Por lo que se vive en las calles y el fervor en torno a la fuerza de Edmundo González y María Corina Machado, la lógica indica que Venezuela debería recuperar su democracia este domingo. Pero no hay que llamarse a engaño. El dictador Nicolás Maduro hará lo que sea para aferrarse al poder. De hecho, advirtió en la campaña que, si no ganaba en las urnas, podría haber un “baño de sangre”. Miles de venezolanos han resistido por años la corrupción y pésima gestión de su Gobierno sumidos en la pobreza.
De Maduro, buscado por narcotráfico por una corte en Estados Unidos, se espera siempre lo peor. Atornillado al poder desde 2013, tras la muerte de Hugo Chávez, no concibe perder. Ha demostrado que está dispuesto a todo para seguir en el Palacio de Miraflores. En 2018 lo acusaron de robarse las elecciones (la oposición no participó por falta de garantías), ha ganado tiempo frente a Estados Unidos aceptando las negociaciones en México y Barbados. La Casa Blanca terminó moderando las sanciones en contra del régimen, permitió el regreso de la petrolera Chevron y hasta le devolvió al peligroso Álex Saab. Maduro se burló de todo y siguió con su plan para permanecer en Miraflores.
Cuando el año pasado María Corina Machado se alzó con el 93,13 por ciento de los votos en las elecciones primarias, la declaró su objetivo. La inhabilitó y la sacó del ruedo. Varios de sus más cercanos colaboradores han sido puestos en prisión, la ha censurado para callarla y la cercó de tal manera que todos sus recorridos han sido por tierra, pues no la dejan movilizarse en avión. Apresan a quien le vende comida en las regiones y hasta le cortaron los frenos a los carros de su caravana. A su primer reemplazo, la historiadora Corina Yoris, el CNE no la dejó inscribir.
En medio de eso se inventó un referendo absurdo cuyo objetivo era llevar a las urnas una invasión a Guyana y el rechazo a la jurisdicción de la Corte Internacional de Justicia, que había entrado a reglar esta controversia. El régimen asegura que votaron más de 10 millones de personas, pero los observadores apenas dan crédito a unos 3 millones. Nadie duda de que se trataba de una enorme cortina de humo.
Ahora que Edmundo González amenaza con arrasar, asegura que si la “derecha extremista, seguidores de Milei y de Hitler, llegara al poder político en Venezuela, habrá un baño de sangre. Venezuela no caerá en manos del fascismo”.
En los últimos meses, Maduro ha desplegado sus excesos y poder para acorralar, como ha hecho siempre, a la resistencia. Pero, por primera vez, muchos consideran que hay una posibilidad de que pierda. Como explica la revista The Economist, “esta elección parece más complicada para el régimen: robarla contra una oposición unida y aparentemente movilizada, y con una desilusión palpable entre muchos partidarios del Gobierno, podría no ser fácil”. Hay que ser realistas: Maduro está dispuesto a todo y, además, controla todas las instituciones en Venezuela. Por tanto, el fraude es más que una amenaza, es decir, es una posibilidad real.
Hoy las encuestas le dan un enorme triunfo a González, quien en la medición de la consultora Poder y Estrategia, de Venezuela, registró el 64 por ciento de la intención de voto contra el 21 por ciento de Maduro. En otra encuesta, la de Delphos y la Universidad Andrés Bello, aparece con 59,1 por ciento de intención de voto, mientras que el dictador registra el 24,6 por ciento. “Es una situación numérica muy difícil de contrarrestar con un fraude electoral, como ellos están acostumbrados, porque la diferencia es sustancial”, explica Miguel Otero, el director del periódico El Nacional.
Maduro lo sabe y por eso da patadas de ahogado. El dictador amenaza con una “guerra civil” y se despacha contra la prensa internacional. “Desde ya gritan fraude”, ha sostenido varias veces.
