Después de las pasadas elecciones presidenciales en Venezuela, Nicolás Maduro ha estado en el ojo del huracán. No solo por autoproclamarse el domingo 28 de julio como vencedor en unos comicios marcados por el fraude, según la oposición, sino porque desde entonces ha perseguido ferozmente a sus contradictores en el vecino país.
Más allá de lo político, el caso del polémico mandatario venezolano, y su errático comportamiento de las últimas semanas, ha llamado la atención de los especialistas en salud mental. Un análisis psicológico realizado por la psiquiatra colombiana Laura Villamil, el cual compartió con SEMANA, arroja luz precisamente sobre las características de personalidad que se evidencian en el político venezolano.
De acuerdo con la doctora Villamil —integrante de la Asociación Colombiana de Psiquiatría y autora del libro El manejo de las emociones—, Maduro “exhibe rasgos de un liderazgo autoritario y combativo, con una marcada tendencia a imponer sus creencias y someter a quienes se oponen a su ideología”.
Para la especialista, la personalidad de Maduro “se caracteriza por ser querellante, rebelde e imponente, con evidentes problemas de adaptación”.
El análisis hecho por Villamil revela en el mandatario del vecino país “un patrón de comportamiento que se alinea con varios criterios del Trastorno de Personalidad Antisocial, según el ‘Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales’, DSM-5″.
Entre estos se destacan un “patrón dominante de inatención y vulneración de los derechos de los demás”, así como el “incumplimiento de las normas sociales” y un “engaño y mentiras repetidas”.
Punto aparte son la obstinación y la impulsividad, “características prominentes en el perfil de Maduro”. Según Villamil, “su lenguaje y actuar dejan ver un altísimo nivel de egocentrismo, rigidez emocional y prepotencia”. Y también señala que las decisiones del mandatario “contienen poco pensamiento lógico-racional, sólo están basadas en su deseo de tener poder, visibilidad y atención”.
El estudio hecho por la especialista sugiere que Maduro podría “padecer el síndrome de Hibris, una psicopatología asociada al poder. Este síndrome se caracteriza por el rechazo a ideas contrarias, la incapacidad de cambiar de conducta y un marcado narcisismo”.
La doctora Villamil advierte sobre las graves consecuencias que este estilo de liderazgo ha tenido en la población venezolana. “La situación social y política de Venezuela es lamentable, ha ocasionado problemas mentales, emocionales, físicos, sociales y económicos en la población”, explica. La experta subraya cómo la crisis ha afectado la capacidad de los venezolanos para satisfacer necesidades básicas, impactando negativamente en su autoestima y posibilidades de autorrealización.
El análisis también señala la habilidad de Maduro como comunicador, utilizando medios estatales para dirigirse a la población con promesas de ayudas económicas y subsidios. Sin embargo, la Dra. Villamil subraya que estas medidas “realmente han generado un impacto muy negativo en la mayoría de la población”.
A pesar de las presiones internas e internacionales, Maduro ha demostrado una notable capacidad para mantenerse en el poder, incluso en situaciones de crisis extrema. Esta resistencia, combinada con los rasgos de personalidad identificados, plantea serios desafíos para el futuro de Venezuela y su población.
Este análisis psicológico ofrece una perspectiva hasta ahora única “sobre uno de los líderes más controvertidos de América Latina, proporcionando un marco para entender las motivaciones y acciones de Nicolás Maduro en el complejo escenario político venezolano”.