Salud de Gaza en un comunicado. Israel culpa de las muertes de civiles a Hamás, que ha gobernado el territorio desde 2007, diciendo que utiliza a los residentes como escudo humano.
Aunque las conversaciones sobre un nuevo acuerdo, que implica una serie de ceses del fuego, y la liberación de un grupo de los alrededor de 100 rehenes que aún mantienen Hamás, se han roto repetidamente, ahora ambas partes pueden hacer concesiones, dicen los observadores.
Hamás ha observado que grupos aliados, como Hezbollah, el movimiento militante islamista con sede en el Líbano, no muestran disposición a arriesgarse en una guerra total con Israel para respaldarlo. A pesar de sufrir bajas importantes, ningún líder de alto nivel ha perdido la vida aún en el conflicto israelí.
Según Benjamin Netanyahu, el primer ministro de Israel, enfrenta la necesidad de mejorar las relaciones cada vez más conflictivas con Washington. Además, debe responder a las acusaciones dentro de Israel que sostienen que ha sacrificado el regreso de los rehenes por su propia supervivencia política. Se estima que entre 30 y 50 de los rehenes han perdido la vida, y los representantes de sus familiares advierten que para el resto se está agotando el tiempo.
Sin embargo, un acuerdo implicaría concesiones significativas por parte de Israel, como la liberación de miles de prisioneros palestinos de sus cárceles y una retirada de Gaza. Esto generaría oposición por parte de políticos de extrema derecha, cuyo respaldo es crucial para la permanencia de Netanyahu en el poder. En un artículo del periódico Yedioth Ahronoth, el columnista Nahum Barnea indicó que las posibilidades de llegar a un acuerdo rondan alrededor del 50%.
Barnea expresó: “Aún no se ha alcanzado ningún acuerdo sobre un intercambio (fuentes responsables cifran las posibilidades en un 50%), pero la reanudación de las negociaciones parece estar cerca. Después de casi un mes de estancamiento, hay esperanza”. A lo largo del conflicto, Netanyahu ha afirmado que la presión militar sobre Hamás obligaría a realizar concesiones y conduciría al pronto regreso de los rehenes.
En medio de las discusiones, el Ministerio de Salud de Gaza dijo que 104 personas habían muerto y otras 160 habían resultado heridas en ataques militares israelíes en las últimas 24 horas. A última hora del jueves, Netanyahu presentó a su gabinete de seguridad un plan oficial para Gaza después de la guerra.
Según el documento, Israel mantendría el control de seguridad sobre todas las tierras al oeste de Jordania, incluidas la ocupada Cisjordania y Gaza, territorios donde los palestinos quieren crear un estado independiente. Cualquier rehabilitación de Gaza, gran parte de la cual ha quedado reducida a ruinas durante la guerra, está condicionada a una “desmilitarización completa”.
Netanyahu propone una presencia israelí en la frontera entre Gaza y Egipto, en el sur del territorio, y cooperación con Egipto y EE.UU. en esa zona para impedir intentos de contrabando, incluso en el cruce de Rafah.
Para reemplazar el gobierno de Hamás en Gaza y al mismo tiempo mantener el orden público, el plan propone trabajar con representantes locales “que no estén afiliados a países o grupos terroristas y no reciban apoyo financiero de ellos” y pide cerrar la UNRWA, la agencia de la ONU para los refugiados palestinos, y reemplazarlo con otros grupos de ayuda internacional, enfatizando en que Israel espera mantener el control de seguridad sobre el territorio.
La nueva administración propuesta puede involucrar a líderes locales de clanes o comunidades, pero no hay ningún papel para la Autoridad Palestina con sede en Cisjordania, la opción preferida de Washington. Un portavoz de Mahmoud Abbas, el presidente palestino, dijo a Reuters que la propuesta de Netanyahu estaba condenada al fracaso, al igual que cualquier plan israelí para cambiar las realidades geográficas y demográficas en Gaza.
La última vez que se celebraron conversaciones similares de alto el fuego en París, a finales de enero, se produjo un esbozo para el primer alto el fuego ampliado de la guerra, aprobado por Israel y Estados Unidos. Hamás respondió con una contrapropuesta, que Netanyahu luego rechazó por considerarla “delirante”.
Las actuales conversaciones en la capital francesa tienen como objetivo establecer reglas de procedimiento para futuras negociaciones que conduzcan a un acuerdo, informaron los medios israelíes.
*Con información de The Guardian.