Como Maduro sabe exactamente lo que puede pasar el domingo, tiene una narrativa premeditada contra la oposición y los medios. A estos últimos los ha amenazado en duros términos. “Han tratado de invisibilizarnos mil veces, ahora la operación la dirigen unos sicarios, los sicarios de la mentira, la agencia EFE de España, la agencia AFP, la agencia AP, CNN y varias televisoras de aquí. Otra vez nos sabemos la historia, esa película ya la vi”, dijo en un mitín en San Cristóbal.
Pero esa defensa le ha salido mal. La expresión “baño de sangre” puso en alerta al mundo y suscitó críticas, incluso en la misma izquierda. “Me asusté con las declaraciones de Maduro, de que si él pierde las elecciones habrá un baño de sangre. Quien pierde las elecciones toma un baño de votos, no de sangre”, afirmó Luiz Inácio Lula da Silva. “Maduro tiene que aprender: cuando ganas, te quedas (en el poder). Cuando pierdes, te vas. Y te preparas para disputar otra elección”, agregó.
“El que se asuste que se tome una manzanilla”, le respondió Maduro, sin mencionarlo. El fiscal general del régimen, Tarek William Saab, le dijo a CNN que “se descontextualizó totalmente esa frase” y señaló que hay un “esquema de instrumentalizar una narrativa para tratar de perjudicar”.
El futuro, como siempre, está mediado por la posición que asuman los militares chavistas. Como explica el excanciller Julio Londoño, “todo dependerá de la actitud de las Fuerzas Armadas, que, politizadas hasta el máximo, tienen características muy especiales. Hay una élite constituida por altos mandos y generales cubiertos de privilegios de todo tipo. El número de generales es tan grande que solo es comparable con los ejércitos de las grandes potencias. Sin embargo, del grado de teniente coronel hacia abajo, hasta los soldados rasos y sus familias están en una precaria situación comparable con la de los demás venezolanos”.
Una estela nefasta
Maduro produjo con el mal gobierno, la corrupción y los abusos una de las migraciones más grandes del continente. Más de 7,5 millones de venezolanos salieron huyendo, muchos a pie y con sus niños al hombro, de un país que por años fue próspero. Quienes se quedaron resistiendo han vivido todo tipo de vejámenes. Según Foro Penal, cerca de 9.000 personas están detenidas irregularmente como vendetta política. Otras cifras dan cuenta de 15.700 detenciones arbitrarias entre 2014 y 2023.
Las cifras de las violaciones de derechos humanos son escandalosas: más de 400 medios han cerrado en 25 años de Gobiernos chavistas. Según HumVenezuela, el 18 por ciento de la población infantil no asistió a la escuela en 2023 y al menos el 44,8 por ciento no lo hizo de forma regular. La organización agrega que el 25,7 por ciento de las familias hace menos de tres comidas al día y el 22,8 pasa días enteros sin comer. Además, el 74,5 por ciento de las familias carece de acceso regular al agua potable.
De acuerdo con Amnistía Internacional, casi tres cuartas partes –el 72,4 por ciento– de los centros públicos de salud sufría escasez de medicamentos, equipos y personal, y el 88,9 por ciento de los servicios públicos de salud no funcionaba.
La ONU advirtió que el país no cumplía ni con lo más básico; por ejemplo, 560.660 niños de entre 12 y 23 meses no habían recibido la vacuna triple vírica contra el sarampión, las paperas y la rubeola (SPR). Mientras todo eso pasa, el registro que medios independientes como Armando.Info le han hecho al saqueo de las arcas del país es impresionante. Maduro arrasó con la boyante industria petrolera venezolana y terminó de aliado del lumpen del mundo: Irán, Rusia y Cuba.
Por su parte, con el tema de las migraciones masivas, el candidato Edmundo González manifestó: “Todos los venezolanos tienen las puertas abiertas para regresar. Pero aquí, a partir de que tomemos posesión del Gobierno, haremos todo lo posible para que la familia venezolana se reencuentre en sus tierras, para que entre todos los venezolanos podamos empezar a sentar las bases del desarrollo económico y el progreso social que esperamos”. Así se lo dijo González a SEMANA hace unos días.
