Estados Unidos anunció este jueves 5 de septiembre que ha conseguido la liberación de 135 presos políticos “injustamente detenidos en Nicaragua” y agradeció a Guatemala su “generosidad” por haber aceptado recibirlos.
“Nadie debería estar en la cárcel por ejercer de manera pacífica sus derechos fundamentales a la libre expresión, asociación y credo”, dijo el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, que ha confirmado que entre las 135 personas liberadas figuran miembros de organizaciones católicas y estudiantes.
Según la Casa Blanca, entre los liberados figuran 13 miembros de la organización evangélica radicada en Texas Mountain Gateway, laicos católicos, estudiantes y otras personas que el mandatario nicaragüense Daniel Ortega y su esposa y vicepresidenta Rosario Murillo “consideran una amenaza para su régimen autoritario”.
Sullivan aprovechó para reclamar de manera “inmediata” liberación del resto de presos políticos que permanecen en cárceles nicaragüenses, fruto de una escalada represiva que comenzó con las protestas opositoras de 2018 y se ha exacerbado en los últimos años.
El asesor norteamericano ha querido reconocer “el liderazgo y la generosidad” del Gobierno de Guatemala, ya que gracias al Ejecutivo de Bernardo Arévalo los presos liberados podrán optar por “reconstruir sus vidas” en Estados Unidos o en otros países adheridos al plan de movilidad segura impulsado por la Administración de Joe Biden, entre los que figura España.
La liberación tuvo lugar “por motivos humanitarios”, señala el asesor Seguridad Nacional, Jake Sullivan, en un comunicado.
Una vez en Guatemala podrán “solicitar vías legales para rehacer sus vidas en Estados Unidos o en otros países a través de la iniciativa de la Oficina de Movilidad Segura”, precisa.
El gobierno de Ortega reprimió duramente las voces críticas tras las protestas prodemocracia de 2018, que en tres meses dejaron más de 300 muertos, según la ONU. En 2023 excarceló, expulsó y despojó de nacionalidad y de sus bienes a 316 políticos, periodistas, intelectuales y activistas críticos, a quienes acusó de traición a la patria.
También arremetió contra la iglesia católica y cerró unas 5.500 oenegés, muchas de ellas religiosas.
En el comunicado, el presidente Joe Biden y la vicepresidenta y candidata demócrata a las elecciones de noviembre Kamala Harris agradecen al mandatario guatemalteco Bernardo Arévalo “su continuo liderazgo en toda la región a la hora de abordar cuestiones humanitarias y defender la libertad democrática”.
Por otro lado, el Congreso de Nicaragua aprobó esta semana comenzar a juzgar a quienes cometan acciones contra el gobierno de Daniel Ortega en el exterior, una decisión que según la oposición será utilizada como “herramienta de represión transnacional”.
Una reforma al código penal aprobada por unanimidad impone penas de hasta 30 años de prisión para quienes promuevan sanciones contra el gobierno de Managua, un delito tipificado como “menoscabo de la integridad nacional”, cuya interpretación queda en mano de los tribunales, señalados —igual que el Congreso— de estar controlados por Ortega.
La norma, que abarca a nicaragüenses y extranjeros e incluye la posible confiscación de bienes, fue aprobada el mismo día en que la ONU advirtió del “grave” deterioro de los derechos humanos en Nicaragua desde el año pasado, con un aumento de detenciones arbitrarias, malos tratos y persecución a todos los “percibidos como disidentes” por el gobierno de Ortega.
Con información de AFP y Europa Press*