Este jueves, el régimen de Daniel Ortega en Nicaragua liberó a 222 opositores. Los presos fueron privados de sus derechos políticos, despojados de su nacionalidad y “deportados” hacia Estados Unidos, o en palabras del diario opositor La Prensa, que actualmente solo funciona en su versión digital: desterrados.
Daniel Ortega, quien este año cumple en total 27 años en el poder en Nicaragua, fue claro al aclarar: “No se trataba de negociación, nada, esto debe quedar claro”. Los 27 años de Ortega como presidente de Nicaragua se cumplen sumando el primer periodo como mandatario entre 1985 y 1990, y su regreso al poder, que se mantienen hasta hoy en el año 2007.
Según las declaraciones del magistrado Octavio Rothschuh, presidente de una sala del Tribunal de Apelaciones de Managua, las 222 personas fueron “deportadas” por ser considerados “traidores a la patria”.
Ya no son nicaragüenses
De acuerdo con lo que cuenta el activista político Felix Maragiaga, los presos cantaron el himno de Nicaragua en el avión camino a Washington: “La nicaraguanidad se lleva yo diría que espiritualmente... Seré nicaragüense hasta el día que me muera” dijo Maradiaga a los periodistas.
Según con una transmisión de televisión en la que Ortega habló de la decisión, la idea habría sido inicialmente de Rosario Murillo, su esposa y vicepresidenta de gobierno. Según contó Ortega por televisión, fue Murillo quien llamó al embajador de Estados Unidos y se lo planteó.
De acuerdo con el relato de La Prensa, Ortega dice que no esperaba una respuesta positiva de parte de Estados Unidos, pero que se dio el caso que aceptaron. Además cuenta que los presos a liberar eran 228 pero hubo cuatro que no fueron admitidos.
Hubo otros dos presos que se negaron a viajar, monseñor Rolando Álvarez y Fanor Alejandro Ramos.
La vicepresidenta y esposa de Ortega, Rosario Murillo, indicó a medios oficialistas que la decisión fue tomada “en ese interés supremo de nuestra patria de vivir en concordia”.
Según con La Prensa la decisión de la liberación tomó por sorpresa a los involucrados: “No teníamos idea, un día anterior nos dijeron que nos cambiáramos y limpiáramos. Nos cubrieron en el recorrido, solo supimos cuando estuvimos en el avión”, dice la deportada Suyen Barahona, al consultarle si sabían sobre su liberación.”
Ser apátrida
El Parlamento de Nicaragua, integrado por partidarios de Ortega, aprobó además este jueves una ley en la que se dictamina que quienes son clasificados como “traidores a la patria” pierden la nacional nicaragüense” de manera inmediata.
El destino de los opositores ahora no es claro, hace falta ver las medidas y decisiones que tomará el gobierno de Estados Unidos frente a ellos.
Por ahora los hasta hoy nicaragüenses son actualmente apátridas. Las personas apátridas son quienes se ven privados de una nacionalidad.
El alto comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados considera el ser apátrida como un riesgo para acceder a los derechos fundamentales: “Las personas apátridas pueden tener dificultades para ejercer sus derechos fundamentales como la educación, la salud, el empleo y la libertad de movimiento. Si se ven privadas de estos derechos, se ven confrontadas a una vida llena de obstáculos y decepciones”, dice Acnur.
Según la organización, el derecho internacional define a un apátrida como “una persona que no es considerada como nacional suyo por ningún Estado conforme a su legislación”. Algunas personas en el mundo incluso nacen en situación de apátridas, mientras que otras, como los opositores nicaragüenses, se convierten en apátridas en algún momento de sus vidas.