Maduro tiene poco que mostrar, pero ha usado el poder y el dinero del Estado para su campaña. Los actos son estrafalarios. Por ejemplo, lanzó drones al aire que pintaban su rostro en el cielo. “Aparece en televisión, radio, vallas, murales, peajes, ambulancias, propaganda en YouTube e innumerables videos en plataformas como TikTok”, contó en un reportaje el corresponsal de la AFP en Venezuela. También lanzó una película y un libro sobre su vida.
Le fascina burlarse de su rival Edmundo González. “¿Ustedes quieren un presidente débil, sin energía?”, le gritó a una multitud. “¡Acá está su gallo pinto!”, dijo recientemente en alusión al candidato de 74 años. “Acá el único presidente que garantiza la paz y la tranquilidad se llama Nicolás Maduro Moros, hijo de (Hugo) Chávez”, puntualizó.
El Tío Sam
El Gobierno de Joe Biden tuvo una posición cuestionable con Venezuela. Con el ánimo de ayudar en el camino a restablecer la democracia, la Casa Blanca flexibilizó su posición con esa dictadura, cuando había sido el país que había puesto por años a Maduro en la raya.
Las más duras sanciones habían sido impuestas justamente con ocasión de las elecciones de 2018, cuando Donald Trump lanzó un paquete de castigos, incluidos el embargo al petróleo y al gas. Maduro ganó con enormes denuncias de fraude encima, y Estados Unidos, la Unión Europea y varios Gobiernos de América Latina no reconocieron este triunfo; aún muchos países del mundo ven a dicho Gobierno como ilegítimo. La Casa Blanca, además, rompió relaciones con ese régimen en 2019.
El año pasado, el Gobierno de Maduro se sentó con la oposición en Barbados con miras a restablecer un camino que pudiera asegurar unas elecciones democráticas. A cambio, el Gobierno Biden flexibilizó algunas sanciones. Y en diciembre del año pasado le mandó un enorme regalo de Navidad: la liberación de Álex Saab. El colombiano fue recibido en Caracas como un héroe y un mártir. “Se logró el rescate sano, vivo y libre de Álex Saab, quien estuvo secuestrado por 1.280 días. Estamos de pie, dignos, libres, con la cara al sol. Has llegado a tu tierra libre”, dijo Maduro.
Aun con este ramo de olivo, Maduro incumplió descaradamente los acuerdos. Inhabilitó a María Corina Machado, encarceló opositores y puso decenas de trabas para que la oposición pudiera inscribirse a las elecciones. En abril, ante semejante conejo, la Casa Blanca volvió a imponer las sanciones petroleras. “Nada nos va a detener porque nosotros no somos una colonia de nadie. Nuestro país ha sido atacado para detener su desarrollo energético”, dijo Maduro, furioso, ante la decisión. Como dato curioso, el encargado de hacerle frente a las sanciones es Saab como presidente del Centro Internacional de Inversión Productiva de Venezuela.
Y, tras el incumplimiento, las sanciones volvieron. Hoy no se sabe que va a pasar. “No vamos a apresurarnos a juzgar”, dijo el jefe de la diplomacia estadounidense para América Latina, Brian Nichols, durante una sesión ante el Congreso.
Para Edmundo González, cuando él sea mandatario del país, las sanciones internacionales se irán rápidamente con la vuelta de la democracia. “Sanciones contra el Estado no hay. Entonces, estamos trabajando para que cuando lleguemos al Gobierno se superen todos los inconvenientes que impulsaron la imposición de esas sanciones”, aseguró el candidato.
“La responsabilidad que tiene hoy Estados Unidos es muy grande, porque, si se presenta un robo flagrante de las elecciones el próximo 28 de julio, Estados Unidos tiene que mostrar contundencia a todo su régimen de sanción, la contundencia de acelerar todos los procesos judiciales que hay por narcotráfico contra Nicolás Maduro en las Cortes de los Estados Unidos. Pero también la presión que se debe originar con un concurso casi que coordinado con toda la comunidad internacional para que al dictador no solamente se le aísle y se le sancione, sino también que se le pueda judicializar efectivamente ante la Justicia internacional”, explicó el expresidente Iván Duque.
