Este miércoles 1.° de junio se cumple un aniversario más de un crimen que estremeció a Japón y al mundo. Cuenta la historia que hace casi dos décadas, en el año 2004, Natsumi Tsuji, quien fue reconocida con el apodo de Nevada-Tan, tenía apenas 11 años cuando asesinó a su mejor amiga del colegio.

Cada año, como suele suceder con las historias de este tipo, revive la curiosidad sobre el estremecedor asesinato, quienes estuvieron involucrados en él y los demás detalles que se relacionan al caso.

De acuerdo a lo que relata un artículo publicado por la organización Caso Criminal, el hecho ocurrió en la ciudad de Sasebo, en la Tierra del Sol Naciente. Ese 1.° de junio de 2004, Natsumi Tsuji asistió a la escuela primaria, como de costumbre, pero lo que no sabían sus compañeros de curso es que ella planeaba un acto macabro.

Tsuji, de 11 años, había organizado cada detalle de su idea criminal para asesinar a Satomi Mitarai, su mejor amiga. Según relata el referido portal, durante la hora del almuerzo Tsuji instó a su compañera para que la acompañara a un salón que estaba vacío, donde estarían a solas.

Mientras estaban allí, Tsuji le aseguró que solo quería invitarla a jugar. Satomi jamás pudo prever que serían los últimos minutos que viviría. Sirviéndose de un cúter, Tsuji cortó el cuello y las muñecas de su compañera, quien cayó al suelo agonizante.

Satomi Mitarai tenía tan solo 12 años cuando se convirtió en la víctima fatal de esta historia. Su error habría sido burlarse del peso y la actitud de quien era su amiga. Por años, las dos niñas habían sido inseparables y disfrutaban de la compañía mutua, hasta que este incidente marcó sus vidas para siempre.

Como detalla el medio internacional Clarín, Mitarai se había mofado de Tsuji llamándola “gorda” y “pretenciosa” delante de todos. Lo que desató la ira, el odio y el lado más violento de Tsuji, quien era conocida como una alumna destacada en su clase.

Nevada-Tan, como fue apodada Tsuji para proteger su identidad como señalaba la ley, había entrado la escuela primaria de Sasebo gracias a sus excelentes calificaciones. De acuerdo con el portal Mysteries Unsolved, el coeficiente intelectual de la pequeña genio japonesa era de 140.

Son precisamente estos detalles los que han mantenido el interés vivo por conocer las motivaciones y el actuar de Tsuji. Tanta ha sido su popularidad que, inclusive, hay quienes le rinden culto a la joven criminal.

Su historia ha sido replicada en las redes sociales, en sitios web sobre criminología, en portales de historias de terror y un sinnúmero de páginas en internet que mantienen latente el recuerdo del terrible suceso.

Varias de estas fuentes coinciden en que podría haber una relación entre el gusto de Tsuji por las películas japonesas violentas y el macabro asesinato. Se cree que su filme favorito era “Battle Royale”, una obra que retrata la vida de jóvenes estudiantes que deben permanecer en una isla, por decisión del gobierno de Japón, y quienes terminan atacándose unos a otros, hasta la muerte.

La frialdad con que ejecutó su plan, comentan los conocedores de la historia de Nevada-Tan, podía ser reflejo de su exposición a estas obras, caracterizadas por sus detalles gráficos, la sangre y la crueldad que muestran.

Tras asesinar a su compañera, Tsuji abandonó el salón en el que Satomi se desangraba y se acercó a los demás asistentes de la escuela sin vacilar. “Hice algo malo, ¿no? Lo siento, lo siento mucho”, fueron las palabras que dijo Tsuji cuando fue interrogada por la Policía. Pero ya era muy tarde, se había convertido en una criminal y su historia tendría miles de espectadores en el mundo.

Unos meses después, el 15 de septiembre de 2004, un tribunal japonés ordenó que Tsuji debía permanecer internada en un reformatorio, donde pasaría 9 años bajo observación de profesionales, tiempo que se extendió dos años más debido a que no se evidenciaban avances en su comportamiento.

El caso no ha dejado de capturar la atención de las personas, a tal punto de ser representada en los famosos ‘cosplay’, entendidos como disfrazarse de un personaje de la ficción, muy popular entre los seguidores de las producciones asiáticas.

En este mundo en que lo que está en internet parece ser permanente, este crimen aberrante no pasará de agache cada 1.° de junio.