En los últimos días, las palabras del presidente Nicolás Maduro contra la corrupción han sido claras. “¡Vamos con todo, caiga quien caiga!”, ordenó el mandatario en medio de operaciones policiales que ya han dejado 51 detenidos por acusaciones de corrupción, incluidos altos funcionarios de régimen.
Según el índice de Transparencia Internacional, Venezuela es considerado uno de los países más corruptos del mundo, ocupando la posición 177 de 180.
Las primeras detenciones, informadas el pasado 19 de marzo, tuvieron como blanco a cercanos colaboradores de Tareck El Aissami, poderoso dirigente chavista y ministro de Petróleo hasta que estalló el escándalo.
Uno de ellos, Antonio Pérez, vicepresidente de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA); otro, Joselit Ramírez, superintendente del ente que maneja los fondos de la industria a través de criptoactivos, clave para sortear las sanciones de Estados Unidos.
El Aissami renunció y mantiene bajo perfil. El poderoso político llegó a ser vicepresidente de Venezuela, pero en esta ocasión tuvo que salir por la puerta trasera. Desde su renuncia no ha vuelto a aparecer en público o escribir en redes sociales. El fiscal general, Tarek William Saab, ha evitado confirmar si es investigado.
Hugo Cabezas, quien fuera cercano colaborador del fallecido expresidente Hugo Chávez, está también entre los arrestados, así como el presidente de la corporación responsable de la explotación de minerales como hierro, bauxita, oro y diamantes, Pedro Maldonado, y el jefe de la estatal Siderúrgica del Orinoco (Sidor), Néstor Astudillo.
¿Pelea entre el chavismo?
Analistas que conocen y siguen de cerca el régimen de Venezuela, afirman que en este momento hay facciones enfrentadas.
“Dentro del gobierno hay facciones y esas facciones se enfrentan”, estima Benigno Alarcón, director del Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB).
“Cuando ves la oportunidad de sacar a un adversario o a una facción del camino, pues la sacas porque el poder es un juego de suma cero”, agregó el especialista.
El Aissami, según Alarcón, estaba enfrentado con el grupo que encabezan los poderosos hermanos Delcy y Jorge Rodríguez, vicepresidente del país y presidente del Parlamento, respectivamente.
Es “valiente” embestir la corrupción, dice Alberto Aranguibel, analista cercano al chavismo en una columna de prensa, rechazando la “perversa campaña” que coloca a todo el Estado como “un solo órgano carcomido por igual por el cáncer de la corrupción”.
“Es una purga política”, afirma Ana Milagros Parra, una politóloga y especialista en el tema.
“No hay que verlo como algo extraordinario […] esta es una necesidad de eliminar o remover de círculos de poder a personas que de alguna u otra manera representan una amenaza (para el gobierno) o no están en línea”, agregó la analista.
Más implicados en corrupción
Según Saab desde 2017 el Ministerio Público ha investigado 27 “tramas de corrupción” en PDVSA con un saldo de más de 200 detenidos, entre estos altos gerentes de la industria.
Varias de estas investigaciones apuntan a Rafael Ramírez, uno de los hombres de confianza del fallecido Chávez, acusado de malversar fondos durante su gestión como ministro de Petróleo (2002-2014) y presidente de PDVSA (2004-2014).
Ramírez está prófugo en Italia y las autoridades venezolanas han pedido su extradición sin éxito.
Con información de AFP.