La carpeta negra que existe en Estados Unidos sobre Maduro y sus generales es escandalosa. En 2020, el Departamento de Justicia de ese país emitió un indictment en el que acusaba a Maduro y a Diosdado Cabello de conspirar con la guerrilla colombiana para “inundar a Estados Unidos con cocaína” y utilizar la venta de drogas “como arma contra” dicho país. También lo señalaron de ser el líder del temible cartel de los Soles, que, según dijeron, involucraba a políticos de alto rango y a miembros del Ejército y el Poder Judicial venezolanos.
Ninguna de esas acusaciones ha provocado, sin embargo, que el Gobierno de Gustavo Petro critique en algo a su vecino o que al menos le pida que respete la democracia. En efecto, hasta último momento el canciller Luis Gilberto Murillo estuvo dispuesto a ser “veedor” de las elecciones. Hace apenas unas horas canceló el plan.
“Sabemos que Maduro va a intentar arrebatarnos el resultado y hacer trampas. No sería una sorpresa, es una dictadura, pero hoy les puedo decir con certezas que Maduro ya perdió, es minoría, sus aliados lo están dejando solo. Entre los pocos, Gustavo Petro no ha dicho nada”, advirtió el expresidente interino Juan Guaidó.
El domingo, Maduro espera llenar las calles a su favor. Convocó a una marcha que saldrá de los barrios y terminará en la emblemática avenida Bolívar. González, por su parte, se concentrará en el barrio Las Mercedes. “Es inverosímil, pero no imposible, que el Gobierno pierda y acepte la derrota, abriendo lo que sería una transición complicada”, señaló The Economist sobre el futuro.
La resistencia venezolana sabe que será complejo, pero, a su vez, muy esperanzador. “En Venezuela no viene una persecución, no viene una revancha en Venezuela. Lo que viene es una alternancia en el poder que es propia de la democracia”, le explicó Henrique Capriles a lu.
“Creo que la mayoría de los venezolanos lo que anhelan es un proceso de reconciliación y de reconstrucción en paz de nuestro país. Lo que más anhela el venezolano es poder reencontrarse con su familia y no importa la ideología o el color político que haya seguido”, agregó la líder opositora María Beatriz Martínez.
Pase lo que pase en las elecciones del domingo, el valor de María Corina Machado pasará a la historia y siempre será un referente no solo en Venezuela, sino en el mundo. Se trata de una mujer que ha hecho oposición, enfrentando a un dictador sin límites, como Maduro, que desde 2013 ha desplegado un plan para aniquilar a la oposición. Varios de sus líderes fueron apresados, como ocurrió con Leopoldo López, y desterrados, como Guaidó.
María Corina, quien tuvo que sacar a sus hijos de Venezuela, es una sobreviviente de Maduro y su régimen. Ella se quedó en su país y ha enfrentado todo tipo de vejámenes buscando la libertad para su nación. Hoy toda su fuerza está representada en Edmundo González, el único que pudo sobrevivir como candidato para enfrentar a la dictadura en las urnas. María Corina ha visitado 13 de los 23 estados de Venezuela. Cuando parte desde Caracas hacia las provincias, hace recorridos de 500 kilómetros, que se pueden recorrer entre seis y siete horas por carretera, pero para ella y su equipo se toman unas 12 horas, lo cual ocurrió en su viaje a Maturín.
“Hemos insistido de manera tan clara en que nosotros estamos dispuestos a establecer una negociación seria para que los términos de esta transición se acuerden, para que haya garantías para todas las partes y podamos garantizar que Venezuela avance hacia un futuro de libertades, institucionalidad y prosperidad. Si Nicolás Maduro pretende quedarse a la fuerza, tendría como consecuencia la ola migratoria más grande que hayamos visto. Pero, si logramos una transición pacífica y ordenada, no solamente deberíamos detener estos flujos migratorios, sino revertirlos, ver cómo regresan muchos venezolanos que se han ido”, dijo Machado.
A pesar de los malos presagios sobre lo que tenga planeado Maduro, cuya cara y nombre aparecen 13 veces en el tarjetón, ojalá se imponga la democracia para que le sea imposible robarse las elecciones una vez más y que por fin el pueblo venezolano sea libre. El mundo tiene que estar alerta.
María Corina Machado, líder de la oposición de Venezuela
“Esto no es una elección limpia y libre, porque los venezolanos no pueden votar por las personas por las que lo hicieron en las primarias, porque casi 10 millones no van a poder participar. Además, se empieza a cometer una cantidad de atropellos con restricciones a los miembros de mesa, a los testigos, con abusos en la campaña electoral, con la exclusión o negativa a la presencia de observadores internacionales.
Esto se ha convertido en un movimiento social de redención para la liberación de Venezuela. Edmundo González sigue creciendo y ya en las encuestas tiene márgenes de 30 puntos, 40 puntos y sigue aumentando. Es decir, no hay manera de que esto pueda revertirse. Tendría que ser con un fraude monumental, obsceno y evidente”.
Juan Guaidó, expresidente interino de Venezuela
“Difícil hoy llamarlo elección cuando María Corina Machado está perseguida judicialmente, cuando su entorno está detenido, preso y perseguido. Pero, a pesar de todo eso, ustedes han visto cómo hemos saltado obstáculos tras obstáculos, María Corina con mucha valentía en las calles, Edmundo González con mucho pundonor aceptando y asumiendo una candidatura para reunificar una vez más a todo un país.
En mi caso, estoy viendo el destierro desde el exilio, soy perseguido político de la dictadura, pero no nos ha detenido para seguir apoyando y ayudando a nuestra gente de cara al 28 de julio, cuando tenemos la oportunidad de recuperar la democracia. Si Maduro está esperando que la Fuerza Armada sea quien reprima al pueblo venezolano, se está equivocando, porque esa Fuerza Armada, esa base de la Fuerza Armada sigue teniendo los mismos problemas que todo venezolano”.
Iván Duque, expresidente de Colombia
“Hay un sentimiento popular de rechazo al régimen tan grande que es absolutamente incuestionable, que no existe la más mínima posibilidad para que en las urnas Nicolás Maduro pueda tratar de valerse de cualquier argucia. Él está hablando primero de intimidación, porque le está diciendo al pueblo que si él pierde viene un baño de sangre; entonces, quiere atemorizar al pueblo venezolano.
Hablar de oposición en Venezuela no es exacto, allí lo que hay es una resistencia democrática que ha visto a muchos de sus líderes torturados, encarcelados, inhabilitados, etcétera. En esta ocasión hay un aglutinamiento unificado en torno a la figura de María Corina Machado, que fue inhabilitada, y hoy está en cabeza de Edmundo González, y tiene el respaldo de ella”.
Henrique Capriles, líder opositor y excandidato presidencial
“Después de 25 años que lleva esta mal llamada revolución, la oposición, los que queremos cambio en el país, llegamos a las elecciones con una ventaja clara y contundente. Es una expresión de que el país quiere cambio, que después de 25 años el sentimiento de cambio es abrumador. Estamos hablando de una diferencia en las encuestas de 25 a 27 puntos. Sabemos que con todo el tema, la reingeniería electoral y todas las irregularidades que siempre hace el Gobierno puede haber allí una merma.
Pero la diferencia es tan contundente que lo que debería pasar el próximo domingo es que salgamos millones de venezolanos a votar en paz, que triunfe la democracia, que Edmundo González sea elegido el nuevo presidente de los venezolanos, que aquí nadie tiene que tenerle miedo a que en el país se dé un cambio”.
Antonio Ledezma, exalcalde de Caracas
“Hay muchos venezolanos que han tenido que enterrar desde la distancia a sus seres queridos. Es la abuela que le dice a María Corina en los Andes venezolanos: ‘Yo quiero volver a abrazar a mi nieto’. Es el hijo que se quedó en Venezuela, pero que la madre se fue a Chile, o es la madre que se quedó en Venezuela, pero que el hijo está en Estados Unidos. Esa disrupción es uno de los crímenes más horrendos que se le ha hecho al pueblo de Venezuela, porque si algo ha distinguido a los venezolanos es nuestra familia, nosotros estamos acostumbrados a pedirles la bendición a nuestros padres todos los días.
Un pueblo sin conducción puede reunir grandes manifestaciones, pero si no está conducido no llega a ninguna parte. Afortunadamente, esta esperanza y este fervor ponen a la vista de todo el mundo que los venezolanos tienen una conducción atinada, que es la que están cumpliendo María Corina Machado y Edmundo como la llave de oro que va a abrir las puertas otra vez de la democracia en Venezuela”.
María Beatriz Martínez, líder opositora
“No tengo dudas de que un proceso de transición como el que se avecina también va a generar procesos de negociaciones. Ya incluso se ha señalado que hay mucho personero acercándose a tratar de tender puentes para generar ese proceso de transición. Hay unos que tienen mayor posibilidad por cuanto no están incursos en violaciones de derechos humanos, que realmente son elementos que complican cualquier circunstancia.
He escuchado con mucha claridad a Edmundo González y a la líder María Corina Machado señalar que quienes se acerquen tienen los brazos y el corazón abiertos para que nosotros podamos construir entre todos la reconstrucción nacional. Si bien se nos impide el que tengamos camiones o sonido, o algún tipo de apoyo, de comer en las vías, de hospedarnos en los hoteles, y aun así entre tanto obstáculo, lo que ha hecho es que la ciudadanía, con mucha fuerza, muestre su apoyo en las calles”.
Miguel Henrique Otero, director del diario El Nacional
“Las dictaduras, por lo general, no salen por elecciones, a menos que haya una fuerza importante que los obligue a respetar un resultado. La única dictadura que yo conozco que ha salido por elecciones es la de Pinochet y, sin embargo, salió por elecciones, pero el ejército, los altos mandos se le enfrentaron en los resultados para que entregara el poder.
Es una dictadura y todos sabemos que Maduro no la tiene muy segura para su futuro si hay un cambio del poder. Hay muchos ponderables, no sabemos hasta dónde puede Maduro actuar para no entregar el poder si pierde las elecciones, que es lo que pareciera que fuera a pasar”.
Gaby Arellano, asambleísta de oposición
“Nos impresiona la cantidad de venezolanos en Colombia que se está transportando por las calles del territorio colombiano camino hacia Venezuela. Es significativo lo que se ve en La Guajira, Norte de Santander y Arauca. Sabemos las limitaciones económicas para los sectores democráticos en Venezuela.
El sistema que representa Maduro ha acabado con la empresa privada y eso hace más difícil el transporte. El llamado es al que pueda mandar algo de remesa para que el domingo haya mínimas condiciones y que esa familia pueda votar y nos represente a los que estamos afuera”.
Julio Londoño Paredes, excanciller colombiano
“América Latina y otros Estados estarán pendientes de los resultados. No obstante, las encuestas le dan una amplia ventaja al candidato opositor, Edmundo González. Falta saber si gana las elecciones y si Maduro y su séquito aceptan una eventual victoria de la oposición. La incógnita que algunos plantean es qué pasará si Maduro y su grupo deciden desconocer un eventual triunfo de la oposición. Se levantaría una gran protesta en el país, que podría ser apoyada por los subalternos de las Fuerzas Armadas. Eso es poco probable.
Lo que debe tenerse en cuenta es que, si Maduro prevalece, la migración podría ser otra vez incontenible, y la oposición liderada por María Corina Machado paulatinamente se iría disipando como neblina. Por lo tanto, para la oposición será la última oportunidad”.